Redacción de El Litoral
La Compañía Coral de Santa Fe, junto a la Camerata Eleutheria y destacados solistas invitados, presentó la obra de Giacomo Rossini, con entrada libre, en un concierto organizado la Cámara de la Construcción Delegación Santa Fe, con apoyo de diario El Litoral.
Redacción de El Litoral
El domingo desde las 20, en el Teatro Municipal de Santa Fe, la Compañía Coral de Santa Fe, dirigida por Pablo Villaverde Urrutia, presentó el “Stabat Mater” de Giacomo Rossini. En la ocasión, estuvieron acompañados por la Camerata Eleutheria, dirigida por Manuel Marina, y los solistas invitados Sabrina Cirera (soprano), María Luján Mirabelli (mezzosoprano), Pablo Bemsch (tenor) y Juan Font (barítono).
Así, y con entrada libre y gratuita, el público disfrutó de una hora y media de música de nivel internacional, a sala llena. Cabe destacar que el evento fue organizado por la Cámara de la Construcción Delegación Santa Fe, con el apoyo de diario El Litoral.
Sobre la presentación, Villaverde destacó que “tenemos excelentes intérpretes, tanto la orquesta y los solistas, los cuales pocas veces se los puede escuchar en la ciudad, solistas que cantan en el teatro Colón de Buenos Aires, o como en el caso del tenor que está radicado en Europa y canta en la Ópera de Zurich o en el Royal Opera House de Londres. En resumen, es una obra muy bella y diríamos también muy popular hoy, es muy fácil de escuchar y muy variada, y por lo tanto de atractivo seguro para el gusto del público”.
También agregó que “es la primera vez que Compañía Coral de Santa Fe va a trabajar en conjunto con la Camerata Eleutheria, lo cual nos incentiva mucho como grupo autogestionado a seguir trabajando”.
La obra
Se trata de una pieza de los tiempos de máxima madurez del compositor italiano que no fue, precisamente, prolífico en obras religiosas, sino en óperas y música profana. Al respecto contó Villaverde Urrutia: “El ‘Stabat Mater’ de Rossini es parte de una tradición muy importante, no sólo italiana, pero en particular todos los grandes compositores se han enfrentado a este texto de Jacopone da Todi, es una oración medieval tan efectiva, tan dramática en algunos aspectos, que ha fascinado a muchos compositores. Es una composición que un prelado español le encargó a Rossini a fines del año 1830, de hecho no concluyó la composición hasta 1842. Primero fue terminada por un compositor que completó los últimos números, pero en 1842 ante la insistencia de la ciudad de París, terminó de componer todas las partes”.