Es radical de Cambiemos. Impulsó el documento que votó la Convención que luego desató la intervención. Critica a José Corral.
Manuel Fabatía
17:06
El diputado provincial Julián Galdeano es el presidente del Comité Provincial de la UCR. Redactó el documento (recomienda repasar sus extensos considerandos) que aprobó la Convención partidaria santafesina, que ahora interviene la UCR nacional según la información disponible.
Galdeano siempre jugó en Cambiemos y es uno de los apoyos más importantes con que cuenta su par Federico Angelini (PRO), precandidato a gobernador.
—¿Qué significa para el radicalismo santafesino una intervención nacional?
—Lo veníamos viendo. Para analizar: primero la propia dualidad con que convive la UCR en Santa Fe, con sectores que privilegian la participación en dos frentes políticos. Quienes privilegian el alineamiento con lo decidido por el radicalismo a nivel nacional y otros que lo hacen con el socialismo.
No fue sencillo llegar a una síntesis en la Convención. Y es lógico que sea más admisible para los radicales santafesinos que viven esta dualidad que para los que tienen menos conocimientos sobre lo que pasa en Santa Fe, como es el caso de las autoridades nacionales. Quizá, su único o principal objetivo es homogeneizar la participación del radicalismo en Cambiemos.
Nos lo venía advirtiendo Cornejo. Es una intervención por un plazo acotado y por aspectos de la Convención, para que los apoderados inscriban a la UCR en Cambiemos. No es una intervención al partido (en Santa Fe).
—¿Qué efectos tiene?
—Es una cuestión más simbólica que efectiva. Los afiliados radicales van a participar en Cambiemos o en el Frente Progresista. No habrá ninguna disposición jurídica a nivel nacional contra esa posibilidad.
—¿A los radicales frentistas no se los va a expulsar?
—No, para nada. Hay compromiso de las autoridades nacionales, que comprenden esta situación. El único alcance es jurídico y formal.
—¿Está de acuerdo entonces...?
—No. Para nada. El análisis nacional es que ellos no ven con buenos ojos que la UCR no participe de la elección como decidió la Convención, y yo entiendo que en lo que aprobamos habíamos encontrado la síntesis para permitirlo.
No comparto porque también hay que ponerse en el lugar del otro, todos hicimos un esfuerzo para mantener la unidad. Las cosas debieron resolverse con más conversaciones. Las tuvimos, es cierto, el lunes en Mendoza. Después estuvo Corral y luego conversamos con su enviado que actuó como un amigable componedor...
—¿La resolución nacional no desautoriza al Comité Provincial, a su gestión como presidente?
—No, en absoluto. No intervienen el partido. Sigo siendo presidente con las demás autoridades partidarias. Es una vuelta de tuerca más a la resolución de la Convención. Espero que después en la elección nacional de octubre actuemos todos en favor de la UCR y de Cambiemos.
—¿Quién es responsable de la intervención? ¿Corral?
—Ellos habían acompañado el acuerdo inicialmente, y luego cambiaron su postura y fueron más agresivos. Aquel acuerdo es lo que votó la Convención.
Él ha sido uno de los impulsores y seguramente solo no habría podido... tiene una sintonía fina con algunos actores del plano nacional que desde hace tiempo buscan esto.
—¿No tendrá que ver con su apoyo a la candidatura de Federico Angelini (PRO)?
—(Risas)... puede ser. Pero no lo veo así porque no intervienen el Comité Provincial. Voy a seguir acompañando la candidatura de Angelini y que en Cambiemos haya primarias, porque creo que es lo más saludable. Si Corral entiende que de esta manera saca una ventaja, creo que se equivoca. Complica el debate y al radicalismo entero. Puede incluso ser Corral el más perjudicado. Los debates farragosos, embarrados, alejan a la gente de la política.
—¿Habrá secuelas para la “gran elección” de octubre?
—Lo corrijo: para la “Madre de las Batallas”.
—¿Habrá heridos que van a estar todos con la misma voluntad en ese ejército?
—Aspiro a que sí. A que estemos todos, pero sé que lo que iba a ser más sencillo ahora va a ser más complicado de subsanar. No es gratis colocarnos en una situación de enfrentamiento sin sentido. Se pudo resolver con diálogo.