El gobernador Antonio Bonfatti insistió en la ajustada situación financiera de la provincia y en la insuficiencia de la reforma tributaria aprobada por el Senado, pero derivó a finales de año y el pago del aguinaldo el riesgo de que la provincia tenga dificultades para cumplir con los salarios de los agentes del Estado.
Relativizando afirmaciones suyas vertidas ayer en Rosario que -a semejanza de lo ocurrido algunas semanas atrás- establecían un panorama alarmista al respecto y ataban la circunstancia al hecho de no contar con la reforma impositiva, el mandatario remarcó no obstante la necesidad de incrementar los recursos.
“Nosotros enviamos a la Legislatura en septiembre del año pasado un proyecto de presupuesto que, naturalmente, no preveía un incremento de la masa salarial de 2.500 millones de pesos para este año. Entonces, a esos 2.500 millones hay que buscarlos. Y hay dos formas de hacerlo: incrementando los recursos propios -que hace muchos años se ven afectados por la pérdida de autonomía fiscal de la provincia- o relegando la obra pública, para utilizar esos recursos en el cumplimiento de las obligaciones salariales y los gastos corrientes que demanda el cumplimiento de los servicios públicos”, explicó.
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Como ejemplo de sus afirmaciones, recordó que “el inmobiliario representaba el 22 % de la recaudación y en este momento es el 7 %. Y mientras Santa Fe, que tiene 13 millones de hectáreas, cobra de inmobiliario rural 160 millones de pesos, una provincia vecina como Entre Ríos tiene 7 millones de hectáreas y 670 millones de pesos de contribución. Entonces, estamos marcando una disimilitud enorme, solamente con nuestros vecinos”.
Recordó que el nivel de gastos “todos los años se va incrementando a partir de la inflación, crecimiento de salarios y los costos de los servicios que tiene que prestar el Estado; en algún momento tenemos que hacernos de mayores ingresos”.
Bonfatti hizo notar que esta estrechez financiera determinó que, si bien se cumple con los compromisos salariales, “no estamos pagando en tiempo y forma. Si ustedes ven el cronograma de pagos que se emite todos los meses, algunos terminan de cobrar el 14 o el 15, lo que en muchos casos es un verdadero problema”.
Aún así, negó que el Estado esté actualmente en riesgo de cesación de pagos. “El problema se va a plantear a fin de año, cuando haya que pagar aguinaldo, y en la medida en que las cosas no mejoren. Por el contrario, al hacerse más lenta la actividad económica, se producen menos bienes y hay menos consumo, y también se recauda menos”.
En ese orden, dejó en claro que la reforma tributaria que votó el Senado “indudablemente no es suficiente, porque preveíamos un incremento de 1.500 millones de pesos, y ellos votaron 800. Y además, pusieron la cláusula de que va a ser a partir de la sanción de la ley, de modo que si esto ocurre en el mejor de los casos en septiembre, vamos a recaudar muy poco y vamos a llegar con poco dinero a fin de año”.