Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Johannesburgo, Sudáfrica)
Una copa del mundo ofrece este tipo de sorpresas. Por ejemplo, caminar al atardecer del sábado por el Mandela Square y encontrarse con la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet. “Bielsa es guapo y misterioso, como nos gusta a las mujeres”, dijo alguna vez la chilena, cuando era presidenta. Y eso causó un revuelo en Chile, máxime tratándose de un tipo como Bielsa, misterioso, como dice Bachelet, querido hasta la idolatría por el pueblo chileno por su muy buen trabajo en la Selección y esta clasificación que lo pone ante un partido histórico frente a Brasil por octavos de final, en Ellis Park.
—Presidenta, ¿lo vio a Chile?
—Sí, claro que lo vi. Y me gustó mucho el equipo a pesar de la derrota.
—¿Qué opina de Bielsa?
—Ja, ja. No, opinen ustedes que saben de fútbol, yo estoy por otras cuestiones acá, pero está haciendo un gran trabajo, por lo que me dicen.
Un rato antes, Roger Milla, el camerunés que entró en la historia aquel lejano 23 de junio de 1990 (hace 20 años), cuando marcó los dos goles de su Selección ante la de Colombia y los festejó con un bailecito frente al banderín del corner que se hizo histórico, había brindado una conferencia de prensa allí mismo, muy cerquita del monumento a Mandela.
Milla, que cuenta con 58 años y fue figura de Camerún en aquel Mundial con 38, fue muy crítico con Samuel Eto’o. “No hizo nada por el equipo en este Mundial”, dijo el veterano ex goleador, certificando sus distancias con el hombre que viste la camiseta del Inter de Italia.
Además, Milla fue también muy duro contra el técnico de Camerún. “La falta de disciplina, de organización y de preparación son las causas de la mala performance de nuestra Selección”, dijo Milla.
Ayer brindó una conferencia de prensa muy risueña. Es que había un intérprete que traducía en inglés lo que Milla contestaba en francés. Ocurre que Milla hablaba un minuto o más para contestar una pregunta, y el traductor lo hacía en menos de quince segundos, lo que generaba algunos ligeros y risueños reclamos de los presentes.
“¿Argentina? Me gusta, buen equipo y un gran jugador como Messi”, dijo Milla, luego de contestarle a un periodista mexicano que “México tiene mañana (por hoy) una prueba muy dura ante uno de los mejores”.
Santafesinos
Se hizo noche cerrada en Mandela Square, pero en la plaza principal, donde está la estatua, se juntaron jóvenes y no tan jóvenes de todo el mundo y de todos los colores. Ahí se pueden ver las mejores morenas y también -por qué no decirlo- las mejores rubias.
El enviado de El Litoral caminaba por el lugar disfrutando de una noche sin el frío intenso de tantas otras en estos tiempos, en Johannesburgo, cuando se encontró con los Arditti, padre e hijo. Daniel y Aby están en Sudáfrica desde el comienzo del torneo y tienen pasaje de regreso para luego del partido de cuartos de final. “Pero ojalá tengamos que cambiarlo”, dijo Daniel.
Su hijo pudo conseguir el primero de los objetivos: sacarse una foto con Garcé. Es que tiene una bandera -es colonista, obviamente- con el nombre de los dos. Y en una de las salidas libres que tuvieron los jugadores, el Chino se paró a saludar a la gente y lo distinguió de inmediato a él y a la bandera.
“Ahora quiero sacarme la foto con Pozo; así que espero hacerlo en Ciudad del Cabo”, comentó Aby. Mientras tanto, Daniel, su padre, nos tiró toda una primicia que nos pone muy bien a los santafesinos. “Tengo de buena fuente una noticia: parece que Grondona hará fuerza para que Argentina y Brasil jueguen, al menos, un partido cada uno en Santa Fe, el año que viene, en la Copa América. Y tendrán que alojarse en el hotel de Colón, porque a esa altura ya estará terminado”, comentó Arditti, quien desnudó su diario de viaje: “Yo soy un loco de aquellos, me metí por cada barrio que ni te cuento, pero había que conocer y la verdad es que este país tiene unos lugares impresionantes”, señaló.
Un poco más allá, charlando con el Ruso Brailovsky (¿se acuerdan de aquel delantero de Independiente?), estaba el Pelado Dertycia. Un turista de habla hispana se paró frente a él y le preguntó: “¿Vos sos Pierluigi Collina?”, por el árbitro italiano. Y Dertycia se sonrió y le contestó negativamente. La verdad, son muy parecidos. Casi un calco.
Y así se consumió la noche. Con los argentinos gritando por nuestra Selección, con muchos mexicanos dando vueltas y con el mejor material femenino de Johannesburgo dando vueltas por ese lugar. Un anochecer diferente, sin fútbol pero con mucho para contar.