El Litoral
Este sábado a la tardecita recibe a San Martín de San Juan. Madelón recupera su equipo titular, frente a un rival cuyano que estrena DT.
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Es un partido que le crea compromisos a Unión. Viene de jugar muy bien ante Banfield y debe aprovechar estos partidos de local para fortalecer su permanencia en la zona de clasificación para la Sudamericana. Faltan siete fechas y, a priori, Unión tiene que aprovechar lo que se le viene ahora. San Martín de San Juan como local, Argentinos Juniors de visitante, Tigre de local y Atlético Tucumán de visitante, son los cuatro partidos que anteceden al bravo final, cuando el Tate deba recibir al encumbradísimo Talleres de Kudelka, visite a Boca (quizás necesitado de algún punto para salir campeón) y reciba en el último encuentro a Independiente.
Esto es fútbol y, por allí, a Unión se le termina haciendo más accesible el final que esto que se le viene ahora. Pero por las dudas, es mejor prevenir que curar. Y para ello, aprovechar la localía —algo que Unión ha manejado muy bien en esta Super Liga— resulta fundamental para que el equipo consiga ese objetivo del que ahora hablan los jugadores, que es el de clasificar por primera vez en 111 años de vida a un torneo internacional.
Ya después de ganarle a Temperley, algunos futbolistas dijeron que “es hora de hacer historia”. Y luego de Banfield —uno de los mejores partidos que Unión jugó en el año—, fueron más los que señalaron que “ahora el objetivo es ir detrás de la copa internacional”.
En buena hora que así sea, sobre todo porque sería un gran logro para este plantel que se armó para otra cosa, pero que fue encontrando funcionamiento rápidamente. Y resultados. Por eso, Madelón innovó muy poco. Casi se “encerró” en repetir una formación estable, apenas con algunos pocos retoques. Fragapane le ganó el puesto a Aquino cuando se lesionó y Martínez, desde el principio, hizo lo propio con Brítez. Después, no hay dudas respecto de cuál era la formación “ideal” cuando arrancó el torneo y cuál es ahora, que ya se jugaron 20 partidos.
Precisamente, el equipo que este sábado saldrá a un 15 de Abril que estará repleto de gente, es el que Madelón confía y presenta cada vez que se puede. En este caso, con la recuperación total de Zabala (que ya había jugado un rato ante Banfield) y el regreso al equipo de Damián Martínez, también repuesto de la fractura que sufrió ante San Lorenzo.
Viene San Martín de San Juan, un equipo que al margen de haber ganado bien el último partido, decidió cambiar el entrenador. Se fue Pipo Gorosito, seguramente por diferencias con la conducción del club y hablando de un “ciclo cumplido” (¿?) y se contrató a Walter Coyette, de gran campaña en Chacarita cuando ascendió, pero sin tanta fortuna y eficacia cuando arrancó en el torneo de Primera.
Ya tuvo Unión un “avance” de lo que puede ser el partido de este sábado a la tardecita, cuando ambos equipos se enfrentaron en Mar del Plata, en un amistoso que finalizó igualado. En esa ocasión, todavía con el trabajo de pretemporada a cuestas, protagonizaron un partido muy parejo. Hoy las cosas han cambiado y Unión llega muy entonado a este partido después de lo que produjo en cancha de Banfield. El equipo se “reinventó”, creció al influjo de una vuelta a las fuentes que rápidamente consiguió Madelón después de tres partidos que llenó de dudas el ambiente rojiblanco: Rosario Central, Arsenal y Estudiantes. No perder el clásico fue clave (más allá de que Unión tuvo más la pelota y hasta jugó, por momentos, mejor que Colón), pero la verdadera recuperación futbolística (y de resultados) llegó sobre todo en los partidos posteriores: San Lorenzo, Temperley y Banfield.
Con 34 puntos, Unión sabe que, quizás, la mitad de los puntos resulten suficientes para concretar la aspiración de clasificar para la Sudamericana. Y de los 7 que restan, hay 4 de local. Por eso, la importancia de sumar en casa para que ese objetivo se pueda concretar.
Está en el baile...
Por Enrique Cruz (h)
Muchas veces se le ha reclamado protagonismo a los equipos santafesinos, sobre todo a Unión, tan propenso en los últimos tiempos a los vaivenes deportivos no exento de penurias. La salida de Madelón, en el 2016, hizo que el club retrocediera en lo deportivo. “Juampi” Pumpido pudo sostener el envión y arrancó bien, pero después el equipo se empezó a caer y no fue feliz la elección de su reemplazante. Pablo Marini tuvo un paso sin pena ni gloria, no sólo por Unión sino también por el fútbol argentino. Duró poco su pretendido regreso.
Ya está, ya pasó. Spahn se vio obligado a buscar nuevamente a ese hombre que —de esto no tengo dudas— se reinventa y se potencia cuando viene a Santa Fe. Madelón es para Unión y Unión es para Madelón. La campaña es muy buena porque los objetivos primarios están cumplidos: mantener la categoría. Ocurre que a Unión le fue bien de entrada y hoy muchos se olvidan que no era cómoda su posición cuando la Súper Liga comenzó a caminar sus primeros pasos. Por eso, ahora todos se animan a pensar en grande.
Nadie se atrevía a mencionar la palabra “copas” hasta hace un par de partidos. Y ahora daría la impresión de que, en la intimidad, el plantel se dijo a sí mismo: “Y ya que estamos en el baile... Bailemos”. Olvidado el asunto “promedio”, ahora se pasó a tratar intensamente el asunto “clasificación a una copa”. Quedan siete fechas, cuatro partidos serán de local y si bien lo más fuerte y complicado —a priori— está en el final, nadie puede quitarle la ilusión al hincha de inscribir por primera vez al club en una competencia internacional. Es lo que este plantel ha conseguido: crear una expectativa que no era tal cuando arrancó el campeonato.
La pregunta es: y si Unión no clasifica, ¿será un fracaso?. Más allá de que es una palabra que suena duro, duele y nadie quiere rozarla en el ambiente del fútbol —tan propenso a definir a sus protagonistas como “fracasados” cuando no ganan algo—, creo que hay un punto de partida que se debe tener en cuenta. “Fracasar” sería no cumplir el objetivo. Y en Unión nadie habló de clasificar a una copa hasta hace dos partidos. Es decir, debieron pasar 20 para que alguien (o varios) se anime a cambiar la meta.
Es posible que si no se clasifique, haya otros términos más adecuados. “Desilusión” o “decepción” podrían caber con más certeza, sobre todo atendiendo a esta muy buena campaña y a esa “ilusión” que hoy tiene el hincha tatengue.
De todos modos, la búsqueda ahora de la gloria deportiva traerá, si los resultados acompañan en buena medida, otro objetivo igualmente de grande: mejorar un promedio que hoy alcanza y sobra en esta temporada, pero que necesita fortalecerse pues comenzarán a desaparecer algunas otras campañas igualmente aceptables y quedará la mochila del primer semestre del año pasado, que Unión arrastrará por un tiempo.
¿Hubo o no una “apretada”?
Después de que se viralizara una publicación de una página que sigue a San Martín en la que se solidarizan con tres referentes del club por haber sido ‘amenazados por los barras‘, el capitán del equipo, Luis Ardente, negó que fuera cierto y explicó que siempre hay un intercambio con los hinchas.
Sorprendido por la publicación de la página partidaria, el arquero manifestó que el diálogo con algunos hinchas que presencian los entrenamientos es algo natural y agregó: ‘Me sorprende porque no ha pasado nada extraño tampoco, incluso la relación con la gente es buena‘.
En ese sentido, el futbolista señaló: ‘agradecemos la preocupación de la gente, pero no sucedió nada‘.
Nunca le pudo ganar
Otro objetivo que buscará Unión en el partido de este sábado, es ganarle por primera vez en Primera División a San Martín de San Juan.
La estadística indica que jugaron 7 veces en la máxima categoría, con cuatro empates y tres victorias de los sanjuaninos.
Con Unión jugando de local, lo hicieron en cuatro oportunidades: tres fueron empates y hubo una victoria de los cuyanos (2 a 1 en el Inicial 2012).
La última vez que se enfrentaron en el 15 de Abril, fue en 2016 y terminaron 1 a 1. Dening abrió la cuenta en el primer tiempo y empató Riaño en el segundo. Los dos arqueros de ese partido fueron los mismos que atajarán ahora.
Para ir a la cancha
Las puertas del estadio se abrirán a las 15.30 y la oficina de socios atenderá este sábado de 9 a 13. Los socios de Unión con carnet y cuota de marzo ingresarán en forma gratuita.
Las plateas tendrán un costo de 500 pesos para la preferencial y palcos, 400 pesos las alta y laterales y 300 pesos la redonda para los socios, las cuáles se venderán este sábado desde las 10.
Para no socios, se venderán generales a 370 pesos (damas y jubilados, 220 pesos y menores, 100 pesos).
También se venderán plateas: altas y laterales a 890 pesos y redonda a 770 pesos con entrada incluida. También la venta será desde las 10 en adelante.