Enrique Cruz (h)
No tiene planificada la pretemporada y dijo que en diciembre se sentará con el presidente. Frases como “si no va, no va” o “hay que ver si estamos en la misma sintonía”, dejan abierta la incógnita sobre su futuro. El contrato vence en junio del año que viene.
Enrique Cruz (h)
Tiró frases fuertes, contundentes. Se pueden tomar como una expresión de deseos o un objetivo en sí; pero también se las puede analizar como algo que podría desembocar en alguna decisión inmediata, inclusive antes de que expire su contrato (que será en junio del año que viene). Eduardo Domínguez habló en extenso en La Primera de radio Sol. De lo futbolístico, pero también de su futuro. Y sembró un mar de dudas.
—¿Cómo definís el actual momento?
—Teníamos la ilusión de llegar más lejos en las otras competencias y estar mejor en la Superliga. Es un momento de crecimiento y aprendiendo de los errores que hemos cometido. Y encontrando otra manera de jugar.
—Con poca regularidad...
—No sólo en Argentina, diría que en el mundo la gran dificultad es la regularidad. Salvo los grandes, que pueden conseguirla. Y en este país, le agrego a Defensa y Justicia. El resto estamos en la media del fútbol argentino. Cinco puntos arriba estás en copas y cinco puntos abajo estás en los últimos puestos.
—Con lo que se puede decir que cuesta, ¿no?
—Más de lo que muchos creen.
—Hay una estadística muy clara: Colón está entre los mejores de los primeros tiempos y entre los peores de los segundos...
—Generalmente, somos superiores en el primer tiempo pero se nos hace difícil sostener la diferencia. Pasa por lo mental. Cuando el rival crece, nos complica. Central nos creó dificultades tirando pelotas largas a nuestras espaldas. Pensé que con tres centrales iba a tener mejor cobertura, pero fue el momento en el que más sufrimos. No pasa por lo físico. El otro día, en los últimos 15 minutos generamos tres mano a mano.
—¿Y algo de lo táctico o lo estratégico?
—Insisto en lo mental. Quizás algo de lo táctico pueda haber existido, tanto de afuera, que es mi parte, como de adentro, que es la de los jugadores.
—Tu equipo debería tener cinco puntos más por dos partidos que debió haber ganado. Aplicaste recetas distintas en los cambios. ¿Fue producto de alguna autocrítica?
—Los cambios no anduvieron con Huracán pero pienso que, con Central, entraron bien. Con Huracán íbamos dos goles arriba y ellos con uno menos. Lo que busqué fue tener más jugadores de rompimiento al espacio para generar situaciones y perjudicar al rival. Por eso lo puse a Bueno. Y cuando ví que eso no sucedía, lo puse a Bastía.
—¿No era mejor tener la pelota?
—Estaba Heredia para eso y Bueno que vaya por afuera y explote el espacio a espaldas de Chimino. Pero se dieron otras cosas: en el primer tiempo jugamos mano a mano los dos centrales contra los dos puntas y anduvimos bien; en el segundo tiempo, éramos dos contra uno y perdimos. Por eso digo que pasa más por la parte mental, teníamos superioridad numérica y no lo plasmábamos en la cancha. Pero 11 contra 11 fuimos más.
—Pero contra Central apostaste a la línea de cinco y a Mariano González...
—Mariano es el jugador que más profundidad le da al equipo y el que más posibilidades le da para manejar el equipo.
—Más allá de aquél exabrupto, hubo una frase tuya a los jugadores cuando Huracán se quedó con 10. Les dijiste: “ellos van a redoblar el esfuerzo, nosotros también”...
—Es que el que juega con 10, juega distinto. Y el que juega con 11, siempre cada uno cree que es el hombre libre y el que tiene que correr es el compañero. Por eso les dije de redoblar los esfuerzos y correr más. El que se queda con 10 corre más que el que se queda con 11. Es así en el fútbol profesional o en el potrero.
—Antes, con Conti, al equipo no le marcaban goles, pero ahora sí. ¿Razones?
—Fíjense la estadística: no nos crean muchas situaciones, pero más de la mitad de los goles fueron de pelota parada. Demasiado para mi gusto.
—¿Qué sensación te dejó la eliminación de la Sudamericana?
—Un sabor a decepción. Espero que le sirva a la institución para saber cómo se juega y cómo se manejan las copas. Junior es uno de los más grandes de Colombia, está en semifinales, pero uno creía que dejando en el camino al mejor equipo, como San Pablo, a nosotros se nos iba a meter presión para llegar más alto. No nos alcanzó y debemos mejorar para estar más fuerte, sabiendo de qué se trata esta competencia.
—¿A qué te referís con eso?
—Me refiero a cómo se maneja dirigencialmente, los viajes, un poco de todo. Se piensa que es sencillo y esto es un trabajo que se debe hacer día a día, igual que en Afa, es estar en el día a día y saber cómo se manejan Afa, Superliga, los árbitros. No lo digo por cuestiones extrafutbolísticas, sino por presencia. Lo mismo con Conmebol.
—Por ejemplo, algunos jugadores se quejaron por el viaje a Colombia. ¿Vos pensás igual?
—Seguro, debimos viajar diferente.
—Y pensás que la presencia debe ser permanente...
—Las dirigencias se renuevan, los estatutos también, hay que estar en el día a día... Hay que estar.
—¿Qué cosas del día a día?
—Cosas que ya le he comentado al presidente
—¿Estás con ganas de irte?
—No tengo ganas de estar por estar. Si fue bueno o no mi trabajo, es otra historia. Pero yo no me siento cómodo si el hecho es estar por estar. Hay cosas que no voy a hacer públicas, pero se las comenté a Vignatti. Hay cosas que se pueden hacer y no se hacen, y hay otras que son difíciles de cambiar. Me da la sensación de que hay cosas en las que podemos crecer y que cuestan más de lo normal. Cuando uno quiere cambiar una creencia, una mentalidad o situaciones que se hicieron costumbre, se hace difícil. Nos acostumbramos a lo fácil o a lo que está instaurado en un lugar. Es así y no se puede cambiar. ¿Por qué?. No estoy de acuerdo con esa mentalidad.
—¿Planificaste la pretemporada?
—No.
—¿Razones?
—Todos dependemos de los resultados. Hay un contrato, pero yo no me ato a los contratos. Si estoy cómodo y con toda la energía para seguir, buscaré seguir. Pero si la otra parte no está interesada en seguir, ¿para qué voy a forzar una situación?. Y lo mismo, si uno puede cambiar y seguir mejorando, creciendo y no quedarme por quedarme, seguiré con todo el entusiasmo que tuve hasta hoy. Pero no voy a forzar una situación.
—Se lo puede tomar como que estás abriendo el paraguas y preparando una salida...
—Insisto en que todos los técnicos del mundo dependemos de los resultados. Me enfoco en los partidos que faltan y nos sentaremos a hablar con el presidente cuando finalice el año. Y si estamos de acuerdo, continuaremos.
—Pero tenés contrato hasta junio...
—Tengo un contrato que me gusta respetar y cumplir, pero nuevamente insisto: no me ato a una letra firmada. Si no va, no va. Es simple. Es mucho más fácil de lo que se hace o lo que se dice. Estoy enfocado en ganar el fin de semana y así sucesivamente. Cuando finalice el semestre, nos sentaremos, evaluaremos y haremos el mea culpa de todo, de lo que pasó y lo que se puede mejorar. Si estamos en la misma sintonía, vamos para adelante. Y si no, ¿para qué forzar situaciones si no vamos a estar en la misma sintonía? Yo quiero que sigamos creciendo como institución. Me pasa a mí y nos pasa a todos. A ustedes, como periodistas, también: si los que manejan el medio no confían en ustedes o ustedes en ellos, ¿para qué seguir?
—Vignatti te quiso armar un equipo para clasificar a la Libertadores, a principios de año. Había una intención de dar un salto más grande que el que se dio...
—Si no nos exigen, vamos a seguir con la misma historia: ganarle el clásico a Unión, a los grandes, no pelear el descenso y listo. Y a mí, eso no me gusta. Los que vienen a Santa Fe buscan la comodidad y está bien, porque ahora estoy en el medio del predio y es una paz, una tranquilidad, no nos molesta nadie, estoy bárbaro... Pero necesitamos de la exigencia externa para crecer. A mí no me gusta no estar en los primeros puestos y que nadie me diga nada. Yo quiero crecer, ser más competitivo, que ustedes me critiquen porque esa crítica me hace razonar.
—Es un salto de calidad que todos quisieran dar, no sólamente vos...
—La mira debe ser la de estar entre los primeros cinco lugares. Eso nos llevará solitos a pelear el título. A eso lo debe entender el club. De mi parte, soy alguien que busca cambiar.
—Vignatti dijo que en dos años van a salir campeones con vos...
—Ojalá en dos años pueda salir campeón con Colón. Y eso se daría porque, entre todos, cambiamos la mentalidad.
“Yo dije que Alan Ruiz es punta, no que es ‘9’. Tiene la tendencia a retroceder porque tiene, técnicamente, un talento difícil de conseguir. Puede ser que lo haya hecho en exceso. El lugar en el equipo se lo van ganando los jugadores. Es cierto que yo soy el que define, pero es muy difícil que un jugador que anda bien, no juegue”. Eduardo Domínguez. Entrenador de Colón.
“Madelón está trabajando muy bien, lo está demostrando, quizás le cueste sacar esos resultados que le permitan dar el pasito adelante. Y está bien que la gente de Unión le exija para que los dé”. Eduardo Domínguez. Entrenador de Colón