Enrique Cruz (h) | (Enviado Especial a Rusia)
Habló de Soldano y dijo que “lo tenemos que vender, pero por una cifra que en Unión jamás se haya escuchado”. Y también de Madelón: “Con Leo tuvimos un divorcio no deseado cuando se fue y dirigió a Belgrano”. Su postura ante la Sudamericana es prudente: “Te posiciona, pero tampoco hay que tirar manteca al techo”, señaló.
Enrique Cruz (h) | (Enviado Especial a Rusia)
Integra un grupo nutrido de hinchas de Unión que andan por Moscú. Confiesa estar en permanente contacto con sus pares en Santa Fe y cruzándose permanentemente con otros dirigentes y representantes, muchos de ellos en Rusia por estas horas. El doctor Marcelo Martín, vicepresidente de Unión, charló a fondo con El Litoral a pasos de la legendaria Plaza Roja. La selección, la AFA, la Superliga, Unión, la necesidad de vender algún jugador, Madelón y el futuro deportivo, fueron algunos de los temas tocados en la larga charla.
—¿Te enchufás con la selección?
—Sí, claro. Como todos los argentinos cuando llega un momento así. La selección en un Mundial se convierte en una debilidad para todos.
—¿Sos crítico con Sampaoli?
—Hoy sí. A mí me gustan los técnicos como él, que tienen vocación ofensiva y que presionan, como él lo hizo en Chile, con la U y la selección, y en el Sevilla, pero lo de Islandia me preocupó. El equipo no se pareció en nada a lo que pretende Sampaoli y tiene un grupo de jugadores grande de edad, es el más grande en promedio del Mundial. Y así no se puede presionar allá arriba como él pretende. Y aparte, las actuaciones individuales fueron bajas. Un partido como el del otro día ante Islandia, en octavos, te deja afuera del Mundial. Por eso me preocuparon las falencias.
—¿Se comparte el criterio de cambiar tanto?
—El equipo de Bilardo tuvo cinco cambios en la final con relación al que jugó el primer partido, pero lo que veo en este plantel es que no tiene ese recambio que sí tuvo el equipo del ’86. Por ejemplo, si lo quiere sacar a Mascherano, ¿a quién pone?... Tengo dudas de que pueda implementar cambios significativos y con este nivel de juego que tuvimos con Islandia, nos volvemos rápido. Es cierto que el partido fue especial, tuvimos un penal y desde que Messi lo erró, eso lo sacó por completo del partido. Capaz que si convertía el penal, hoy estábamos hablando de otra cosa porque el partido se abría y aparecía una versión diferente del equipo.
—Conviviste a través del tiempo con una AFA y un fútbol argentino que fue cambiando. ¿Cómo es el momento actual?, ¿cómo se inserta Unión en esa realidad?
—A la AFA, hoy, no la maneja Primera División, porque los clubes de Primera estamos aggiornados en la Superliga. No somos muchos los clubes de Primera que tenemos representación en AFA. Esta situación llevó a que la Primera y la AFA no tengan hoy un nivel de integración deseable y como ocurrió históricamente. Los clubes de Primera estamos empezando a ver nuevos ingresos porque hay gente que conoce mucho de marketing y que está trabajando muy bien en la Superliga. Entonces, el resto de los clubes y las ligas tienen que ver todo esto como la máquina de un tren en el que deben colarse. Ésa es la realidad a nivel AFA y Superliga. En cuanto a los clubes, hay que entender de una vez por todas que no se puede gastar más de lo que entra.
—Los ingresos mejoraron y se habla, por ejemplo, de un piso de 90 millones en el año para clubes de la categoría de Unión. ¿Se mejoró también en los pagos?, ¿qué es lo que todavía se le debe a la AFA?
—En cuanto a la última pregunta, la deuda de los clubes con la AFA se redujo a la mínima expresión. Y respecto de la primera pregunta, se está pagando en tiempo y forma desde la Superliga. Hay una normalización en ese aspecto que ayuda.
—Hablemos de Unión. ¿Debía quedarse Madelón como entrenador?
—Madelón no debería haberse ido ni siquiera a Belgrano. Te lo digo porque se lo dije a él. Con Leo tuvimos un divorcio no querido cuando se fue y nos costó caro a los dos. Eramos un “matrimonio” con algunas discusiones pero que no daba para que nos divorciemos. Nosotros tenemos que armar un proyecto de Unión de futuro que no esté atado a la inmediatez. Y Leo representa esa idea.
—¿Cómo se hace si en este país lo que gobierna es la inmediatez?
—Hay que dar un paso adelante en infraestructura. Nuestro gran desafío es el predio deportivo, porque no podemos andar a las vueltas por Casasol, Los Molinos, La Tatenguita. Te lo dije en otras oportunidades y lo mantengo... A mí me dolió mucho lo de Cicotello cuando se fue.
—¿Por qué?
—Mirá, te confieso que apenas lo conocí, no tuve tanto trato con él. Pero me molestó mucho porque después salen a decir que los dirigentes no bancamos procesos y resulta que ante la primera oferta se fue. Eso fue lo que me molestó y bastante.
—¿Hay que apostar definitivamente a inferiores?
—Es que no hay otra. Acá hay que armar un equipo propio, traer cuatro o cinco refuerzos y esperar lo que se pueda vender. Porque ésa es la otra realidad, acá hay un dólar dando vueltas y quieren volar todos. No lo digo por Unión, sino por la realidad del fútbol argentino.
—¿Crees que los proyectos dependen de los nombres o de una política?
—El esquema general, el del predio, el del alojamiento y las inferiores trabajando en directa relación con el plantel profesional, tiene que ser una cuestión de Estado en Unión. Los nombres son importantes, pero acá se necesita una banca institucional. Y te digo más: una vez que alguien lo plantee, debe superar a las comisiones de turno y respetarse. O sea, que el proyecto trascienda las comisiones directivas.
—En algún momento, Grondona quiso hacer algo diferente en juveniles y pidió proyectos. Apareció Pekerman con el suyo y fue lo mejor que le pasó al fútbol argentino. ¿Hay que hacer eso?
—Bueno, si me llevás para ese lado, te digo que la persona en ese caso es muy importante. Pero la pregunta es: ¿quién? Y otra cosa también es hasta dónde se puede retribuir económicamente ese trabajo.
—¿Se va a vender a Soldano?
—Si aparece una buena oferta, sí.
—¿Qué es una buena oferta?
—No quiero darte cifras porque en Santa Fe me van a matar... Pero tiene que ser una oferta que nunca se haya escuchado en Unión.
—O sea varios millones...
—O sea una oferta que no sea ni de 1, ni de 2 millones de dólares... Es un delantero, goleador, tiene 23 años, pasaporte comunitario, no se lesiona, buen chico... Tiene todo y nosotros tenemos que aprovechar. Yo sé que los jugadores no son vasos ni copas que se venden en una tienda, pero hay un mecanismo de venta que se hace posicionando al futbolista en el mercado extranjero. Y eso requiere trabajo.
—¿Gamba?
—Lucas se portó de maravillas con Unión, tiene una edad en la que va a buscar consolidar su futuro. Se le hizo la mejor oferta que puede hacer Unión, dependerá de él y ojalá que se quede. Pero si no se queda, lo voy a entender. Este chico no paró nunca, le duele algo y va a la cancha, tiene fiebre y va para adentro, no se frena nunca y estuvo siempre. Pero tengo que volver al tema del dólar. Y yo lo entiendo si se fija en eso, no es un descrédito para él, al contrario, porque a Gamba le tenemos que estar muy agradecidos los unionistas. Pero lo entiendo porque tiene 31 años y es su momento de hacer alguna diferencia que Unión, quizás, no esté en condiciones de satisfacerla.
—Se festejó mucho el ingreso a la Sudamericana y tiene que ver, en parte, con el folclore ciudadano por lo que también ya viene logrando Colón. ¿Cuál es la importancia real que le dan a esa clasificación?
—Es explorar un ámbito desconocido, es meterse en el esquema de la Conmebol. Hay que tener cuidado, no tirar manteca al techo y que esto se transforme en un boomerang. Una vez, José Luis Meiszner era presidente de Quilmes y fue a jugar al Morumbí contra San Pablo, imaginó un escenario que no era el correcto, se embelesó y un año después de ese partido, su club estaba en la segunda categoría. Hay que hacer las cosas bien, porque jugar la Sudamericana no es emborracharse, porque no es una fiesta de 15.
—¿Cuáles serán las consecuencias para el fútbol argentino de acuerdo a cómo le vaya a la selección en este Mundial?
—No me puse a pensarlo. Creo que el fútbol argentino tiene que reformularse muchas cuestiones, hay cosas que se hicieron bien y otras que se deben mejorar. Si nos va bien, la marca fútbol argentino que nos incluye a todos, seamos de Primera o de otra categoría, nos va a beneficiar. Un buen Mundial —y si lo ganamos con más razón— nos va a dar un impulso a nivel Fifa que se va a sentir desde la cabeza hasta los pies en el fútbol argentino. Y tendremos que aprovecharlo. De todos modos, te repito que no quiero ir de un extremo al otro según el resultado, porque si no estaría dándole identidad a eso de que si la pelota pega en el palo y entra es una cosa y si pega en el palo y sale es otra. Yo no comparto ese criterio.