Alberto “Nene” Sánchez | [email protected]
En varios de los cotejos jugados en esta Superliga, a Colón le ha faltado eficacia, practicidad, contundencia, efectividad; para traducir en el resultado el predominio que ha logrado, aún sin jugar bien. Yendo de atrás hacia adelante en el tiempo, a Chacarita en San Martín lo venció 2 a 0 pero pudo haberlo hecho por goleada; contra Lanús perdió de local cuando por lo menos pudo haber sumado un punto; Huracán se llevó una unidad del Brigadier López con Marcos Díaz como figura.
Eso le ha sucedido, repito, sin mostrar una neta superioridad sobre el rival de turno, de todas maneras, se las ingenió para generar situaciones de gol, las que fueron dilapidadas ya sea por equivocaciones en la definición o por la buena tarea del arquero del equipo contrario.
Esta vez, ante Patronato, que llegó a Santa Fe con la tranquilidad de haber logrado, a cuatro fechas del final del certamen, tener la posibilidad de permanecer en la máxima categoría de la mano de Juan Pablo Pumpido, Colón jugó igual que muchos otros partidos, pero ganó 4 a 0, mostrando lo que antes no pudo: alta efectividad.
Mucho tuvo que ver, es cierto, esa tranquilidad con la que llegó el elenco paranaense. Quizás otra actitud hubiese expuesto si venía al Cementerio de los Elefantes con la obligación de sumar para seguir peleando por la permanencia, aunque eso queda en el terreno de los supuestos.
Colón goleó y se copó de nuevo
Lo que sí fue determinante, sobre todo en el primer tiempo, fue la actuación de Correa. El delantero que llegó de Godoy Cruz convirtió los dos tantos con los cuales el local se fue al descanso ganando 2 a 0. El primero a los 8 minutos, el segundo a los 33, y en ambas ocasiones aprovechando de manera integral, y con gran olfato goleador, la posición y la pasividad de la defensa del “Patrón”.
Lo destacable es que, por lo menos visualmente, a la pelota pareció que la tuvo durante más tiempo el equipo que estaba perdiendo. Es cierto que es un dato que no tiene mucha trascendencia en el fútbol actual, pero sí que Colón ya estaba 2-0 arriba y sin sobresaltos.
Eso sí, todavía faltaban 45 minutos. Y como el que “se quema con lecheà, ve una vaca y llora”, había que esperar. Pero el segundo tiempo transcurrió del mismo modo, con Patronato manejando más el balón (las estadísticas al final del partido dieron que lo tuvo el 52 por ciento y Colón el 48), pero sin preocupar demasiado a una defensa que aún sin Conti, tuvo un buen desempeño colectivo, basado en la buena actuación del reemplazante del capitán, Olivera, y su compañero de zaga, Ortiz.
Para el complemento Eduardo Domínguez varió el esquema inicial 4-3-1-2 por el 4-4-1-1, con Ruiz en cancha en lugar de Chancalay, con el objetivo de quitarle la pelota a Patronato, algo que recién logró luego de los 25 minutos, justo después de que Ribas, en la única que tuvo, desvió su cabezazo muy cerca del caño izquierdo de Alex Domínguez, que sólo atinó a mirar.
Pasada la media hora llegó el tercero del rojinegro, cuando Correa casi “moja” otra vez, pero no llegó a definir cómodamente, el rebote le quedó a González, quien remató pero la pelota dio en un defensor, y finalmente, ya sin arquero, la zurda de Ruiz hizo el resto, 3-0 y partido liquidado.
Hubo que esperar el minuto 45 para que después de 21 toques, el balón le quedara a Toledo, quien entrando en velocidad al área mayor, batiera a Costa (que reemplazó al buen arquero Bértoli) para conquistar su primer gol desde que llegó a Colón, y el cuarto de la goleada del rojinegro santafesino sobre el paranaense.
Buena victoria del Sabalero, tal vez algo abultada, pero eso ya es “harina de otro costal”. Los 3 puntos y los 4 goles lo pusieron a Colón en la 11ma. posición con un partido por completar (los 68 minutos contra Vélez). Esta vez, jugando como lo hizo en muchos partidos del torneo, alcanzó lo que no pudo en varios: ganar mostrando eficacia, practicidad, contundencia, efectividad; 4 términos que terminaron redondeando un 4 a 0 tan concreto como positivo.