¿Puede Colón, con la mano dura del presidente José Vignatti, cortarle por un tiempo la carrera a uno de los jugadores más admirados por el hincha común del fútbol argentino, más allá del color de la camiseta con la cual simpatizan?; ¿puede el "Pulga" Luis Miguel Rodríguez quedarse varios meses sin tocar la pelotita y trotando alrededor de la cancha?. En un marco de diálogo, coherencia y sentido común, las dos respuestas debieran ser "NO". Lo concreto es que hoy Colón volvió, de la mano del "Barba", a puro doble turno y el nacido en Simoca fue uno de los primeros en llegar esta mañana al increíble complejo deportivo de Jerárquicos Salud. Por la tarde, segunda parte del doble turno en el predio sabalero con Eduardo Domínguez.
Se supone, luego de las bombas mediáticas de un lado y del otro, que entre alguno de los dos turnos de entrenamientos o en el final de la jornada se dará la esperada "cumbre" en las oficinas del presidente José Néstor Vignatti. Las dos posturas parecen hoy inmodificables antes del mano a mano inicial y/o final:
1) El jugador mantiene su idea de no jugar más en Colón, algo que incluso le habría reiterado al entrenador Eduardo Domínguez
2) El presidente endurece su postura de hacer cumplir el contrato que está firmado hasta el mes de junio de este mismo año
En el medio del tironeo aparecerá, sin dudas, el tema económico. Colón exigirá, sí o sí, para liberar al "Pulga" antes de la finalización del vínculo un dinero para firmar la rescisión. El "Pulga", cuyo entorno afirma que a los 36 años ya no tiene poder de reventa, está dispuesto a "resignar" o "dejar en el camino" la deuda que el club mantiene con él (se habla de unos meses de atrasos con lo que se llamaba antes el "contrato privado"). Está claro que, como suele ocurrir en este tipo de circunstancias, Vignatti siempre pedirá más. Mucho más.
Un dato no menor que complica la situación es que el "Pulga" llegará solo a la reunión (se decía que lo podía acompañar su hermano, Walter), ya que es de conocimiento público el corte de diálogo entre el representante del jugador (Roberto San Juan) y el propio presidente José Néstor Vignatti. En los últimos días fueron durísimas las acusaciones que hizo el agente del "Pulga" contra el máximo dirigente sabalero. El mismo Vignatti, consultado por El Litoral por este tema con San Juan, sólo dijo que "yo respeto a todos, incluso a la gente que me falta el respeto".
Lo que muchos temen en el Mundo Colón es que se genere un "efecto-cascada" o estampida con el tema del dólar: todos tienen contratos en pesos, pero el exterior paga muchas veces más. El ejemplo fue el de Emma Olivera, zaguero que tenía contratado anclado hasta junio y se fue a Colombia. Si se suma una salida "pesada" como la del "Pulga" significa abrir la puerta de par en par. Está más que claro que cualquier jugador, ante una oferta del exterior, duplica y hasta triplica sus ingresos. Como también está claro que no se pueden ir todos, ya que el 14 de febrero Colón empieza a jugar mirando el promedio (habría cuatro descensos el año que viene).
Por estas horas, la cumbre Vignatti-Pulga es inminente en el Mundo Colón. Las dos posturas están claras y una vez más la salida salomónica pasará por el dinero. Salvo que ocurra un milagro de esos que se dan una vez cada 100 años.