Luis Rodrigo
El Ministerio de Energía de la Nación había previsto un crecimiento del 3,4 % a lo largo del año pasado. Pero sólo subió 0,2 %. En diciembre se derrumbó: -10 %, respecto del mismo mes del año anterior.
Luis Rodrigo
En diciembre de 2018, en todo el país, el consumo de energía eléctrica fue un 10 % menor al del mismo mes de 2017.
En este último mes, hace poco más de un año, las previsiones oficiales eran muy diferentes. El informe “Escenarios Energéticos 2030”, elaborado por el entonces Ministerio de Energía y Minería de la Nación (hoy Secretaría) trabajó con una pauta de crecimiento vegetativo promedio del 3,4 % para todo el período 2018-2030 para el sector eléctrico. La realidad fue muy diferente durante el año pasado y, a nivel nacional, el crecimiento de la demanda de la energía eléctrica fue de apenas el 0,2 %.
Y si se observa lo ocurrido con el sector residencial (el conjunto de los hogares) se verá que el derrumbe del consumo de energía es aún mayor, ya que se había previsto un aumento interanual del 4,5 %.
El informe de previsión fue elaborado por la Secretaría de Planeamiento Energético Estratégico, precisamente, en diciembre 2017, cuando el optimismo dominaba a los funcionarios nacionales (y el dólar estaba por debajo de los $ 20).
EPE cae menos que el promedio
Mientras que a nivel nacional la baja de la demanda de diciembre de 2018 contra diciembre de 2017 fue del 10 %, para la Empresa Provincial de la Energía, la baja fue del 8,9 % según los datos divulgados por Adeera, la Asociación de Distribuidores de la Energía Eléctrica de la República Argentina.
En tanto, según la Fundación para el Desarrollo de la Energía Eléctrica (Fundelec), la provincia más afectada por la caída en la demanda fue Catamarca, con un inédito derrumbe del 40 %, seguida por San Luis (-31 %), Corrientes (-14 %), San Juan (-12 %), Tucumán (-12 %), Entre Ríos (-12 %), Eden y La Rioja (11 %) y Chaco (10 %).
También bajó el consumo del fluido en Jujuy, La Pampa, Mendoza, Santiago del Estero (9 %) y Santa Fe (-8,9 %); Edelap (-8 %); Río Negro (-7 %); Salta y Neuquén (-6 %).
En Córdoba y en Formosa fue de -5 %; en Misiones de -3 %; en las bonaerenses Edes -2 % y en Edea de -1 %.
Hubo aumentos en los requerimientos al MEM (Mercado Eléctrico Mayorista) en Santa Cruz (7 %) y Chubut (1 %). En la zona metropolitana de Buenos Aires y el Conurbano anotó una baja del 12,1 %.
“En diciembre pasado se registró la cuarta caída consecutiva de 2018. Fue el peor mes del año en la materia, con un retroceso del 10 %, que se elevó al 10,7 % para el caso del consumo industrial y al 13 % en la demanda residencial”, expuso Fundelec.
>>> Más importación
La generación eléctrica, que pasó de 12.472 GWh en 2017 a 11.079 GWh en el último mes del 2018, mostró un derrumbe del 11,1 %. Fue necesario importar un 2.000 % más.
Durante 2018 la generación térmica siguió liderando ampliamente el aporte de producción con un 63,42 % de los requerimientos. Las centrales hidroeléctricas aportaron el 29,13 % de la demanda, las nucleares proveyeron un 4,70 %, y las generadoras de fuentes alternativas ya llegaron un 2,51 % del total.
Del PBI al auto eléctrico, pasando por el biodiésel
Es interesante ver qué creía el gobierno nacional que ocurriría con la economía durante 2018. El informe Escenarios Energéticos 2030, elaborado por el entonces Ministerio de Energía y Minería de la Nación, había previsto un crecimiento del Producto Interno Bruto del 3,5 % para el año pasado.
Y para los cálculos con que se diseña la política energética nacional, hechos para la serie 2019-2030, se ha asumido “la tasa histórica de crecimiento de nuestra economía para los últimos 60 años, del 2,7 %”.
Los planificadores de la Casa Rosada creen que para dentro de algo más de una década, el país tendrá 49,4 millones de personas y unos 17,2 millones de hogares.
Este último dato es clave, porque habrá más consumo de energía con más hogares, aunque la población no crezca en la misma proporción (algo que ya ocurre sobre todo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Las proyecciones incluyeron (con un hipotético 1,5 % del parque vehicular en el 2030), los efectos del auto eléctrico a sumar a los consumos residenciales, que podría demandar un 2,3 % del total para ese año.
El informe estima que, con una moderada incorporación de estos vehículos, recién en 2050 el 50 % de las ventas vehiculares serán para los eléctricos.
Los prejuicios sobre el B100
El informe del Ministerio que conducía Juan José Aranguren, un experto en energías muy vinculado a las petroleras, contiene unos cálculos sobre la evolución futura del biodiésel que muestra los prejuicios del gobierno nacional para con ese combustible verde, para el que Santa Fe reclama una mayor porción.
“En la actualidad, el corte de biodiésel es del 10 % para todo el parque automotor. Como supuesto de trabajo se avanza en un corte B20 para flotas cautivas de transporte pesado, comenzando con transporte urbano de pasajeros y luego se amplía a camiones (recolección de basura) y ómnibus de larga distancia. El resto del parque continúa con un corte B10. Al 2030 el corte efectivo en el total del consumo es de un 15 %”, estima.
Otra vez, la realidad de 2018 desmintió al informe, aunque en este caso con datos mucho más positivos que los referidos a la realidad económica. Una prueba hecha por Santa Fe demostró que la flota del transporte público de pasajeros puede utilizar el llamado B100, es decir, biocombustible al 100 %, sin el diésel derivado del petróleo.
De hecho, la provincia ha planteado al sector pasarse por completo a este combustible más económico y limpio. Y le sigue reclamando al Estado nacional que suba el corte del biodiésel en el diésel que venden todas las estaciones de servicio al 25 %, en lugar del 10 % actual (el límite que no quieren sobrepasar las petroleras).