El discurso de Catherine Millet que provoca al feminismo

En su simulada ingenuidad, la pregunta no escondía la intención de provocar: "¿Existe la mujer?". Se la formuló ante el auditorio colmado del museo Malba la escritora francesa Catherine Millet. De traje gris y zapatillas, la autora del célebre best-seller mundial La vida sexual de Catherine M. fue elegida para el discurso inaugural del FILBA, la fiesta literaria más grande de la Argentina y una de las más relevantes del continente.

El festival celebra sus primeros diez años y en la ceremonia de apertura -conducida por Eugenia Zicavo- podía verse a los veinte invitados extranjeros, a muchos de los casi cien invitados nacionales y a numerosas personalidades del ámbito cultural, como Samanta Schweblin, Anne Carson, Horacio Castellanos Moya, Edmundo Paz Soldán, Raúl Zurita, Fabio Morábito, Mercedes Cebrián, Valérie Mréjen, María Moreno, Guillermo Martínez, Rodrigo Fresán, entre muchos otros. Igual que en ediciones anteriores, el FILBA ofrecerá conferencias, mesas redondas, lecturas y talleres.

El director de la fundación que organiza el festival, Pablo Braun, destacó que en el equipo de trabajo del Filba, dirigido por Gabriela Adamo, son todas mujeres. Subrayó el enorme esfuerzo que debe realizar la fundación en el contexto actual y que este festival es la parte más visible de una serie de proyectos paralelos, como el Filba Nacional, el Filbita para niños y Filba Escuelas.

Con una mano en el bolsillo, lo primero que observó Catherine Millet, siguiendo a su compatriota Jacques Lacan, es la necesidad de ir contra la imagen de la mujer romántica, idealizada en un estereotipo, cuando cada una es irreductible y singular. En este sentido, Millet también apuntó sus críticas a la idea de "sororidad" o hermandad que reclaman los feminismos actuales, y advirtió del peligro del caer en lo homogéneo.

"En enero pasado, algunas amigas y yo escribimos una solicitada con el título “Las mujeres liberan otra palabra”,para criticar los excesos del movimiento #Metoo. Cuando se publicó en el diario Le Monde, acompañadapor cientos de firmas, entre las que estaba la de la actriz Catherine Deneuve, se nos acusó de haber traicionado esa sororidad", reveló. Y añadió: "Aunque el movimiento #Metoo tenía como lema “la palabra de las mujeres por fin liberada”, algunas, paradójicamente,quisieron prohibirnos la palabra a nosotras, es decir, censurarnos".

Millet mencionó a diversas pioneras, de las que destacó que hablaron siempre en nombre propio y nunca en nombre de un grupo. A la vez, admitió que todavía el mundo debe ponerse al día con la parte oculta, ya que los relatos de mujeres que han predominado fueron los de escritores, como James Joyce y D. H. Lawrence.

Simone de Beauvoir, como escritora más que como militante, ocupó un lugar central en el discurso de Millet, que la definió como "figura ejemplar de mujer libre". Y utilizó a la autora de Memorias de una joven formal para resaltar que lo que cuentan -o han querido contar- las mujeres con historias de vida, sus autobiografías. Millet puso el acento en la obra de Marguerite Duras, Violette Leduc, Monique Wittig y Anais Nin, e ilustró la valentía de la pintora Paula Rego exhibiendo un cuadro de una mujer abortando clandestinamente en Portugal. Al mencionar el libro de Beauvoir El segundo sexo en un desliz dijo "el segundo siglo" y se corrigió con una broma: "pero este siglo será nuestro".

Millet remarcó la importancia del retrato de la intimidad de la mujer como misión para la literatura y las artes. Y puso el acento en la literatura como el lugar más propicio para entablar un mano a mano con otra intimidad.

Asimismo, la directora de la revista Art Press elogió la carrera de Brigitte Bardot dentro y fuera del cine, se refirió a la sexualidad de la mujer y, por si a alguno le cabía alguna duda de que estaba ante una intelectual francesa, en un momento desenfundó la palabra "inmanencia".

Al finalizar su discurso y todavía en el escenario, Catherine Millet accedió a dejarse fotografiar con un pañuelo verde. “Un sacrificio para los medios”, dijo ante la audiencia.

A la literatura le llegó su momento cuando se lo pudo ver y oír en la pantalla de la sala al autor de "El Aleph". De inmediato, vestido como una azafata de la línea aérea Scandinavian, el actor Esteban Feune de Colombi anunció, en representación de la "Academia Sueca", el nombre del Premio Nobel de Literatura 2018: Jorge Luis Borges.

Con información de Clarin.