Ing Agr Gustavo López
El autor, asesor CREA en Santa Fe y Córdoba, plantea descartar las simplificaciones, sean ideológicas o agronómicas, y avanzar en una mirada sistémica de la producción agropecuaria. Así, al mismo tiempo, podrían lograrse mejoras ambientales y económicas en las empresas.
Ing Agr Gustavo López
Agroecología es uno de esos términos “paraguas” a los que se asocian diversas ideas, que van desde un enfoque científico de los sistemas productivos, pasando por la producción estrictamente orgánica de alimentos, asignaturas en las facultades, oportunismos, movimientos sociales, hasta los más reaccionarios conceptos ideológicos. El término también aparece asociado muchas veces al “Manejo holístico”.
Sería extenso abordar en un artículo los conceptos que proponen estos sistemas de producción, pero básicamente se trata de producir alimentos prescindiendo del uso de agroquímicos, con la mayor biodiversidad posible y respetando (y utilizando) las “leyes” básicas de la ecología. Quienes trabajan en esto plantean que una hectárea que produce hoy una cantidad determinada toneladas de soja o maíz por ejemplo, puede producir la misma cantidad de toneladas de alimentos diversos con frutas, plantas de diferentes especies, carnes de animales diferentes, etc.
Entre una hectárea cultivada como la conocemos hoy, a ese modelo, existe una distancia enorme. Lo cierto es que mucha gente está trabajando seriamente en diferentes matices entre estos dos extremos. Todos ellos indudablemente buscando mejorar con diversas propuestas y a diferentes velocidades lo que tenemos hoy, movidos principalmente por un compromiso con el entorno ambiental y social.
Pero mientras tanto cada vez más empresarios, profesionales y científicos estamos visualizando que el sistema de producción actual comienza a tener fecha de caducidad. El modelo de producción sostenido por agroquímicos comenzó a mostrar grietas. Y la más notable es la tasa casi exponencial de aparición de resistencias a herbicidas en muchas malezas y también insectos que quiebran rápidamente la resistencia a insecticidas. No es muy descabellado pensar entonces que haciendo más de lo mismo, es decir utilizando mezclas de más herbicidas e incrementando dosis, no se llegará muy lejos. La capacidad de adaptación de la naturaleza a la presión de selección siempre será más poderoso, y lo único que se logra es incrementar el uso de químicos cuando el mundo está pidiendo evitar la contaminación del ambiente en todas sus formas posibles.
Si consideramos entonces que el sistema de producción agrícola actual no es lo mejor que existe, sino que como todo sistema puede superarse, mejorarse, pensándolo de una forma diferente, podemos intentar entonces algunos avances, que sin llegar a aún a la producción agroecológica “pura”, utilice y adopte alguna de sus conceptos adaptándolos a lo que hacemos hoy.
La idea es reducir al máximo posible el impacto en el ambiente e incluso regenerar algunas de sus propiedades, utilizando como recursos elementos y procesos que ya existen en la naturaleza. Para eso es preciso dejar de ver el sistema en compartimentos estancos (manejo de suelos - control de malezas – control de plagas – sanidad animal – nutrición animal – manejo reproductivo, etc) y lograr un manejo armónico del sistema que respete los tiempos y las leyes de las especies con las que se trabaja, con el objetivo por supuesto de obtener una producción de alimentos, ya sea carne, granos u otros vegetales.
En Argentina ya existen casos exitosos de producción de carne en sistemas agroecológicos. La base es la producción de forraje en pasturas consociadas, haciendo foco en el manejo de la pastura y no tanto en el animal.
Si bien en sistemas ganaderos se le ha “encontrado la vuelta” a la cuestión, en la producción agrícola es bastante más difícil. Pero bajo la misma óptica y concepto de visión holística de sistema, nos estamos encontrando con que contamos con muchas alternativas o tecnologías, generalmente de procesos (manejo), que integrándolas, considerándolas parte de un sistema y no como prácticas aisladas, se puede transitar gradualmente.
Muchos estamos trabajando, generando información, aprendiendo mientras se hace, indagando, buscando propuestas integrales y sistémicas de empresa agropecuaria (ganadera y agrícola) más agroecológicas. ¿Por qué tanto énfasis en plantear el trabajo como una búsqueda?, porque justamente como se trata de integrar prácticas, disciplinas, conocimientos ya generados, para cambiar gradualmente los sistemas actuales, se requiere de una ingeniería a mi gusto mucho más interesante y desafiante que leer un marbete, hacer una receta y aplicar. Lo que se compra viene hecho, ensayado, investigado y listo para usar, en agroecología es preciso crear, entender, observar el sistema y acompañarlo para lograr el objetivo final que es producir.
Algunas propuestas concretas que estamos trabajando en planteos agrícolas:
La primera propuesta, a nivel de empresa agropecuaria, es que la agricultura no esté sola, sino que forme parte de un sistema de rotación agrícola ganadera. Tener un lote sin verde y controlado con barbecho químico, es lo primero que hemos descartado en este sistema, no le encontramos sentido alguno (no es cierto que el impacto de “guardar el agua en el suelo durante el invierno” sea siempre económicamente positivo en la empresa).
Además de los verdeos, los cultivos de servicios, ya sean los cultivos de cobertura de gramíneas en el invierno, o abonos verdes, no sólo contribuyen a reducir el uso de agroquímicos para el control de malezas, sino que aportan sistemas de raíces que mejoran la condición física del suelo (porosidad, infiltración, etc) e incrementan la captura de carbono y algunos aportan nutrientes reemplazando buena parte de lo que debiera agregarse con fertilizantes, por ejemplo leguminosas como vicia u otros que incorporan nitrógeno para el cultivo siguiente. Una planta de soja guacha por ejemplo, aporta N al suelo, y se controla “gratis” con la primer helada. Sin embargo a veces estamos gastando en agroquímicos para controlar soja guacha.
Tambiénpueden mencionarse cultivos de cobertura, intersiembras de gramíneas como la avena strigosa en maíz, rotación de cultivos lo más diversa posible contemplando por supuesto el resultado económico, pasturas consociadas, eliminar las prácticas de control “preventivo”, incluso algunas herramientas como los rolos trituradores son eficientes por ejemplo para detener el crecimiento de un cultivo de cobertura sin utilizar agroquímicos y sin afectar las condiciones del suelo.
Se podrían seguir nombrando diversas prácticas que INTEGRADAS permiten arribar, también en agricultura, a sistemas donde esa integración vaya generando un círculo virtuoso en el que una práctica se beneficia de la otra, se reduce el uso de insumos químicos y se generan mejores condiciones en el ambiente. Como se verá, en ningún momento planteamos el corte radical de utilización de algún agroquímico, tampoco de tecnología de transgénicos.
Este no es un planteo ideológico, no se radicaliza la cuestión agroecológica al punto de correr el riesgo de perder un cultivo, pero sí creemos que hay mucho para hacer, que el sistema de producción actual debe ser superado por uno mejor y que la sumatoria de mucho de los conocimientos y prácticas que ya están generados, aprendiendo a ver correctamente el sistema y leer la naturaleza, desaprendiendo sobre todo el esquema dependiente de insumos en el que nos han educado y permitiéndonos ver otras cosas, llegaremos probablemente en algún momento a recordar aquella época en que el costo de los insumos y servicios se llevaba gran parte de nuestro esfuerzo en la empresa y el resto de la sociedad nos veía (erróneamente) como enemigos del ambiente. Para nosotros, como agrónomos es un desafío mucho más interesante hacer agronomía, que es justamente integrar conocimientos y manejos para lograr sistemas superadores, que ir de shopping a comprar bidones con instrucciones de uso, para ver luego cómo el “yuyo colorado” se sale con la suya.