Por Lucas Navarro
Por Lucas Navarro
Es una frase simpática, que la repiten tanto funcionarios como la comunidad en general, pero les propongo analizar más a fondo el tema y su puesta en práctica en nuestro país. Para empezar la educación vial no es gratis, nos cuesta dinero a todos los argentinos, se debe capacitar a los docentes, proveer a las escuelas de recursos materiales y destinarle horas cátedra. Los niños empezarían desde el jardín a incorporar conceptos ideales sobre un tránsito ficticio ya que la realidad está puertas afuera. ¿Qué vemos en la calle? Padres que estacionan en doble fila, no respetan zonas amarillas de estacionamiento ni ciclovías, no llevan a los niños en sillas de retención, no usan cinturón y hasta hablan o envían mensajes por celular mientras conducen. Por otro lado se ven niños en transportes escolares sueltos, casi sentados en las ventanas, o sentados en unos tablones con cinturones instalados precariamente. Completan la escena aquellos niños menores transportados en moto, sin casco o llevando dos menores en el mismo vehículo. Entonces pregunto ¿es lógico invertir dinero en educación vial? ¿los niños aprenden más de sus docentes o de sus padres? ¿no es irónico exigirle a las escuelas educación vial si luego como adultos responsables no cumplimos las normas de tránsito? ¿debemos esperar a que toda una generación reciba educación vial para que disminuya el número de muertes por tránsito?. Analicemos como lograron otros países disminuir las víctimas fatales por el tránsito: existen leyes que obligan al uso de cinturón, casco, sistemas de retención infantil y transportes escolares seguros, pero lo más importante es que se aseguran que se cumplan esas leyes, con controles efectivos, sostenidos en el tiempo y multas o sanciones acordes, proporcionales a la falta e ineludibles. Luego de asegurarse todas estas medidas instituyeron un plan de educación vial, no antes como pretendemos en Argentina. No parece razonable delegar en la escuela ,los deberes que tenemos como educadores en nuestra propia familia. Debemos ser el ejemplo de los mas pequeños, respetar las normas de tránsito y a los demás usuarios de la vía pública, de esta manera dejaremos un sólido legado que tomarán nuestros hijos y lo replicarán con nuestros nietos. Como me enseñó el Dr Juan Carlos Beltramino, médico pediatra “así como a nadar se aprende en el agua, educación vial se aprende en la calle”. Basta de excusas y frases bonitas, respetemos, cumplamos y demos el ejemplo.
(*) Médico pediatra. MP 4133- Secretario del comité de prevención de lesiones - Filial Santa Fe de la Sociedad Argentina de Pediatría