Gustavo Capeletti / [email protected]
El fiscal Rodrigo González apuntó contra el titular del MPA Reconquista, Rubén Martínez. Lo acusa de obligarlo a armar causas y de abusar de su cargo superior. También de extorsionar a personal subalterno para perjudicarlo.
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El fiscal adjunto Rodrigo Germán González formuló una denuncia de tono gravísimo contra quien es su superior inmediato en la función, el fiscal regional de la Cuarta Circunscripción Judicial Rubén Martínez.
El funcionario apuntó que “el Dr. Martínez ha utilizado su cargo no sólo para perjudicarme personalmente, sino que ha abusado del mismo, exigiéndome el armado y mantenimiento de causas, ha resuelto situaciones jurídicas a su conveniencia en perjuicio mío, y ha extorsionado a personal del MPA (pasantes) para una causa penal y administrativa en mi contra, obligándolas a declarar de manera perjudicial para mí”.
González salió así al cruce de acusaciones contra su persona, esgrimidas por Martínez en las que lo denunció por sustracción de legajos, apropiación indebida de fondos públicos, acoso laboral, violencia de género y consumo de estupefacientes.
Ahora en uso de licencia, el fiscal González sostuvo que el supuesto encono del regional tiene su explicación y deviene de “cuando se me asignó la causa de una denuncia del Dr. Martínez contra el obispo Juan Martínez (de Posadas, por supuestas amenazas del clérigo en el marco de una audiencia en el caso del cura imputado por abusos Néstor Monzón), a lo que entendí se debía archivar por no existir elemento alguno de convicción de la existencia de delito”.
Eso habría desatado la ira del doctor Martínez, ya que insistía en que se debía “imputar al obispo porque ello le daba impronta para acceder al cargo de fiscal regional”.
“Cuando dispuse el archivo de la causa, dado que los testigos aportados declararon no haber observado ni escudado ninguna amenaza, la noticia no le cayó en gracia, y tras recurrir la medida me hizo saber que ‘había firmado mi sentencia de muerte’”, denunció.
En su presentación, a modo de descargo ante el fiscal general Jorge Baclini y también ante los medios, González refirió “los graves perjuicios psíquicos y familiares y el descrédito social a los que me veo sometido por el accionar de mi jefe, el doctor Martínez”, y adelantó que es inminente la presentación de una denuncia penal contra el mandamás del MPA Reconquista por los cargos referidos, entre los que se citó el abuso de autoridad y extorsión, como los más gravosos.
Además, indicó que “la renuncia de las pasantes a las que el doctor Martínez utilizó para armar la denuncia en mi contra, que se desdijeron de las acusaciones, habla a las claras de que la causa fue armada para perjudicarme, y de que el que ejercía violencia laboral era él como fiscal regional”.
Acerca de la desaparición de legajos, González se defendió alegando que “cuando tomé licencia por el nacimiento de mi hijo, el doctor Martínez con tres pasantes y sin labrar acta alguna irrumpió en mi despacho, que estaba bajo llave, para realizar un inventario, con lo cual esa acusación es nula de toda nulidad toda vez que no estuve presente en ese acto y bien se pudo hacer desaparecer legajos para involucrarme falsamente”, aseguró.
Respecto de los dineros denunciados como apropiados, respondió que “en realidad es plata de multas de suspensiones de juicios a prueba, que a veces se juntan varios casos para luego hacer el depósito correspondiente, debido a que la actividad febril de la fiscalía impide ir al banco a diario. La clave es que no hubo faltante de dinero”.
Para fundamentar aún más sus apreciaciones, expuso que “tanto el fiscal Alejandro Rodríguez como yo, en 2017 y tras un relevamiento, caímos en la cuenta de que contábamos con 2.500 legajos más que el resto de los fiscales”, algo a lo que el doctor Martínez hizo caso omiso, y precisó que “no me puede acusar nunca de falta de contracción al trabajo, porque soy de los fiscales con más condenas logradas: un total de 54”.
El adjunto hizo referencia “al terrible desorden administrativo y funcional que reina en el MPA Reconquista, con la distribución de legajos, situación que fue advertida al fiscal regional, quien no la tuvo en cuenta y continúa así hasta la fecha”.
Por último, el fiscal Rodrigo González sostuvo que “hace tres meses atrás hubo una denuncia de unos empleados contra otro fiscal por violencia laboral y no se hizo nada” y que Martínez “cuestiona que yo recibía abogados en mi despacho, cuando él también recibía profesionales en su despacho, hasta algunos del fuero rosarino”.
Otra denuncia
Según trascendió de fuentes tribunalicias, el fiscal regional Rubén Martínez podría recibir esta semana otra denuncia, en este caso del obispo posadeño Juan Martínez, que fuera denunciado por amenazas. Al caerse esa causa por falta de méritos para llevar adelante la imputación, y ante la afrenta social que sufrió, el prelado accionaría penalmente contra Martínez por daños y perjuicios.