Mariela Goy - Nancy Balza
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La Asignación Universal por Hijo -vigente desde hace más un año- es una de las políticas más fuertes y polémicas del gobierno nacional. A tal punto que un informe reciente del Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) no duda en calificarla como “la iniciativa más importante de la Argentina de los últimos años en el campo de la protección social”. Aunque advierte sobre la necesidad de establecer un mecanismo de actualización del monto y de incorporar a grupos formales excluidos, entre otros problemas a solucionar.
El beneficio económico destinado a los menores de 18 años, hijos de padres desocupados, trabajadores en negro y empleadas domésticas, alcanza en todo el país a 3.684.441 de inscriptos que representan el 9,1 % de la población total. En la provincia de Santa Fe, la prestación llega a 295.710 niños, de los cuales alrededor de 45 mil corresponden a la ciudad de Santa Fe, según los datos de Anses Nacional.
Además del aporte económico de $ 220 por hijo -de los cuales reciben $ 176, y la diferencia al presentar la libreta- los beneficiarios deben cumplir con requisitos obligatorios como enviar a los hijos a la escuela y colocarles las vacunas. Otra exigencia es que los niños de 0 a 6 años y embarazadas deben estar inscriptos en el Plan Nacer.
Si bien a nivel nacional el gobierno ya habla de un crecimiento de la matrícula en las escuelas secundarias del 25 % y de un aumento del 56 % en los controles de salud y vacunación, en Santa Fe recién van apareciendo los primeros datos de referencia en el Plan Nacer o en la mayor demanda de DNI. Quizá falte tiempo para poder medir el impacto real de esta medida, sobre todo en ámbitos como la educación y la salud, donde las políticas públicas tardan en consolidarse.
Más allá de las cifras, El Litoral sondeó una primera apreciación sobre la Asignación Universal por Hijo entre referentes sociales que trabajan en silencio con los sectores vulnerables de la población. Todos sostuvieron que la asignación es una “ayuda” para la subsistencia de miles de familias, pero enseguida afloraron las diferencias entre quienes la consideran una “política revolucionaria y altamente positiva” y quienes critican aspectos relacionados con su alcance y la metodología de subsidio.
El DNI al día
En el Registro Civil, el impacto fue directo e inmediato: apenas anunciado el programa y difundidos sus requisitos -a fines de 2009- se incrementó casi en un 50 por ciento la cantidad de trámites para obtener la partida de nacimiento o el Documento Nacional de Identidad, según el caso. Y esta demanda se hizo bien visible en la propia vereda del edificio de calle San Luis, a partir de extensas colas que prácticamente recorrían toda la manzana, en las que numerosos niños -directos beneficiarios de la asignación- debieron aguardar pacientemente su turno.
“Fueron muchos casos de madres o matrimonios con varios hijos”, recuerda una fuente de la repartición pública que no duda en asegurar que aquella demanda prácticamente los desbordó.
En Salud
En el área de salud pública, el único dato concreto en la provincia es que aumentó la inscripción al Plan Nacer, por ser un requisito para cobrar la Asignación Universal por Hijo. “De 22.000 inscriptos en enero de 2010 se llegó a los 72.000 en noviembre”, consignó la Dra. Nora Redondo, directora provincial de Maternidad e Infancia. Con respecto a la vacunación, no pudieron obtenerse cifras concretas.
Desde su experiencia profesional, María Marcela Codes, médica pediatra del Policlínico Vecinal de Salvador del Carril observa un impacto en los chicos más grandes porque los controles anuales ya eran más frecuentes en los niños y niñas de hasta 3 ó 4 años. “Ahora se ve una mayor concurrencia de chicos de entre 10 y 15 años, pacientes que antes no teníamos, que también están incluidos en la Asignación”.
En cuanto al carné de vacunación, si ocurre que no está completo -condición que es obligatoria para recibir el beneficio- se colocan las dosis faltantes a ese chico y se incentiva a los padres a que les hagan controles sanitarios periódicos. “Es un desafío para los equipos de salud porque la población beneficiaria se acerca solicitando el control, y la intención nuestra es que no sea un control burocrático sino que permita ingresar al sistema si no lo ha hecho y, si está dentro de la población adscripta a cada centro de salud, mejorar la calidad del control”, aportó el coordinador del Nodo Santa Fe del Ministerio de Salud, Darío Montenegro.
Por más educación
La ministra de Educación, Élida Rasino, había señalado al El Litoral que se registró un incremento del 20 % en la matrícula del secundario en 2009, pero lo atribuyó más que nada a la creación de 254 niveles secundarios por parte del gobierno de la provincia para garantizar bancos en el secundario, que ahora es “obligatorio” hasta quinto año. Mientras que, en los niveles inicial y primario, prácticamente no se observaron grandes diferencias de matrícula por el cobro del beneficio.
Desde algunas escuelas santafesinas, corroboraron esa apreciación. “En la escuela secundaria 508 del barrio Liceo Norte, no hemos recibido chicos nuevos por la asignación. Posiblemente, el cobro del beneficio pueda servir para que falten menos a clases y que las familias tomen conciencia de que deben venir a la escuela en vez de quedarse a cuidar al hermanito”, dijo la directora Analía Jersonsky.
Desde la primaria Monseñor Zazpe, del barrio Santa Rosa de Lima, la directora Virginia Zulián aseguró que “no hubo impacto en la matrícula; de hecho fue una sorpresa que sólo el 30 % de nuestros alumnos esté cobrando la Asignación Universal”. Destacó que la política que más ayuda a acercar los chicos a la escuela es la de los “equipos pedagógicos” que trabajan para la retención de alumnos marginales en la educación.
Sandra Bustos opina que la Asignación Universal colabora en un mayor control sobre la asistencia a clases, debido a que necesitan el certificado para el cobro del beneficio. “De todas formas, con o sin Asignación, si faltan más de 3 veces debemos ir hasta la casa a ver qué sucede con ese alumno”, indicó esta directora de la escuela Maximio Victoria, de Altos de Noguera. La docente no nota que los chicos hayan mejorado en su situación material. “Los guardapolvos y útiles se los seguimos dando nosotros, tampoco dejaron de venir al comedor escolar. Personalmente, no creo que la Asignación sea un gran aporte, es apenas un paliativo en la pobreza, no una solución”, deslizó.
Los pros y los contras para Los Sin Techo
Ana Solís es coordinadora del Programa Primero mi Primaria, del Movimiento Los Sin Techo, y consideró que la modalidad tiene aspectos positivos y negativos. Entre estos últimos, apuntó que “no es tan universal porque aquellas personas con menos conocimiento son las que quedan afuera”. Y especificó: “En el barrio, siempre hay gente que ayuda pero hay trámites que se tienen que hacer de forma personalizada y son más fáciles para algunos que para otros”.
En cuanto a la gente que está recibiendo la asignación, evaluó que está “relativamente contenta”, aunque admitió que en algunos casos tuvo que sacrificar una pensión que es de por vida. Pero eso es decisión de cada uno”. Por último destacó que “el hecho de que los beneficiarios tengan como condición que presentar la constancia de que sus hijos van a la escuela y tengan que cumplir con el control sanitario, es positivo”.
Otra referente del Movimiento, Nilda Díaz -coordinadora de Jardines de Infantes- evaluó como “beneficiosa” la asignación, y dijo que es “un derecho que todos tienen que tener y que no es exclusividad de quienes percibimos un salario. Los ha beneficiado a quienes reciben esta suma porque tienen una entrada de dinero con la que pueden contar. Sabemos que con ese dinero no solamente van a responder a las necesidades educativas sino a todo lo que precisa una familia que vive en la marginalidad o no tiene trabajo”. En tal sentido, señaló que “lo ideal sería que todos tengan empleo y la asignación sea cobrada con lo que aporta cada uno”, pero reconoció que “la situación está dada así”.
Punto crítico
En septiembre, las familias carecientes que envían a sus chicos a las escuelas de gestión privada -ubicadas mayormente en la periferia de las ciudades y que no cobran cuotas- dejaron de percibir intempestivamente la Asignación Universal por Hijo. Esta situación desató la desesperación y el enojo de muchos padres, que protagonizaron piquetes y una movilización a Casa de Gobierno. En la provincia, se habría perjudicado a 12 mil chicos. En pocos días, la Nación restableció el beneficio a esas familias pero advirtió que depurará el padrón.