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Los emblemas nacional y provincial se lucieron en los mástiles más altos de Santa Fe, durante la inauguración de las obras de remodelación del espacio verde. Pero no aguantaron las ráfagas de viento que soplan a 40 metros de altura.
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No fue fácil izarlas hasta 40 metros de altura: se enredaban a mitad de camino, y hasta una de ellas llegó a caerse mientras se elevaba por las sogas del mástil. Finalmente, allí quedaron, imponentes, flameando frente a la Casa de Gobierno, en medio del espacio verde renovado.
Pero no pudieron soportar las fuertes ráfagas de viento que soplan a esa altura y este lunes por la tarde, apenas tres días después, quedaron convertidas en harapos. Al elevar la vista, ya sólo se observan vestigios de telas celestes y blancas; rojas y azules.