El Litoral / Infobae.com
El Litoral / Infobae.com
Un confuso episodio entre policías ocurrido el martes por la tarde en Lomas de Zamora terminó con la muerte de un oficial de la Policía Bonaerense a manos de un agente de la Federal.
De acuerdo con las primeras informaciones, los efectivos policiales estaban todos de civil y sospecharon entre sí de los movimientos del otro antes del tiroteo en Villa Centenario.
Los agentes de la Policía Bonaerense que estaban en servicio aunque se encontraban de civil y sin chaleco antibalas sospecharon de las personas que estaban dentro de un Volkswagen Fox de color gris estacionado en las calles París y Marsella, se identificaron como policías, dieron la voz de alto y sacaron sus armas.
Los individuos dentro del vehículo que conducía un integrante de la Policía Federal no creyeron que los otros fueran policías y se desencadenó el tiroteo. Juan Gutiérrez, custodio del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, disparó entonces al pecho del sargento de la Bonaerense Gerardo Miguel Abarza, que falleció luego de ser trasladado al Hospital Gandulfo. Tenía una hija y vivía en Florencio Varela.
Según se pudo saber, había otros ocupantes, civiles, dentro del vehículo en donde estaba Gutiérrez, que todavía no fueron identificados y en el momento del tiroteo se bajaron y escaparon.
El agente de la Bonaerense que acompañaba a Abarza se identificó cuando su compañero fue abatido y Gutiérrez bajó el arma y se entregó. En el lugar se secuestró una pistola Browning 9 milímetros y cinco vainas servidas.
Según algunos testigos, los efectivos de la Bonaerense simplemente apuntaron sin identificarse correctamente por lo que se sospecha que dentro del vehículo hayan pensado que se trataba de un robo.
El fiscal Alejandro Alleno, de la UFI N° 8 de Lomas de Zamora, quedó a cargo de la causa que fue caratulada como ‘homicidio agravado‘.