El orgullo santafesino está en casa

Rézola mete "palo" en el lago del gran Pedro

Entrena todos los días y muchas veces se exige con jornadas de triple turno: agua, tierra, gimnasio. Como si fuera poco, estudia para tener un título: quiere ser kinesiólogo.

Pablo Aguirre El palista de El Quillá. La historia deportiva de Santa Fe tiene uno de sus mojones principales ese 16 de marzo de 1946, cuando don Pedro Candioti llegó hasta la altura de la cancha de River, en Núñez, después de recorrer 318 kilómetros en 75 horas 18 minutos para unir las dos ciudades. El conocido Tiburón de El Quillá había sido socio fundador del club y hoy es leyenda. En ese mismo lago, a puro palo, Rubén Rézola acepta el desafío de una vara que quedó muy alta.

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