Redacción de El Litoral
A las 20, se presentará la obra escrita y dirigida por Antonio Germano.
Redacción de El Litoral
El domingo, a las 20, será la última función de “Siete llaves” en LOA Espacio AGM (25 de Mayo 1867, piso 2). El sainete contemporáneo cuenta con autoría, dirección y puesta en escena de Antonio Germano; quien está a cargo de un elenco compuesto (en orden de aparición) por: Claudio Casco (papá), Gustavo Lauto (Pipi), Alejandra Digliodo (Sole), Roberto Trucco (Marcelo), Vilma Romero (Estela), Julio Di Santi (José) y Ariel Eier Pic (Raúl).
El equipo de trabajo se completa con Osvaldo Pettinari (diseño de vestuario y realización), Ariel Eier Pic (escenografía), Marina Gómez Romero (diseño gráfico), José Gunsett (fotografía), Nicolás Sánchez (sonido e iluminación) y Rosana Balbuena (producción y prensa).
Sinopsis
Un domingo a la mañana, una familia discute su destino en el patio. Chistes y risas entre sueños por la herencia, las elecciones de vida, la competencia entre cuñadas y una rara enfermedad del papá, generan situaciones absurdas, cómicas y grotescas.
Pipi es el mayor de los hermanos y ha quedado atrapado en el cuidado de papá que está enfermo de Alzheimer. Este domingo ha decidido que sus hermanos deben hacerse cargo del viejo para quedar libre y poder concretar su historia de amor con Roberto. Pero le es imposible confesar la verdad a sus hermanos, demasiado simples para comprender una historia de amor como la de él, ya que cada uno llevó adelante sus relaciones más por sus intereses que por el mundo de los afectos; y los hermanos no tienen ningún interés en que sus cabezas sufran, aceptando una nueva situación moral. Se agregan los secretos sabidos, pero nunca dichos en voz alta y la ambición que los enloquece cuando la cabecita enferma de papá da indicios de una fortuna escondida, tan escondida como los secretos de filiaciones, infidelidades y traiciones que han construido el imaginario de la familia.
Nota Relacionada
Rescate
En una entrevista concedida el año pasado a El Litoral, Germano comentaba que la idea de la obra pasaba por “rescatar una forma de comedia que fue muy popular en la Argentina, tanto en teatro como en cine y televisión. La gente puede recordar “Esperando la carroza” como película muy conocida o en televisión “Los Campanelli”, “Los Benvenuto”. O sea, la típica comedia que sucede el domingo a la mañana. Los sainetes clásicos argentinos de 1900, en su mayoría, empezaban la trama a la mañana y la terminaban a la noche con un baile de tango y milonga y unas puñaladas. Eso era lo clásico y lo tradicional. Después se fue transformando en eso que era ir los domingos a la casa de mamá, más o menos como era el tema de “Los Campanelli”. Esa costumbre terminó, los argentinos fuimos cambiando, las familias son más chicas y ahora el sainete estaría en una eventualidad. En este caso, Pipi ha quedado solo en la gran casona familiar y convoca a todos los hermanos porque dice que papá se va a morir. En realidad, papá no se va a morir, no quiere morirse. Lo que quiere él es rehacer su vida y que sus hermanos se hagan cargo del papá. Y ahí se producen todos los enredos y el humor. Básicamente, la idea es transmitir ideas a través del humor y la risa”.