Germán de los Santos
Por primera vez Guille Cantero fue sentenciado por tráfico de drogas por el Tribunal Oral Federal de Rosario. Su lugarteniente Jorge Emanuel Chamorro recibió una pena de 17 años. Las parejas de ambos fueron condenadas a 12 años.
Germán de los Santos
Pasaron 19 años desde que fue atrapado por primera vez Máximo Cantero, alias Viejo, entonces líder de Los Monos, con un cargamento de marihuana en Itatí, Corrientes. Hasta este jueves ninguno de los integrantes de esta organización con sede en Rosario había sido condenado por narcotráfico, pero pasadas las 16 el Tribunal Oral Federal de Rosario rompió con la historia reciente y sentenció a Ariel Cantero, alias Guille, a 15 años de prisión, y a su lugarteniente Jorge Chamorro, a 17.
Con este fallo en la causa llamada Los Patrones, que se inició en noviembre de 2015, se cerró una etapa en la justicia federal de Rosario, que hasta ahora no había juzgado nunca por producción y comercialización de estupefacientes a una banda que operaba en Rosario desde hacía casi 20 años, y que más allá de la venta de drogas montó un engranaje de extrema violencia para sostener el negocio ilegal, que provocó que esta ciudad llegara a tener 21,4 homicidios cada 100.000 habitantes en 2013.
Después de más de dos meses y medio de audiencias, en medio de un intenso operativo de seguridad, los jueces Ricardo Vázquez, Eugenio Martínez y Osvaldo Facciano dieron a conocer el veredicto, con penas de 15 años de prisión para el líder de Los Monos y 17 para Chamorro. En los alegatos, el fiscal Federico Reynares Solari pidió una condena a 18 años para ambos.
Guille Cantero, quien escuchó el veredicto en el penal de Ezeiza, fue condenado el 9 de abril pasado a 22 años de prisión, y luego la Cámara de Apelaciones redujo en agosto pasado seis meses la condena. Chamorro tiene que pagar una pena de 12 años. Después del juicio en el fuero provincial comenzaron en Rosario una serie de atentados seriales contra jueces y funcionarios que intervinieron en la investigación contra la banda. Se produjeron 14 ataques a balazos contra frentes de casas vinculadas a quienes estuvieron con la causa 913/12.
Este clima de violencia generó temor en la propia justicia federal que empezó a juzgar a una parte de los miembros de la banda en setiembre pasado. Se montó un fuerte operativo de seguridad y los principales imputados participaron del juicio desde el penal de Ezeiza a través de un sistema de videoconferencia.
Las parejas de Cantero y Chamorro también fueron condenadas, porque eran el brazo ejecutor fuera de la cárcel de las órdenes que los hombres daban desde la cárcel de Piñero para continuar con la comercialización de estupefacientes y los atentados contra las bandas rivales. Vanesa Barrios, esposa de Guille, y Jésica Lloan, de “Ema”, fueron condenadas a 12 años de prisión.
La madre de Guille, Patricia Celestina Contreras, recibió una pena este jueves de ocho años de cárcel, que se unificó en diez años al unificarse con una condena anterior. La “Cele”, como se conoce a la ex pareja del “Viejo” Cantero, fue detenida el 2 de julio de 2017, unas horas después de que terminara la boda de Leonel Messi, a cuatro cuadras de su casa, en el barrio La Granada.
Otro de los condenados es Elías Sánchez, que era la pata en Corrientes para abastecer a Los Monos de marihuana. Sánchez, quien enfrenta un proceso en esa provincia por fugarse estando en prisión domiciliaria, fue condenado a 14 años de prisión.
La justicia federal investigó a la banda de Los Monos tras la detención de un soldadito en un búnker en la zona sur de Rosario. Se comenzó a seguir la cadena de abastecimiento hasta que llegaron a las mujeres de Los Monos, que se encargaban de proveer a los kioscos de drogas bajo las órdenes de sus parejas, que en ese momento estaban presos en el penal de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario.
Los llamados de Guille y Chamorro salían desde las celdas 311 y 317 de la cárcel. Cuando Guille Cantero se entregó a la Policía de Santa Fe el 21 de junio de 2013 lo hizo con una sonrisa. Como si esa decisión de perder la libertad le importara poco. Y ese gesto tenía un sentido. Bajo extrema seguridad seguía con las riendas del negocio del narcotráfico desde la celda 317, primero con celulares y luego a través de un teléfono fijo.
En la causa, nunca se investigaron las complicidades del Servicio Penitenciario, pero sí los contactos y los engranajes que servía al líder de Los Monos por fuera de los muros del penal para mantener la producción, adquisición y la distribución de cocaína y de marihuana.
El fiscal Reynares Solari dijo tras los alegatos que se remitieron a la fiscalía nuevas puntas que surgieron de la causa que apuntan a las complicidades que tejieron Los Monos y que se fortalecieron cuando estaban en prisión. En el allanamiento en noviembre de 2015 a la cárcel de Piñero se secuestró un teléfono celular de Chamorro en el que están agendados los números de policías, como policías de Inteligencia de Drogas Peligrosas, que fue absuelto en la causa provincial, y el jefe de la barra brava de Rosario Central Andrés Bracamonte, quien está siendo investigado desde hace tiempo en la justicia federal. En el juicio en la justicia provincial fueron condenados nueve policías por ser parte de la banda narcocriminal.