Nancy Balza | [email protected]
Aumentan los recursos destinados para la atención de la urgencia, tanto en montos como en cantidad de demanda. Preocupa la quita del Fondo sojero por su impacto en la mano de obra de las localidades más chicas.
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El ministro de Desarrollo Social de la provincia Jorge Álvarez dice que acostumbra a ver el vaso “medio lleno”, y esa actitud le permite mantener un cierto margen de optimismo. Recurso útil en una función que involucra problemáticas de alta sensibilidad y donde se espera que cada acción concebida como individual se multiplique y transforme el entorno. Pero por estos días y a la luz del rumbo que en forma vertiginosa fue tomando la economía nacional -con disparada del dólar, aumentos de tarifas y tasas de interés por las nubes, incluidas-, se adivina que cuesta sostener la misma disposición y, como buen contador, admite que hay que afinar el lápiz para atender lo urgente, que siempre es la seguridad alimentaria.
La pregunta que abre el diálogo con este diario es la misma que se viene repitiendo en este y otros despachos desde principios de año: ¿cuál es la situación que se observa en el actual contexto económico? Y la respuesta fue variando a medida que el panorama se volvió más complicado, pero siempre remite a una idea similar: “El tema social está teniendo una atención muy especial en toda la gestión provincial; siempre la tuvo pero ahora de una forma particular. Y el tema alimentario que siempre es lo urgente, hoy lo es en un nivel mayor”.
Hace poco más de una semana, Álvarez participó de una reunión con sus pares de Desarrollo Social de Córdoba y Entre Ríos, provincias que integran junto a Santa Fe la Región Centro. Y la seguridad alimentaria estuvo presente en la agenda, junto con niñez, género y economía social, por tomar algunos temas que no fueron los únicos. “Nos tomamos un tiempo para evaluar el presente y cómo vemos la situación para adelante, y coincidimos en que desde diciembre del año pasado no tenemos ninguna reunión del Consejo Federal. Sería importante que esto que hacemos como Región Centro lo podamos hacer en el Consejo Federal Nacional, para hacer una evaluación, provincia por provincia, de cómo vemos la realidad social”.
- ¿Seguridad alimentaria es el concepto que se está llevando la mayor cantidad de recursos?
- Hoy se está llevando una cantidad importante de recursos. Aumentamos mucho los montos desde el comienzo de gestión: hace un par de meses hablábamos de un incremento del 127 % y hoy superamos el 150 % en comedores y copas de leche, que incluye una actualización monetaria y una mayor cantidad de personas que son atendidas, tal como se ve en otras provincias. A esto se suma Educación con sus copas de leche y comedores.
Un plan integral
Más allá de la urgencia, el funcionario insiste con el concepto de política social que promueve el gobierno de Miguel Lifschitz y que incluye también el acceso a la salud, al hábitat, la educación y todo lo que tiene que ver con calidad de vida y la posibilidad de la economía social y el acceso al trabajo. “Lamentablemente, se empezó a hablar mucho más de lo urgente, pero seguimos con todo lo que venimos trabajando”, aseguró. Y para ilustrar, consignó que el Plan Abre que el año pasado involucraba a 13 barrios de esta ciudad, ahora contiene a 18. Y que Abre Familia pasó de tres barrios: Barranquitas, Alto Verde y Vuelta del Paraguayo, a cinco, incluyendo Coronel Dorrego y Yapeyú.
“Todo eso está dentro del plan integral que lleva adelante la provincia: empezamos la gestión con menos de 50 barrios y hoy tenemos 66 en toda la provincia, a los que se suman otros que pertenecen a otras ciudades. Y a todo esto se agrega el trabajo en Niñez, Género, Diversidad, Adultos Mayores y Economía Social, que involucra a microemprendedores y cooperativas “con la posibilidad de que la gente pueda incorporarse al mercado laboral en el mediano plazo”.
Estructural y coyuntural
Indudablemente lo social es “consecuencia de”, advierte Álvarez, y ubica allí “lo que había y lo que se agregó” desde diciembre de 2015. Al momento de asumir, “teníamos una pobreza estructural en la Argentina y sobre la que cual había que trabajar, y una pobreza que va de acuerdo con la incidencia de las medidas económicas que se van aplicando. Y ahora preocupa la situación de algunos sectores de la clase media en general y la clase media baja, en particular, donde el sistema inflacionario, el aumento de tarifas son todas formas de sacar plata del bolsillo y disminuir el poder adquisitivo”.
Es así como se destina más a la primera necesidad que es lo alimentario. “Ni hablar el tema de alquileres, si se recorre un poco la ciudad, se ve la cantidad de locales que están en alquiler. El ministro (de Trabajo y Seguridad Social) Julio Genesini habla de la pérdida de empleo por goteo, de cómo las empresas se van desprendiendo de sus empleados, cómo se fueron reduciendo las horas extras, los acuerdos preventivos de crisis van avanzando, el tema cambiario modifica las reglas de juego, y todo esto se ve con mucha atención”.
- Por lo que dice, no es que hayan comenzado la gestión con un panorama optimista; usted habla de “lo que había” y lo que se sumó.
- En el país tenemos un porcentaje de pobreza estructural muy alto. El Abre trabaja en romper eso para disminuir porcentajes. Porque la pobreza no es solamente lo alimentario, la vulnerabilidad es general y sobre eso trabajamos desde ese plan, desde el Plan del Norte y el Plan de la Costa, entre otros. El Abre llega con obras de infraestructura, apertura de calles, luz y agua seguras. Hay una intervención importante en los clubes de barrio y también con el programa Nueva Oportunidad donde incorporamos a 3000 jóvenes de la ciudad de Santa Fe y más de 10 mil en la provincia. Son jóvenes de entre 16 y 30 años con una particularidad de consumo o conflictividad con la ley. Ahí hay una inversión importante en políticas de inclusión e integración de estos jóvenes que en un 75 % están en el sistema educativo, a partir de un trabajo conjunto con el ministerio de Educación.
Con respecto al inicio de la gestión nacional, incide mucho en lo social la credibilidad y la previsibilidad, dos conceptos que disminuyeron mucho, con tasas de interés del 40 por ciento o más como se están cobrando. Nosotros empezamos la gestión con una realidad, el segundo semestre de 2016 fue más difícil pero en lo que va de este 2018, si uno ve las distintas fotos y la película sigue con esta foto, la situación es para ocuparnos mucho.
- ¿Y en 2017 repuntó algo?
- Poco, pero tuvo que ver con la actualización de algunos beneficios, como la asignación por hijo, por ejemplo.
- ¿La quita del Fondo sojero incide en su ministerio?
- Si, por supuesto. Son más de 2 mil millones de pesos que, en lo que tiene que ver con municipios y comunas, van a obras chicas que emplean mano de obra local, de los pueblos o ciudades. Y ahora no va a estar esa plata. La medida tiene una incidencia directa en lo social, porque a diferencia de las grandes obras en las ciudades, éstas se hacen por administración comunal y con la gente del pueblo. Entonces, la quita del Fondo va a impactar mucho en este aspecto, no solo en el presupuesto sino en los propios intendentes y presidentes comunales. A veces me preguntan en qué zona es mayor el impacto, pero cuando se analiza la provincia, se observa que la realidad se manifiesta de distintas maneras pero en todas partes.
"A contramano de la realidad"
Hace un par de semanas, Jorge Álvarez se reunió con autoridades del ministerio de Desarrollo Social de la Nación y allí planteó, entre otros temas, que en materia de seguridad alimentaria, se mantienen los mismos valores desde hace dos años. Como resultado, se evaluó un aumento del 10 % destinado a la tarjeta única de ciudadanía.
No es el único tema que preocupa: también advierte que desde este año no están llegando elementos de los que se hacía cargo Desarrollo Social de la Nación, como audífonos, prótesis y vacunas, carencia de la que se está haciendo cargo la provincia a través de su cartera y de Salud.
Para el funcionario, “hay que analizar muy bien cuando se recorta y evaluar los impactos porque existen sectores que no podrían congelarse. Congelar la seguridad alimentaria por dos años en un país con un proceso inflacionario y una mayor demanda, es irracional. Eso es un ajuste, liso y llano. Desde aquí uno trabaja para que la gente salga de la situación de pobreza y vulnerabilidad, y ve que la brecha se va ampliando y que las medidas a nivel nacional van a contramano de la realidad social que vivimos”.
Más aún: “La provincia es un gobierno subnacional y no puede tapar el sol con las manos. Trabajamos en integración social, en acceso a la educación, la salud, los bienes culturales. Pero lo que tiene un impacto macroeconómico nos supera”.
Abre Familia
Una de las políticas que destaca el ministro Jorge Álvarez es el Plan Abre Familia que en esta ciudad opera en cinco barrios y permite conocer cómo llegan las distintas políticas públicas a cada familia, tanto en salud, como en educación y en todos los ítems que hacen a la calidad de vida. Junto con el Nueva Oportunidad, destinado a jóvenes de entre 16 y 30 años en conflicto con la ley o en situación de consumo, los consideró “programas de innovación social”.
Textuales
- “La seguridad alimentaria es lo que se hace para hoy, pero no le asegura al vecino el autosustento para el futuro”.
- “Empezamos la gestión en diciembre de 2015 con una realidad y el segundo semestre de 2016 fue más difícil. Pero en lo que va de este 2018, si uno ve las distintas fotos y la película sigue con esta foto, la situación es para ocuparnos mucho”.
- “El impacto de la quita del Fondo sojero va a ser muy fuerte, porque es ocupación de mano de obra, fundamentalmente, en las localidades chicas”.
- “Congelar la seguridad alimentaria por dos años en un país con un proceso inflacionario y una mayor demanda, es irracional. Eso es un ajuste, liso y llano”.