Imaginación melódica y ritmos contagiosos

Juan Ignacio Novak [email protected]

Obras de Max Bruch y Franz Schubert conforman el programa seleccionado para el próximo concierto, el sexto en lo que va de la temporada, de la Orquesta Sinfónica Provincial. Tendrá lugar el próximo viernes, a las 21, en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457), con las actuaciones del clarinetista Benjamín Vilte y del violinista Gabriel Mateos en calidad de solistas. la dirección estará a cargo del maestro uruguayo Martín García, quien señaló ante la consulta de El Litoral las características de las obras que se ejecutarán el viernes, ambas inscriptas dentro del Romanticismo, a pesar de que son muy diferentes entre sí y fueron compuestas con una distancia de más de 80 años una de otra.

“La sinfonía de Schubert en Do Mayor conocida como ‘la Grande’ es una obra monumental, con dimensiones y dificultades que en su tiempo generaron cierto revuelo en las orquestas que la estrenaron, esto es diez años después de la muerte de Schubert y luego de que Schumann, con esa capacidad para detectar y alentar lo genial, se convirtiera en su adalid”, explicó García. Y añadió que con el tiempo “se convirtió en una sinfonía muy querida del repertorio debido a sus ritmos contagiosos y su inagotable imaginación melódica. es una síntesis del lenguaje musical de Schubert en que conjuga la sensibilidad de su música de cámara con un pensamiento netamente sinfónico muy personal”.

Respecto al concierto de Bruch, apuntó que desde su óptica se trata de una obra de “gran belleza poética, debido en gran medida a la nobleza de los dos instrumentos solistas. Tiene una homogeneidad expresiva tal que, aun a pesar de sus contrastes, deja una impresión de serenidad”.

Dialogar con la tradición

—Se le atribuye un fuerte impulso el desarrollo técnico-artístico de la Orquesta Sinfónica del Sodre a partir, entre otros aspectos, de la inclusión en los repertorios de obras de compositores uruguayos. ¿Cómo es la realidad actual de la música académica de su país?

—Por un lado, Uruguay siempre tuvo una vida cultural rica y se ha preocupado por formar artistas y crear instituciones para la cultura. Así, por ejemplo, está la Orquesta Sinfónica del Sodre, una de las primeras orquestas estatales de Sudamérica, y la Orquesta Filarmónica de Montevideo, que este año festeja su 60º aniversario. Paradójicamente, a veces se echa en falta una visión institucional que dé cauce, proyección y apoyo a los esfuerzos e impulsos de los artistas de manera ordenada, sobre todo pensando en mejorar la calidad y el impacto de la música clásica en la vida cotidiana y en la educación.

—También se dedicó, en el mismo marco, a la exploración de repertorios poco frecuentes. ¿Cuáles fueron y por qué los eligió?

—Estrenamos en Uruguay el oratorio “el Paraíso y la Peri” de Schumann, una obra maestra, muy famosa en su tiempo, que luego cayó en el olvido y desde hace algunos años se está volviendo a apreciar; también estrenamos en Uruguay obras de Pierre Boulez, Rautavaara y los uruguayos Sergio Cervetti y León Biriotti, entre otros. Realizamos también una jornada de lectura de nuevas obras luego de la cual seleccionamos algunas para estrenar. Me parecía necesario enfatizar la obligación de la Orquesta del Sodre de dialogar con toda la tradición musical y aún con distintas manifestaciones de la cultura. es necesario un equilibrio en todo, naturalmente. Hay repertorios ineludibles y queridos a los que siempre se regresa, pero ¿Quién sino la Orquesta Sinfónica del Sodre tendría la obligación de nutrir al público uruguayo en el sentido que decía?

Realidades y experiencias

—Dirigió orquestas de distintos puntos de la República Argentina ¿Qué visión tiene del nivel de la música académica argentina? ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades?

—No puedo emitir un juicio, porque conozco apenas por arriba la realidad de algunas provincias. Me parece admirable que haya tantas orquestas de buen nivel, tal como la Sinfónica de Santa Fe.

—Fundó hace 18 años en Montevideo la Orquesta Esterházy, consagrada a la música del siglo XVIII. ¿Cómo fue esa experiencia y de qué modo influyó en su carrera?

—Fue una experiencia de juventud que me permitió dirigir el repertorio que a mí me interesaba. Se trató de un proyecto óptimamente gratificante, de no ser porque me hizo perder dinero.

Los solistas

El clarinetista Benjamin Vilte brinda conciertos y masterclasses en el país y en el extranjero. Obtuvo el puesto de solista en la Orquesta Sinfónica de Santa Fe, colabora como clarinete requinto en la Orquesta Sinfónica de Córdoba y es profesor en la Maestría de música de Cámara de la Universidad de Rosario.
Gabriel Mateos integra las orquestas sinfónicas de Santa Fe y de entre Ríos. es profesor de las cátedras de viola del Liceo Municipal Antonio Fuentes del Arco y del Instituto Superior de música de la UNL.

Repertorio

El programa previsto para el concierto del viernes incluirá el Doble concierto para Clarinete y Viola en mi menor, op. 88 de Max Bruch y Sinfonía Nº 9 “la Grande”, D. 944 de Franz Schubert.