Luis Rodrigo | [email protected]
La renegociación de costos durante 2016, sobre valores adjudicados en 2014, durante el kirchnerismo. El curioso caso de los precios que cayeron, dos años después.
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El ingeniero José Luis Sureda, ex secretario de Recursos Hidrocarburíferos de la Nación, alertó hace más de un año de los costos “mucho más altos que los del mercado” que contenían los contratos del kirchnerismo, adjudicados en 2014, para la construcción del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA).
En abril de 2017 dijo a El Litoral que al revisar los contratos K, en 2016, se encontraron verdaderas sorpresas. “Hay ramales que fueron presupuestados a 56 dólares el metro de cañería, por cada pulgada. Así un metro de caño de 24 pulgadas vale 56 dólares por 24. ¿Sabe cuál es el costo real? 30 dólares”, dijo por entonces.
Sureda dejó el ministerio de Energía y Minería de la Nación tras una disputa personal con el entonces ministro Juan José Aranguren. Es santafesino y ha trabajado por años en el ámbito privado en el sector energético.
- Ud integró los equipos que cuestionaron los costos de los contratos K del GNEA. Las empresas adjudicatarias aceptaron bajarlos a los precios del mercado, en 2016, dos años después de haber ganado una licitación. Imagino que por entonces se habrán registrado algunas conversaciones con los empresarios que ahora, con los cuadernos y otras causas, volverán a su memoria.
- Yo no participé en las negociaciones de los contratos. Esa tarea estaba delegada en ENARSA que era quien llevaba adelante la obra y discutía precios con las contratistas. Era el comitente. Mi función en eso era básicamente responder a los pedidos de ENARSA que, por ejemplo, me decía todos los meses necesito tanta plata para pagar a los contratistas el GNEA y otras obras. Entonces yo los llamaba, les preguntaba y requería información sobre los cómo, los por qué... en fin esa era mi responsabilidad. Como accionista de ENARSA el Estado Nacional (que tiene el 100%) le transfería los fondos. Mi función era esa. No meterme en la obra.
- Cuando Ud. y los demás integrantes del ministerio encontraron los contratos del kirchnerismo que finalmente bajaron de 3.000 a 1.200 millones de dólares... ¿Estudiaron dar de baja la licitación antes de comenzar las obras?
- Había una gran dispersión de los contratos. Le doy un ejemplo: había contratos para gasificar localidades del interior de Formosa que iban a ser alimentados con el GNEA. Entre otras localidades recuerdo que figuraba Las Lomitas, con una temperatura promedio anual de 25 grados, que no tiene agua potable, ni cloacas, ni calles asfaltadas, ni un buen hospital. Ibamos a entregar gas a gente cuya prioridad no es el gas natural, y que no iba a poder pagarlo aunque lo necesitase. Eran obras bajo el Programa Mas Cerca y sus contratos decían básicamente “el Ministerio de Planeamiento va a financiar las obras en Las Lomitas (y otras localidades) pero este ministerio no se obliga a entregar los fondos”.
- ¿Entonces?
- Es como decirte, voy a hacer mi mayor esfuerzo por darte la plata pero si vos hacés la obra la responsabilidad es tuya. Hablamos de un convenio entre la Provincia de Formosa y el ministerio de Planeamiento. Fíjese que en septiembre de 2015 se lanza la licitación para construir la obra de Las Lomitas. La gana una empresa santafesina muy reconocida. Después, el gobierno anterior, cuando ya había perdido las elecciones, adjudica la obra. Y cuando asumimos en diciembre recibo un montón de avances de obra para comprar cañerías y demás que había hecho Formosa sin tener los fondos de la Nación. Y que pretendía que les giremos esos recursos, con anticipo de fondos y un esquema bastante conocido. Obviamente que no firmé eso. Y uno ya veía que había ciertas cuestiones que merecían ponerle un poco más de empeño en entender qué era lo que había pasado.
- ¿Ese era un caso particular?
- No, para nada. Ese esquema se repetía en muchísimos lugares. En Bariloche, con el Gasoducto Cordillerano que ahora se paró también, con el de Mar del Plata y con otras obras. Sí claramente teníamos en determinadas obras que encontrábamos cuestiones que nos llamaban la atención.
Lo mismo pasaba con una planta compresora de gas en el Gasoducto de Transportadora de Gas del Norte que estaba parada desde hace meses y corriendo reloj de fuerza mayor (por decisión del gobierno anterior), que finalmente decidimos cancelar: la hacía Odebrecht. Hemos encontrado esos indicios, sí, claramente.
Entiendo que con el GNEA se hizo una auditoría , cuando asumió Hugo Balboa que era el presidente en ENARSA y que eso dio una señal de alerta y se tomaron algunas medidas. Entre ellas por ejemplo un problema con el tramo de GNEA en el tramo de Salta con la firma Tesuco y que eso está en conflicto. Estaban negociando si se estaba dando por terminado o no. Hubo serios indicios y se fueron atendiendo.
El teorema de “Borromeo”
Era una rutina en un viejo programa humorístico: “Calabromas”. Juan Carlos Calabró hacía del padre enojado que, por una travesura menor, perseguía a su hijo “Borromeo” (Jaimito Cohen).
La escena terminaba siempre con un tierno “coscorrón” sobre la cabeza del niño travieso, pero el perseguidor y su presa -en medio de gritos y promesas de castigos ejemplares- habían destrozado su hogar (o el de los atribulados anfitriones).
Para José Luis Sureda (ver nota central) el sketch es una buena síntesis de la causa de los cuadernos. Teme que todo termine con una pena menor y que los daños colaterales sean enormes.
Lo dice pensando en lo que le ocurre al sector del petróleo y el gas, pero también por lo que puede pasarle al país.
“Tenemos los argentinos un ataque de transparencia súbito y en pos de ella rompemos un montón de cosas. Me parece que al país le va a pasar lo del programa de Calabró, o mejor a otro programa de TV: la Argentina está entrando en ‘La Dimensión desconocida’ ”.
Todavía no sabemos hasta dónde van a llegar los efectos de estas causas. Hay problemas económicos y estas lo agravan”, dijo.
“Esto va a traer más controles, los empresarios van a tomar muchas más precauciones y lógicamente esto trae incertidumbre. Esto por supuesto no obsta que se siga investigando a fondo. Debe hacerse y yo aplaudo eso. Pero debemos encontrar un mecanismo para que no se pare el país”.
En cuando a las teorías -muchas veces conspirativas- que sostienen que hay algún interés extranjero en quedarse con negocios que hasta aquí llevaron a cabo empresas argentinas, expresó: “Las causas perjudican a algunas empresas y por lo tanto benefician las posibilidades de otras, extranjeras o locales. Eso es así. Pero no sé si hay algo deliberado”.
En cuando a los efectos dentro del Estado, agregó: “hoy estamos fundidos, así es que eso le pone un freno a la firma de cualquier funcionario a la hora de decidir una inversión, y seguramente las causas judiciales en marcha ponen otro freno, o una excusa para frenar inversiones que hay que hacer”.
“Hay ramales que fueron presupuestados a 56 dólares el metro de cañería, por cada pulgada. Así un metro de caño de 24 pulgadas vale 56 dólares por 24. ¿Sabe cuál es el costo real? 30 dólares”, dijo Sureda. Ingeniero, José Luis Sureda, ex secretario de Recursos Hidrocarburíferos.