Un centenar de obispos abrirá este domingo con una misa en la basílica de Luján la 104 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, en cuyo temario figuran temas que ‘preocupan‘ a la Iglesia como las implicancias bioéticas de la reforma del Código Civil y el avance de la droga y el ‘narco-negocio‘ en el país.
Pese a las inundaciones en cercanías del santuario dedicado a la patrona argentina y a que el agua llegó a la cripta del templo, los prelados convocaron a la feligresía a participar de la celebración eucarística que presidirá a las 19 el presidente del organismo episcopal, el arzobispo de nuestra ciudad, José María Arancedo.
El oficio religioso, explicaron, se enmarca en las actividades previstas por el Año de la Fe, que comenzó el 11 de octubre convocado por el Papa Benedicto XVI para reforzar las creencias de los católicos y llevar el mensaje del Evangelio a quienes no lo conocen. ‘Hoy más que nunca el mundo nos lleva a que nosotros encontremos razones por las cuales podemos decir: ’Creo’. Una cultura que nos llena de razones para no creer es bueno que nosotros tengamos razones en la cuales acentuar nuestra fe‘, precisó el secretario general del Episcopado, obispo Enrique Eguía Seguí.
Las sesiones del plenario episcopal comenzarán formalmente el lunes 5 de noviembre en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, con un intercambio pastoral sobre la actualidad social y religiosa del país. En este marco deliberativo, los obispos escucharán un informe de la Comisión Nacional de Drogadependencia, que depende de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y cuyo presidente, obispo Jorge Lozano, supo criticar al Estado por no asistir a los adictos y advertir que el crecimiento sin control del ‘narco-negocio‘ y su rentabilidad favorecen el consumo de estupefacientes. (DyN)