De la Redacción de El Litoral
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Desde una punta a otra del paseo peatonal de la ciudad, todavía se escuchan los comentarios y se ven las consecuencias del último hecho de inseguridad que robó a los comerciantes lo poco que les quedaba de tranquilidad. Los mismos clientes recuerdan el asalto y abuso que sufrió la vendedora de un local hace 15 días y que provocó la reacción de la comunidad santafesina en general y del sector comercial especialmente.
Ante el estado de alerta, los integrantes de la comisión directiva de la Asociación de Amigos de Calle San Martín se encuentran “aguzando la imaginación” para encontrar algún paliativo a la situación. Así lo explicó el titular de la organización Jorge Barenberg ante la consulta de El Litoral y aclaró que hasta el momento se están analizando ideas y hubo charlas informales al respecto pero nada en concreto.
La alternativa que evalúan con mayor firmeza es colocar sirenas en cada esquina de la peatonal para que funcionen a modo de alarma comunitaria. Cada local activaría el dispositivo mediante un “botón de pánico” que sonaría en la cuadra donde está el local que la encendió y no en todo el tramo del paseo. “Sino sería un caos”, aclaró Barenberg. A su vez, también se prendería una luz que estaría en el frente de los comercios que serviría para precisar cuál es el que tiene el inconveniente.
“Se lo planteamos en su momento al ministro de Seguridad de la provincia, Leandro Corti. Lo que buscamos es el bien común, apoyarnos entre nosotros y evaluar alternativas que le podemos facilitar al Estado”, explicó el referente.
A su vez, Barenberg mencionó que también podrían solicitar la modificación de las rondas de los agentes policiales que circulan de a dos por la peatonal “para que sea una verdadera vigilancia y no un paseo”.
Hombres solos, abstenerse
A pesar del apoyo de las cámaras de seguridad para prevenir el delito, en muchos locales, y no sólo del tradicional circuito comercial, hace tiempo que se comenzaron a implementar diferentes medidas de seguridad para salvaguardar la integridad de los vendedores, los clientes y la mercadería.
Según los testimonios de empleadas, particularmente con las que tomó contacto El Litoral, ya no permiten el ingreso de hombres solos a los locales. Además, entre compañeras de trabajo se esperan en la puerta para no abrir e ingresar solas a los comercios o esconden las llaves de los depósitos por temor a ser encerradas por los ladrones. Tampoco atiende una sola vendedora durante la jornada.
En el espacio común, además de la vigilancia que realizan los agentes de la empresa de seguridad privada contratada para tal fin, hay oficiales de la policía que circulan por la peatonal. También hay rejas, alarmas y carteles que advierten la situación: “¿Qué más tiene que pasar para que exijamos que nos protejan como los ciudadanos trabajadores que somos?”, rezan unos carteles colocados en las vidrieras del Paseo Peatonal Sur desde hace 10 días.
Dos hechos más
A media mañana, dos sujetos intentaron asaltar la joyería Worms de la peatonal San Martín. Ambos fueron detenidos por la policía. Al momento de iniciar la jornada, un sujeto ingresó al local Sol Garden de una galería del paseo comercial y se llevó 300 pesos de la caja. En diálogo con LT 10, Gladis Ramello, empleada del comercio, contó que “el tipo estaba muy tranquilo y nos dijo que robaba para darle de comer a los hijos. Tenía alrededor de 40 años”.