Domingo Sahda
Domingo Sahda
“De pinturas y dibujos”
En tanto apertura de temporada de muestras y exposiciones, la galería Made (Sarmiento 3060) exhibe una colección de trabajos resueltos en el plano pictórico, en cuanto tal, enriquecido visualmente con el aditamento de elementos plásticos semicorpóreos que particularizan la configuración de cada obra a la vista, percibidas como collages de delicada y atenta composición, de proporciones espaciales acotadas. Las proposiciones visuales de libre definición, ricas en matices lumínicos, giran en torno a una temática entendida como esencial para su creador, el artista plástico Carlos Monge. El artista apela al rostro, a la cabeza humana como leitmotiv, configurando imágenes de diversa proyección visual de sugerente contenido psicológico.
Estas piezas expuestas, al margen de sus leves sobrerrelieves que operan como acentos y pausas configuradas, no perturban el recorrido visual pertinente; antes, lo enriquecen en su potencial plástico expresivo, sumándose a otras piezas de resolución pictórica esencial, sin aditamentos. La cabeza humana, expresada por el autor como pauta esencial de su propuesta, definida desde una óptica surreal acotada, define al autor como poseedor de un rico oficio plástico a la vista. La colección se titula “TE Quiero”, y en el impreso de mano Melina Piterbarg señala: “Carlos Monge imagina personajes que están en el limbo, entes terrenales que alcanzan el plano espiritual perdiendo sus límites”. Trabajos que capturan la atención por su preciosista realización de resolución libre atrapan la atención desde una particular óptica expresiva. El riesgo de “bello ornamento cultural” asoma como hipótesis circunstancial recortándose ocasionalmente como estereotipos que cierran su proyección en sí mismos.
“In the box”
En el museo César López Claro (Piedras 7352), Diego Sterlachini expone una colección de dibujos y pinturas, de tamaño medio y menor, vinculados todos ellos entre sí, esencialmente, por el particular tratamiento del espacio plástico, entendido como soporte por sobre el cual discurren los enunciados visuales de evidencia expresionista manifiesta. El plano del papel de base oficia como subjetiva pantalla por sobre la cual Sterlachini define sus enunciados visuales, que no admiten pausas, al menos de rango compositivo en cada propuesta a la vista. Expresionista manifiesto, la línea, el trazo violento en su expresividad configura escenificaciones que saturan el plano-soporte sin la admisión de pausas de contraste valorativo. La efervescencia expresiva del autor-expositor se reitera, con manifiesta soltura en cada trabajo a la vista. “Diego pretende protegerse y protegernos del enemigo y la miseria, exorcizarse del dolor y la muerte. Pinta lo que puede recoger en un momento determinado, en una ojeada única, sin métodos racionalistas” (Nilda Marsili, curadora de la muestra). La ausencia de planos de “descanso visual” que admita la idea de contraste compositivo-expresivo conspira indirectamente en contra de la percepción detallada de cada obra a la vista en tanto logro. El contraste violento entre trazo y masa plana, entre luz y sombra sin intermediaciones impacta ciertamente en tanto discurso unívoco. Diego Sterlachini se manifiesta como temperamental artista visual en propuestas de calificada configuración, las que en tumultuosa presencia visual dificultan la apreciación de cada trabajo expuesto. Cada obra, resuelta como vínculo desafiante en las cuales todo está expresado sin intermediaciones configuran un panorama sin matices.
Ambas muestras se vinculan, quizás inopinadamente, en tanto se nutren de configuraciones visuales enriquecedoras del panorama del arte visual local, superando en ambos casos muchas proposiciones de pretendida actualidad, las que no superan pretenciosas frivolidades.