Enrique Cruz (h)
Corregir los errores cometidos en los dos partidos seguidos de local, recuperar a Mauro Pittón y lamentarse porque, cuando le programen el partido con River, será una historia totalmente distinta a la que debió darse.
Enrique Cruz (h)
¿Viene bien o no el prolongado paráte y la postergación (¿hasta el año que viene?) del partido con River?. Creo que hay dos aspectos que se contraponen: 1) lo negativo es que el equipo va a estar tres semanas sin jugar y esto se da justamente en el momento en el que no se pudieron aprovechar los dos partidos seguidos de local; 2) podría servir para que Mauro Pittón llegue en condiciones de jugar o, al menos, se pierda un partido menos de lo previsto.
En el fondo —y en el “frente” también—, Madelón está enojado y con toda la razón. La Superliga también ha demostrado su inoperancia en este fin de semana tan especial por las circunstancias meteorológicas que llevaron a la postergación de Boca-River. La Superliga no había programado partidos en todo Buenos Aires para el mismo día de un superclásico que no debió jugarse en un fin de semana sino en los días que Conmebol ha solicitado como prioridad para la disputa de los torneos internacionales (martes, miércoles o jueves). Pero resulta que admitió que tres partidos, en el Gran Buenos Aires y La Plata, se disputen justamente el día en que se juega Boca-River. ¿Cómo es el dicho?, ¿borrar con el codo lo que escribió con la mano?, se lo puede admitir.
Ya antes, Superliga se había dejado “reducir” por un reglamento que contrapone sus postulados básicos de emprolijar y hacer sustentable y previsible el calendario, más la presión de uno grande con mucho peso como River, para postergar el partido de River con Unión para el año que viene.
Vuelvo a la pregunta del principio: ¿le viene bien a Unión o no el hecho de que no le hayan programado el partido con River para la semana que viene, como sí le programaron a Boca con Patronato?. La respuesta es no. Porque cuando este partido se juegue, no será el mismo River. Unión no tenía la varita mágica para saber que justamente cuando se juegue este partido, River iba a estar afrontando esta instancia decisiva en la Libertadores y también en la pretendida y empalagosa Copa Argentina, que desde el momento que otorga un lugar para la Libertadores, se ha convertido en una obsesión para los grandes.
Pero en este mini ciclo de irregularidad en el que entró Unión, ganando bien dos partidos de visitante para colgarse en el segundo puesto de la tabla y sacando apenas 1 de los 6 en juego como local, no viene para nada mal este paráte para que Madelón pueda trabajar y corregir errores.
La idea de que “al equipo le agarraron la vuelta de local” está rondando por la cabeza de todos: cuerpo técnico, jugadores, dirigentes e hinchas. Es lógico suponerlo. A Unión se lo vé como un equipo duro, compacto, con mucha fortaleza en su casa. Llevaba un año y medio sin perder. Dabove —interesantísimo entrenador— lo estudió a fondo, tapó los circuitos laterales de Unión, faltaron espacios e ideas por el medio y le creó problemas defensivos. Quizás ese 3 a 0 fue exagerado, pero nadie discute la legitimidad y justicia de la victoria mendocina, que no llegaba a este partido con los mismos pergaminos que lo llevaron a convertirse en un candidato a pelear el título en la Superliga pasada; igualmente, es el equipo argentino que más puntos sumó en el torneo local durante todo el 2018. Y después, un Patronato que le pudo empatar dos veces el partido, que también se l planteó bien y que le desnudó nuevos problemas defensivos a un Unión que, además de haber tenido una floja cosecha en casa, donde se hacía fuerte, recibió cinco goles en dos partidos, contra esa valla invicta que supo mantener en el Gigante de Arroyito y en la cancha de Argentinos Juniors.
La variante de la línea de cinco defensores fue muy buena para los partidos de visitante pero no para los de local, al menos contra los rivales que tuvo. El ingreso del Droopy Gómez no terminó de ser lo suficientemente útil. Está claro que el 4-4-2 no sólo es el esquema básico de Unión, sino el que mejor tiene aprehendido este plantel. Y así como alguna vez, buscando variantes, Madelón encontró con el retroceso de Gamba y parando al equipo con un 4-2-3-1, a partir del clásico que ganó en cancha de Colón, una buena alternativa para sorprender al rival, quizás también aproveche este tiempo para ensayar detalles que reencaucen al equipo. Aún cuando Mauro Pittón pueda volver a jugar y esté en condiciones de armar el equipo-base con el que casi siempre jugó.
Hay algo que tiene que volver urgente: los goles de Soldano. Van seis partidos en los cuáles no hay goles de los delanteros. Esto deja un margen de preocupación, más allá de que el equipo haya convertido e inclusive acumule una goleada en sus registros (el 4 a 0 a Central con dos goles de Martínez, uno de Mauro Pittón y el restante de Fragapane). No es que al equipo le falta gol (hizo dos con Patronato), pero no tiene el aporte imprescindible de los delanteros, sobre todo de Franco Soldano, su mejor carta de gol.
3 Partidos
Son los que le quedan a Unión antes del cierre del año: por la fecha 13, el domingo 25/11 a las 17.10 con Vélez en el 15 de Abril; por la 14, el lunes 3/12 a las 19.20 contra SanMartín (San Juan) en tierras cuyanas y por la 15, el sábado 8/12 a las 17.10 también en Santa Fe, ante Banfield.