Así como el Paraná obsequia un paisaje privilegiado, también puede constituirse en uno de los inconvenientes más severos para los habitantes de La Boca.
Durante muchos años, las inundaciones dejaron completamente aisladas a cientos de familias, impidiendo toda comunicación con el resto de la ciudad. La falta de accesos apropiados, impedía cuestiones cotidianas como ir a trabajar.
Pero finalmente en 2005, se logró solucionar en parte este problema con la ejecución de una obra muy importante para las cerca de 200 familias que habitaban por entonces en La Boca: un puente peatonal, que ponía fin a las complicaciones provocadas por el anegamiento de la única vía de acceso a la zona. El puente es una construcción estrecha y de unos 336 metros de largo. Se encuentra en El Corte, sector llamado así ya que era justamente el que quedaba cortado por el cauce del río.
Por entonces, el ingeniero Osvaldo Cicao, inspector de la obra, remarcaba que la construcción sólo sería de una mano y podría ser utilizada como peatonal o para tránsito liviano. Asimismo, posibilitaría que durante emergencias circularan ambulancias y camionetas, dependiendo de la carga; nunca camiones ya que no resistiría.