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Finalmente, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci no vendrán a Santa Fe para ser juzgados, sino que seguirán el debate desde el penal de Ezeiza. Los hechos por los que se los acusa ocurrieron durante la mañana del 7 de enero de 2016, cuando hirieron a un gendarme, robaron sus armas y escaparon.
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El Tribunal Oral Federal de Santa Fe fijó para el lunes 5 de noviembre, el inicio del juicio oral y público contra los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, por delitos cometidos la mañana del 7 de enero de 2016, cuando en plena fuga del penal de General Alvear se enfrentaron con dos gendarmes en zona rural del departamento Las Colonias. La novedad está en que los imputados no presenciarán el debate, sino a través del sistema de videoconferencia, desde el penal de Ezeiza, donde se encuentran alojados desde la recaptura. Las autoridades del Servicio Penitenciario nacional manifestaron las “serias dificultades que acarrearía el traslado” a Santa Fe y calificaron al operativo de “alto riesgo”.
La fecha original del debate era el 6 de agosto, pero se postergó a causa de que los hermanos Lanatta se quedaron sin defensa de modo inesperado. Luego se reprogramó para el 21 del mismo mes, pero se volvió a suspender porque se avecinaba otro juicio, por el cual el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de La Plata los condenó el 1º de octubre pasado, a la pena de siete años y medio de prisión por los delitos de robo, privación de la libertad y evasión de la cárcel de General Alvear el 27 de diciembre de 2015.
El tribunal que los juzgará la semana próxima está integrado por los jueces María Ivón Vella -presidente-, Luciano H. Lauría y José María Escobar Cello. Según la programación, serán dos días de testimoniales -lunes y martes-, durante los cuales pasarán los 41 testigos citados, en su mayoría personal de Gendarmería que intervino en el procedimiento, y testigos de actuación. El miércoles está prevista la realización de una inspección judicial fuera del edificio de tribunales y luego las partes -representadas por el fiscal general Martín Suárez Faisal y el defensor público oficial Julio Agnoli- harán los alegatos de clausura. En cuanto a la sentencia, se espera que la parte resolutiva sea leída la semana siguiente.
El escondite
En el juicio que se avecina, los sicarios de la “causa efedrina” fueron procesados el 8 de agosto de 2016 por el juez Federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez, quien les atribuyó los delitos de “robo perpetrado con arma de fuego y en lugar despoblado”; “daños a bienes de uso público del Estado Nacional”; y “atentado y resistencia a la autoridad, agravado por el uso de armas y por poner manos en la autoridad” en concurso real. Además, endilgó a Martín Lanatta la autoría de “homicidio en grado de tentativa, doblemente agravado por haberse perpetrado para procurar la impunidad y contra un miembro de las fuerzas de seguridad pública”. El 30 de junio de 2017, el fiscal federal Claudio Kishimoto firmó el requerimiento de elevación a juicio.
Los hechos por los cuales serán llevados a juicio, transcurrieron en un lapso de cuatro o cinco horas, de la mañana del jueves 7 de enero de 2016. Por tareas de inteligencia, la Gendarmería localizó un punto en el medio del campo, en la zona rural de San Carlos Sur, donde en viejas construcciones abandonadas estarían escondidos los evadidos.
Herido y tiroteo
Allanaron tres taperas pero no acertaron con las coordenadas y le dieron tiempo a los buscados para escabullirse entre los sembradíos, amparados por la penumbra. Según el relato histórico, el primer enfrentamiento ocurrió a las 6.30 de la mañana, cuando un móvil de Gendarmería que había quedado en solitario, advirtió la presencia de tres sujetos que caminaban a campo traviesa. Uno de los dos uniformados resultó herido y los bandidos se escaparon con el utilitario Citroën Berlingo, los pertrechos y las armas de los funcionarios de la Uesprojud Rosario.
En su huida se tirotearon con otro móvil de Gendarmería, donde el utilitario fue dañado y abandonado en zona de campo a las 10.50 del mismo día. Lo que ocurrió a partir de ese momento será materia de debate en la justicia provincial.
Testigos
El comandante José María Valdez recibió un balazo de FAL en su brazo derecho cuando cara a cara con Martín Lanatta y rodeado por su hermano Cristian y Víctor Schillaci, optó por desarmar su posición de tiro y bajar el arma. “Para que yo pueda tener un tiro efectivo necesitaba estar a una distancia de cómo máximo 15 metros, a lo que se sumaba que su poder de fuego era muy superior y que nos habían ordenado no dispararles”, recordó el gendarme en declaración testimonial que consta en la causa. Su compañero, el suboficial principal Roberto Encina, ya había sido alcanzado y reducido por los otros dos bandidos, por lo que la decisión de evitar un enfrentamiento armado es la que seguramente le conservó la vida.
Captura final
Martín Lanatta se entregó la mañana del 9 de enero de 2016 en un campo cerca de Cayastá, en el departamento Garay, mientras que sus cómplices fueron descubiertos dos días después -11 de enero- dentro del molino arrocero Spaletti, donde mantuvieron cautivo a un empleado, hasta que finalmente se entregaron.
Una causa penal en la Justicia provincial se le inició al trío a partir del robo de una camioneta VW Amarok propiedad del laboratorio Bayer y la privación de la libertad de su conductor, un ingeniero agrónomo de la firma, el cual fue sorprendido en zona rural mientras realizaba un control a campo.
Con ese vehículo, llegaron a la ciudad de Santa Fe, donde mantuvo cautivo al ingeniero durante más de 24 horas, en pleno microcentro. Luego escaparon rumbo a la costa por la Ruta 1, hasta que fueron nuevamente advertidos y comenzaron a quedar cercados. Protagonizaron un vuelco con la Amarok en cercanías de la localidad de Campo del Medio, donde bajo amenaza de muerte robaron otra camioneta el 9 de enero, esta vez una Toyota Hilux de un productor rural, la cual fue hallada empantanada en el camino que une la ruta 1 con la Ruta 11.
Causa efedrina
Los nombres de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci tuvieron amplia repercusión nacional cuando fueron detenidos y luego condenados a prisión perpetua por el triple crimen de Sabastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), cuyos cuerpos fueron hallados en agosto de 2008 en General Rodríguez. La llamada “causa efedrina” puso de relieve supuestos vínculos entre el tráfico de drogas y la política, que una década más tarde todavía no se ha podido desentrañar.