Danilo Chiapello | [email protected]
En marzo, fue el crimen de Marcelo Gutiérrez (21). Ahora fue ultimado su padre, Jorge Núnez (70). El asesino está libre y amenaza seguir.
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Nadie sospechó que el robo de un caballo significaría para una familia conocer el mismo infierno.
La odisea comenzó no hace mucho.
Fue en los primeros días de marzo del corriente año, cuando Marcelo Gutiérrez (quien por entonces tenía 21 años) decidió hacerle frente a un grupo de tenebrosos, los que venían hostigando a su padre, Jorge Alberto Núñez, de 70 años.
Los malvivientes habían tomado “de punto” a este buen hombre a quien no lo dejaban realizar sus trabajos como “carrero”. El conflicto fue escalando hasta que en un momento los rufianes mataron a tiros un caballo que era propiedad de Núñez.
Pero no conformes con lo hecho hasta allí, los mismos rufianes pusieron luego en la mira al hijo de Núñez, (Marcelo) a quien le robaron una yegua.
Lejos de darse por vencido, Marcelo fue en busca del equino y logró recuperarlo en una acción que por poco le cuesta la vida ya que lo tirotearon.
Como es fácil imaginar, la historia no terminó allí. Ese episodio fue tomado como una afrenta por los malvivientes que juraron tomar represalias.
Un tiro en la cabeza
La venganza se consumó la noche del 5 de marzo en la esquina de Azcuénaga y Rivadavia, en el corazón de Guadalupe Oeste.
Poco antes de la medianoche, Marcelo se encontraba en dicho lugar hablando con un amigo, cuando de repente apareció un sujeto caminando por la calle y portando un arma de fuego.
El recién llegado encaró al joven y lo increpó duramente.
La acción provocó la reacción de su amigo que intentó parar la tormenta. Sin embargo, una sola frase del agresor bastó para dejarlo fuera de juego: “Quedate quieto porque no es con vos la bronca”, le dijo.
Acto seguido, el malviviente apuntó el cañón de su arma a la cabeza de Marcelo y disparó. Fue un solo tiro a quemarropa. Una ejecución.
Marcelo murió a los pocos minutos, mientras el homicida se alejó de la escena caminando.
Segundo crimen
Tres meses después de aquel suceso, la familia volvió a ser atravesada por una tragedia.
En la mañana del martes, Jorge Núñez (70) acudió muy temprano con su carro hasta la panadería ubicada en Ayacucho al 2800, donde a diario retiraba algunos sobrantes.
Como para que el frío cruel no hiciera estragos en su ánimo, el hombre no estaba solo. Su esposa y su hija lo acompañaban en la dura tarea.
Lo que siguió fue un calco de la escena ocurrida tres meses antes en Guadalupe.
De pronto, un individuo que aparece caminando en medio de la calle y que va directamente al encuentro del hombre. Sin mayores trámites desenfunda un arma de fuego y lo ejecuta de un disparo a la cabeza.
La última escena quedó con la víctima fallecida en el piso, y el homicida que se alejó del lugar caminando.
Todos recuerdan a Jorge como un hombre bueno y de trabajo. “Nadie puede hablar mal de él ni de su familia”, aseguran los vecinos.
“No era un ciruja. Era un esforzado laburante que se ganaba el ‘mango’ con el sudor de su frente. Todos los días él estaba por acá a las 6 de la mañana para cumplir con la gente”, dijeron.
Matador en fuga
Algunos fuentes consultadas en el lugar aseguran que no muy lejos de allí, una camioneta aguardaba al asesino para ayudarlo en su fuga.
Otro comentarios indicaron que el autor de ambos crímenes sería un adolescente que tendría su “aguante” en los bajos fondos de Guadalupe Oeste.
Lo ocurrido fue informado al fiscal en turno quien dispuso que agentes de la PDI tomen cartas en el asunto.
En este sentido, no se descarta que en las próximas horas personal de esa sección realice algunos allanamientos en la zona.