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Según un nuevo estudio del Observatorio de Argentinos por la Educación, en el nivel socioeconómico bajo no es suficiente el acceso al nivel inicial para mejorar significativamente el desempeño en Lengua y Matemática.
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Desarrollo de capacidades de pensamientos que serán la base del aprendizaje efectivo, inicio en la socialización y en diferentes tipos de lenguajes, fomento de la resolución de problemas, desarrollo de capacidades motoras y pensamiento lógico-matemático; son algunas de las competencias que lleva adelante el nivel inicial y aptitudes que deberán adquirir niños y niñas en el tránsito por este ámbito.
Sin embargo, el mero acceso no garantiza la transferencia plena entre escolarización temprana y rendimiento educativo, sino que en buena parte el nivel socioeconómico de pertenencia se vuelve un condicionante en los aprendizajes significativos.
Frente a las múltiples privaciones que afectan a los chicos más pobres, los datos de Aprender indican que la asistencia a nivel inicial no alcanza para que los niños de nivel socioeconómico bajo mejoren significativamente su desempeño en Lengua y Matemática en primaria y secundaria.
La escolarización temprana suele asociarse con mayores niveles de aprendizaje en primaria y secundaria. Incluso, según los datos arrojados por Aprender, los niños que van al jardín suelen lograr mejores desempeños en la escuela.
De todos modos, esa unión no siempre se verifica para los chicos de nivel socioeconómico bajo: entre los chicos más pobres, afectados por múltiples privaciones (alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información, estimulación), el jardín de infantes no alcanza a compensar las desigualdades de aprendizaje.
Los datos surgen del informe “El jardín de infantes no puede solo”, del Observatorio Argentinos por la Educación. Allí se observa la asociación entre los niveles de aprendizaje de Matemática y Lengua en primaria y secundaria, y la asistencia o no al jardín de infantes. Esa asociación positiva se ve de manera clara para los chicos de NSE alto, pero no se verifica para los chicos de NSE bajo.
Según las hipótesis planteadas por el informe, esa diferencia tiene que ver con las dificultades del jardín para compensar por sí mismo las múltiples privaciones a las que se ve expuesta la infancia en la Argentina. Pero también podría explicarse por una diferencia en la calidad de la oferta de nivel inicial a la que acceden los niños según su nivel socioeconómico.
Insuficiencia
Los datos analizados por el Observatorio a partir de la prueba Aprender 2016 indican que el porcentaje de estudiantes de NSE bajo que logra nivel “satisfactorio o avanzado” en Matemática en primaria no varía significativamente según asistencia a nivel inicial.
“La inclusión de los más pequeños no garantiza en sí misma buenos resultados en los futuros aprendizajes. La calidad, garantizada por los proyectos institucionales, la profesionalidad docente y la estrategia pedagógica, importa tanto como la inclusión” dijo Mariano Narodowski, profesor de UTDT y cofundador de Pansophia Project.
La cantidad de alumnos con buenos desempeños es incluso mayor entre quienes no fueron al jardín (57,3%) que entre quienes fueron desde los 4 años (52,8%).
En secundaria tampoco se dan grandes variaciones de desempeño entre quienes no asistieron al jardín y quienes sí lo hicieron.
“Adelantar la escolarización a edades tempranas no resuelve necesariamente los problemas de calidad en primaria y secundaria. A esta visión mágica la hemos denominado ‘fuga hacia atrás’ y es una decisión político educativa muy precaria e incompleta, porque el nivel inicial potencia en los chicos el capital cultural de sus familias solo si la oferta es de alta calidad, y solo en ese caso sí se advierten mejoras en los sectores sociales más vulnerables”, continuó Narodowski
Privilegios
Juan Llach, miembro de la Academia Nacional de Educación, planteó que “en los NSE medios y altos es mayor la correlación entre asistencia al jardín y aprendizaje en primaria y secundaria”.
En el informe se indica que en los jóvenes de NSE alto, solo el 15,5% de quienes no asistieron al jardín logra buenos desempeños, mientras que la cifra es más del doble (39,0%) para aquellos que asistieron desde sala de 3 o antes.
Según Llach “esto ocurre porque, por ejemplo, las cruciales prácticas de desarrollo infantil (nutrición y estimulación) pueden ser de mayor calidad en esos NSE. Y también puede estar ocurriendo que los jardines a los que asisten los chicos de menor NSE sean, en promedio, de inferior calidad, y no lleguen a compensar las diferencias de prácticas de desarrollo infantil entre uno y otro NSE”, argumentó.
Prueba estándar
Cabe aclarar que el informe no analizó relaciones de causalidad, sino sólo correlaciones simples. En otras palabras, lo planteado no implica que la asistencia de los chicos al nivel inicial no tenga efectos positivos.
“Las instituciones educativas transmiten muchos saberes que las pruebas estandarizadas como Aprender no captan: hábitos personales, relaciones grupales, capacidad de ponerse en el lugar de otro, construcción de categorías témporo-espaciales, identidades locales y nacionales, conocimiento de reglas y límites, disfrute lúdico, entre otras”, agregó al respecto, Narodowski.