El concejal Leandro González, junto a su par Marcelo Ponce volvió a destacar la importancia de sumar dispositivos públicos que retarden la llegada del agua de lluvia a la red de desagües, para combatir la vulnerabilidad hídrica de Santa Fe.
“El proyecto ya está presentado y fue pensado hace tiempo junto al Instituto Nacional del Agua para solucionar la problemática hídrica de 16 manzanas”, dijo el concejal.
El concejal Leandro González, junto a su par Marcelo Ponce volvió a destacar la importancia de sumar dispositivos públicos que retarden la llegada del agua de lluvia a la red de desagües, para combatir la vulnerabilidad hídrica de Santa Fe.
“Dado que el municipio ha anunciado la remodelación de la Plaza Constituyentes, proponemos que allí se instale un retardador público, una iniciativa que ya habíamos presentado formalmente el año pasado, en el Concejo y junto a Leonardo Simoniello”, expresó González, agregando que anteriormente se realizaron “estudios que estiman que la colocación de un retardador permitirá disminuir el riesgo hídrico, y brindar una solución a los constantes anegamientos que sufren los vecinos, especialmente ante lluvias fuertes”.
Asimismo, el concejal Ponce explicó la función de los retardadores: “funcionan como reservorios, que retienen el agua durante un tiempo mientras llueve y luego la van largando a los conductos, o sea a la propia calle. Así, en los momentos de lluvias intensas, el agua queda en esos espacios. Es una herramienta esencial para nuestra ciudad. Según las estimaciones, si se instalara un dispositivo en la plaza Constituyentes, se verá beneficiada la zona delimitada entre las calles Suipacha, Primero de Mayo, Saavedra y Bulevar Pellegrini”.
Retardadores públicos
En ese sentido, cabe destacar que ya había sido presentado también otro proyecto más amplio, para crear un Sistema Público de Retardadores, que contribuya a mitigar el impacto de las grandes precipitaciones en distintos puntos de la ciudad. “Hace cinco años que rige una ordenanza que obliga a incorporar retardadores pluviales en las construcciones privadas. Insistimos con que esta norma contemple la posibilidad de que puedan instalarse reguladores en otros predios, o que puedan aportar el equivalente al monto que demande su construcción, a un fondo destinado a financiar retardadores públicos de mayor escala, para que la inversión privada y el gasto público sean más eficientes y respondan a una planificación seria”, explicó González.
“Hace tiempo el Instituto Nacional del Agua realizó estudios que determinaron una cantidad de puntos críticos o zonas de anegamientos de la ciudad: la Plaza Constituyentes, la Plaza del Soldado, la esquina de Avenida Freyre y Catamarca, entre otros”, ejemplificó Ponce. “Si como Estado apuntamos a construir estos dispositivos, cuando llueva, esas zonas serán menos vulnerables”.
“Sabemos de la importancia que tienen en nuestra ciudad las obras hídricas, venimos trabajando en este sentido con distintas propuestas, como la instalación de canales urbanos de escurrimiento, por ejemplo. Son herramientas que ayudan a disminuir los problemas que nos ocasionan las anegaciones. Así se va a planificar la ciudad de forma ordenada y beneficiosa para los vecinos”, concluyó González.