Danilo Chiapello | [email protected]
Un matrimonio de jubilados fue atacado de manera feroz por delincuentes que ingresaron a su domicilio. Las víctimas debieron ser hospitalizadas.
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Un matrimonio de jubilados vivió una verdadera noche de terror a manos de dos delincuentes que los atacó con una fiereza singular en su domicilio de Villa California.
La secuencia se inició durante la noche del jueves, poco antes de la medianoche, cuando Héctor (75) y Noemí (74), regresaban de cenar en un restaurante de la ciudad de Santa Fe.
A bordo de su camioneta, los esposos llegaron a su propiedad ubicada en calle Las Rosas al 2800. Claro que jamás imaginaron que se encontraban en la antesala del mismo infierno.
Ocultos en el jardín
Es que en la parte exterior de la casa había dos malvivientes quienes, amparados por la oscuridad de la zona, permanecían ocultos en el jardín.
El hombre abrió el portón e ingresó con su camioneta y su esposa descendió para abrir la puerta de casa. El instante crucial se dio cuando las víctimas desactivaron la alarma del inmueble. Fue el momento del ataque.
Como fantasmas ambos rufianes saltaron de sus escondites y sorprendieron a los esposos.
De los intrusos, se supo que eran dos hombres, uno de los cuales ocultaba su rostro con una capucha y el otro con un gorro del tipo pasamontañas.
A los empujones y bajo amenazas, las víctimas fueron obligadas a ingresar a la propiedad.
Héctor fue conducido hasta una habitación donde quedó maniatado y amordazado. Para tal acción, los ladrones se valieron de cintos y una sábana.
En simultáneo, Noemí fue llevada a otro cuarto, donde los maleantes tenían preparado para ella un calvario.
Con un martillo
Entre las herramientas de Héctor, había un martillo, el que fue utilizado por uno de los delincuentes para hostigar a Noemí. La mujer recibió numerosos impactos en el rostro, a tiempo que le ordenaban que dijera dónde había dinero.
Mientras, el otro de los rufianes permanecía con Héctor que era obligado a escuchar los gritos de su esposa.
La odisea se prolongó durante más de una hora, tiempo durante el cual los esposos debieron soportar todo tipo de tormentos.
El fin de la pesadilla llegó cuando los malvivientes hallaron algo de dinero, entre dólares y pesos.
Pero antes de retirarse, hubo tiempo para algo más de su macabra obra. Los sujetos volvieron a someter a Noemí con golpes de martillo, esta vez, en sus rodillas. “Fueron más de 30 martillazos”, refirió su esposo en diálogo con El Litoral.
Una vez que los intrusos se fueron la mujer alcanzó a arrastrarse hasta el teléfono donde dio cuenta de lo sucedido a su hijo.
Poco después, llegó al lugar gran cantidad de efectivos policiales, como así una ambulancia que trasladó a las víctimas hasta el hospital José M. Cullen donde quedaron internadas.
“Están mal”
* “Los dos están muy mal, aunque mi madre está peor. En las próximas horas, la vamos a llevar a un sanatorio privado para hacerle más estudios. Tiene múltiples fractura en rostro y desplazamiento de hueso en la zona del pómulo y maxilar. Va a ser sometida a una cirugía”, precisó Lorena, su hija, en diálogo con El Litoral.
Agregó que “ahora tengo a mi papá conmigo. Él está muy afectado en la parte emocional. Ha sido medicado por el tema de la presión arterial. No se la pueden bajar por el shock emotivo sufrido”.
Respecto de lo ocurrido la mujer comentó que “la verdad no entiendo el porqué de tanta saña. No había motivos para castigarlos de esa manera. Podían robarle el dinero sin tener que pegarles.
Creo que acá hubo alguien que los ‘entregó’. Ellos habían comprado algunos dólares porque tenían pensado hacer un viaje próximamente”, cerró.