Luis Amsler | [email protected]
La pyme sauceña logró exportar 315 cajas con frascos de vidrio de 450 gramos de esta exquisitez, luego de dos años de gestiones. Será comercializado en supermercados de distintas localidades del gigante asiático. Esperan que éste sea el primero de otros envíos con destino a ese país.
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El último viernes 28 de julio del año en curso, ocurrió un hecho histórico para una de las pymes lácteas más importante de nuestro país. La empresa santafesina San Ignacio envió un embarque constituido por cuatro pallets a Japón. Son unas 315 cajas con frascos de vidrio de 450 gramos cargados con dulce de leche familiar (versión Tradicional) que se comercializarán en supermercados de Tokio, Kobe y Yokohama. Se trata del producto que se elabora íntegramente en la planta ubicada en la vecina localidad de Sauce Viejo, la que funciona en ese pueblo desde 1997. Justamente allí se produce esta exquisitez en todas sus versiones (la ya mencionada, repostero y con chocolate), además de fabricar queso crema, junto a todas las alternativas para la industria. Cabe recordar que la compañía también posee otra planta en Hipatia, donde elabora exclusivamente queso azul.
Esta partida es la primera enviada al país asiático y significa un gran logro para San Ignacio. Pero japón no es la única nación extranjera donde hace llegar sus creaciones. Desde hace tiempo la empresa también exporta su dulce de leche a otros puntos del planeta, como Filipinas, Nueva Zelanda, Estados Unidos, la Unión Europea, Latinoamérica y América del Norte, entre otros. Para los representantes de la firma nacional, el envío de este lote de su producto más emblemático es un hito en sus casi 80 años de historia. Al respecto, el gerente financiero de la pyme, Alejandro Recca, explicó a El Litoral que ésto “es el fruto de dos años de gestión comercial, desde el primer contacto hasta que finalmente se produjo la exportación”. “Esto surgió de un contacto que establecimos en una feria internacional, que derivó en gestiones que tuvieron algunas demoras referidas al etiquetado, impresiones, la explicaciones del contenido, la descripción del proceso productivo y demás cuestiones que son comunes en este tipo de transacciones”, detalló el representante sobre los ajustes que debieron efectuar para cumplir con los requisitos específicos del destino a abastecer.
Primer paso
En otro tramo del diálogo que mantuvo con este medio, Recca señaló que si bien no son la primera empresa en enviar dulce de leche a Japón (hubo otra que lo hizo hace unos diez años atrás) sí encabezan la lista “en este auge de exportaciones y de búsqueda de mercados que se promueve en el país”. “Para nosotros, la exportación es una actividad muy importante y justamente es en lo que estamos invirtiendo como compañía”, confesó el gerente. En cuanto al embarque remitido, lo consideró como “pequeño”, aunque anheló que sea el primero de muchos. “Es el producto que mayor valor agregado tiene dentro de aquellos identificados con el sector lácteo”, informó luego. Para concretar este objetivo, primero debieron enviar algunas muestras a la persona interesada en el producto y una vez que probó la primera cucharada, se endulzó la transacción.
“Le gustó mucho, hubo gran aceptación por parte de los distribuidores (básicamente los supermercadistas) y por eso se pidieron estas casi tres toneladas”, precisó Alejandro Recca. La comercialización de estos cuatro pallets ha generado un gran revuelo en todo el país (en el buen sentido de la palabra), puesto que es un logro muy significativo para la agroindustria argentina. Incluso el propio Ministerio de la Producción de la Nación, publicó un video en sus redes sociales en donde se observa el embarque del tradicional producto nacional. “Ahora prevemos realizar más exportaciones a Japón, pero por el momento no hay ningún contrato firmado; sin embargo estamos seguros que se va a materializar muy pronto”, comentó con gran expectativa. Según confirmó el directivo, hoy las estadísticas posicionan a San Ignacio como la principal empresa exportadora de dulce de leche de todo el territorio nacional. “Sin lugar a dudas esto es un hito para nuestra empresa y estamos sumamente felices por esta meta cumplida”, indicó para cerrar.
Apertura al mundo
Alejandro Recca vio con buenos ojos la decisión de que Argentina se abra al mundo a través de los cientos de productos que elaboran los argentinos. “Con las facilidades que hoy tenemos para exportar nos vimos muy favorecidos, pero también esto se debe a que tenemos un gobierno con el que podemos dialogar”, afirmó. Luego acotó que antes “si exportabas eras un genio porque habías saltado un montón de vallas”, pero hoy “la exportación está promovida y se entiende como un muy buen negocio, que le conviene a Argentina no solo por la generación de divisas, sino por la producción de mayor volumen de productos”.
Después, Recca indicó que tener la posibilidad de enviar sus productos al mundo significa poder trabajar más y, además, contar con un mercado adicional que genere más actividad laboral. “Seguiremos exportando porque queremos crecer y consolidarnos como referentes de los productos que hacemos; por tal motivo contamos con un plan de inversiones muy ambicioso y tenemos muchas ganas de concretarlo... todo esto se potencia gracias al gran equipo humano que trabaja y por la empatía que se genera en la empresa”, finalizó el gerente financiero.
Algunos números
La empresa San Ignacio produce 10 mil toneladas de dulce de leche al año en su planta de Sauce Viejo, y exporta el 15% del total. Actualmente, entre las fábricas sauceña y la de Hipatia procesan unos 100 mil litros de leche por día, de los cuales casi un tercio se destina a la producción de queso crema y el resto al producto más característico de la firma. Entre ambas plantas y las oficinas comerciales de Buenos Aires, emplean unas 120 personas de manera directa, más los proveedores, transportistas, consultores, equipos contables y de informe de mercados, laboratorios y demás servicios que trabajan con la pyme.