Ignacio Hintermeister / [email protected]
Un sistema de compras transparente abre espacios a laboratorios nacionales y baja precios a los jubilados. Sin ideologizar el modelo, el resultado explica su conveniencia.
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Sergio Cassinotti presidió la obra social de UPCN y el Ioma -que es la versión bonaerense del Iapos- pero también ocupó cargos directivos en la Cámara de Droguerías y Distribuidoras. En marzo del año pasado se hizo cargo de la dirección ejecutiva del Pami; viene de anunciar una “revolución obvia” en la obra social de los jubilados.
Después de reponer las licitaciones abiertas a la hora de hacer compras, el directivo anunció días atrás junto al presidente Mauricio Macri que el organismo retomaba la capacidad de definir sus adquisiciones haciendo uso de las ventajas de su gran tamaño. La obra social maneja el 40 % del mercado de medicamentos en el país.
Cassinotti estuvo horas atrás en Santa Fe, participando del Seminario Internacional de Política y Gestión de Salud que organizó la Facultad de Ciencias Médicas de la UNL. Y en un “breack” del encuentro se prestó al diálogo con El Litoral para ofrecer argumentos sobre la experiencia en marcha.
- Impresiona: 80 % menos en el precio de un medicamento oncológico comprado por Pami hoy respecto de 2017.
- Esto es lo que sucede cuando uno abre la competencia. Es lo que nos preocupaba y lo que le manifesté al presiente; él entendió rápidamente. No puede ser que el máximo comprador de Argentina esté encorcetado en un modelo contractual cuando nosotros empezamos a licitar a partir de marzo, cuando pusimos en el convenio que iniciamos que era condición irrevocable que el Pami iba a licitar. En hemofilia ahorramos el 72 %; en 22 drogas oncológicas ahorraos 80 % respecto al año anterior. Esto quiere decir que Argentina tiene opciones económicas que dan resultado y permiten gastar menos a los jubilados. Son opciones de calidad, aprobada, medicamentos eficaces con todos los controles de Anmat.
- Beneficios de libre mercado. Es como una mala palabra en la Argentina.
- Están los descuentos. Fueron tan contundentes que nos sorprendieron a nosotros mismos; no esperábamos más del 50 % y nos sorprendió el nivel de ahorro.
- ¿Cómo es que las Cámaras de los proveedores del Estado manejaban las compras del Estado?
- Las tres cámaras de laboratorios, dos argentinas -Cilfa y Cooperala- y una multinacional -Caeme- hicieron una unión de empresas y firmaron un convenio de provisión. Yo digo: una cámara está para defender los derechos de un sector, no para proveer insumos o productos. En este caso estuvieron proveyendo al Pami durante 22 años todos los medicamentos ambulatorios y de alto costo.
- Había una anuencia explícita desde la administración nacional.
- Hubo intentos de avanzar para que esto cambie. Pero a mí me parece que esto no se puede hacer sin la aprobación del presidente. En el último instante el que decide es uno solo y cuando le fuimos a preguntar al presidente si terminábamos con esta práctica, nos ordenó hacer lo que había que hacer. Esto es lo notable.
- Con crisis e inflación, el costo de las prepagas y las prestaciones de obras sociales afecta a la salud pública. ¿Puede mejorar el escenario para estos actores a partir del nuevo sistema de compras del Pami?
- Cuando uno representa el 40 % del mercado es formador de precios. Si no lo es es porque no quiere. Si está la actitud que hay que tener, cuando uno establece precios y deja de discutir descuentos, esos precios van a derramar indiscutiblemente en el resto del mercado. La semana pasada me llamaron presidentes de obras sociales provinciales y me dicen que estamos comprando más barato gracias a Pami. Toda resolución que firmo está en la web; los precios son públicos. Las obras sociales sindicales me dicen que están cobrando más barato y los reintegros que la superintendencia de servicios de salud realiza por medicación de alto costo, hoy toma los precios de Pami como referencia. Esto no sucedió en la historia.
- Los argentinos tenemos una cultura que demanda más medicamentos de los que se necesitan. ¿Sobre esto se está trabajando?
- Vamos a hacer tres campañas fuertes: una que tiene por eje al jubilado para que cuando vaya a la farmacia pida opciones al farmacéutico. Tenemos de la misma droga 10 productos distintos entre los que hay una gran diferencia de precios. Otro foco es el farmacéutico: debe decirle al jubilado cuáles son las opciones. Y lo más difícil es el médico: que no sugiera una marca. No nos olvidemos que la mayoría de los laboratorios copia fórmulas. Lo importante es que el producto aprobado por Anmat sea eficaz.
Estatal también
“Firmamos hace un mes un convenio macro donde todos los laboratorios provinciales, públicos, van a venderle al Pami en principio para los efectores propios, para nuestros hospitales y sanatorios. Hay algunos que no tienen el volumen que necesitamos para cubrir todo el país. Estamos dando un primer paso para extender la experiencia a un volumen más grande”. Así respondió Cassinotti cuando El Litoral le preguntó si había compas del Pami al Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe.
Terribles, terribles, terribles
Consultado si s previsible que el Pami ahorre plata por menor margen de fraude o abuso mediante la gestión electrónica, Cassinotti fue contudente. “este sistema lo impuse hace 18 años en la obra social de la UPCN y nos dio unos resultados terribles, terribles, terribles en cuanto al ahorro del fraude”.
Sobre la receta electrónica, aclaró que “el jubilado no va a tener que operar una tablet o una PC; los cambios que planteamos no tienen que ver con que ellos tienen que operar el sistema. Lo hace el médico, que dispara la receta en la nube directamente”.
Explicó que “la credencial magnética que estamos distribuyendo en todo el país se usará en cada mamografía, cada compra en farmacia, cada tomografía, cada internación. Todo queda registrado: esto simplifica autorizaciones y cuando esto esté funcionando a pleno el año que viene, habrá menos trámites para hacer, no habrá necesidad que nuestros jubilados se molesten en trámites.