Danilo Chiapello
El animal pasó más de 15 horas luchando para salir. Bomberos y policías la rescataron con vida.
Danilo Chiapello
Bomberos y policías de la ciudad de Rosario lograron rescatar con vida a una yegua que había caído al interior de un arroyo.
De acuerdo con algunas versiones, el incidente sobrevino en momentos que el animal se encontraba pastando a la orilla del arroyo Ludueña (altura del cruce de las calles Schweitzer y Bello, cerca del autódromo), cuando se desmoronó una parte del terreno.
El equino cayó al curso de agua y quedó atrapado en el barro. En dicha situación pasó parte de la tarde y toda la noche hasta que finalmente un sereno, que trabaja a metros del lugar, advirtió a primera hora de la mañana el drama.
Tras hacerse las comunicaciones de rigor, llegaron al sitio Bomberos Zapadores de la ciudad de Rosario y agentes de la división de Caballería y Perros, de la Unidad Regional II.
* “Nosotros estábamos en la guardia cuando recibimos la comunicación del servicio de emergencias 911 que nos comisiona al lugar. Al llegar observamos al equino que estaba casi totalmente tapado por el agua, sólo tenía su cabeza afuera. Tenía signos de estar exhausto”, comentó en la mañana del jueves el suboficial Juan Herrera, en diálogo con El Litoral”.
“Nos metimos al agua e intentamos sacarlo con la fuerza humana, pero era imposible. Estaba enterrado en el barro y no podíamos maniobrar. Entonces se decidió pedir el auxilio de una máquina retroexcavadora”.
“Al cabo de un rato, con sogas y otros elementos improvisamos algo parecido a un arnés y finalmente pudimos sacarla”, relató.
Una vez afuera lo que siguió no fue fácil, porque la yegua quedó tirada en el suelo, con intensos temblores por frío y dando muestras de estar exhausta.
“De inmediato la tapamos con mantas y comenzamos a darle masajes. Estaba totalmente entumecida y acalambrada por el gran esfuerzo que había hecho. Al rato le cambiamos las mantas y seguimos secándola. Después llegó el médico veterinario, le aplicó un suero y también le suministró medicamentos”, prosiguió Herrera.
Tras media hora de angustia, por fin llegó el alivio. Es que la yegua se incorporó por sus propios medios y comenzó dar signos de estar plenamente recuperada.
“La verdad que nadie lo podía creer”, sostuvo Herrera. “Yo pensé que le iba a dar un paro..., pero bueno, por suerte para ella todo salió bien. Realmente la fortaleza de este animal es asombrosa... tiene un corazón de oro”, cerró.