Agustina Mai - [email protected]
Se acerca diciembre, el mes de las fiestas, y aumenta el uso de pirotecnia y sus consecuencias: más accidentados (sobre todo niños), con quemaduras y heridas; menos tranquilidad para las personas mayores o internadas; y más mascotas perdidas o atropelladas. Por estas razones, diferentes instituciones plantean su preocupación.
¿Cuál es la mejor solución: prohibir la Venta de pirotecnia o regularla? Este debate se dará próximamente en el Concejo Municipal y en la Legislatura provincial. En el deliberativo local, hay dos proyectos que están siendo analizados: uno para prohibirla y otro para regularla. En la Cámara de Diputados hay entre los asuntos con tratamiento preferencial para el jueves próximo, un proyecto de Silvia De Césaris (Producción y Trabajo), que apunta a prohibirla en todo el ámbito de la provincia.
Actualmente, la ordenanza 8.804 permite la comercialización de artículos pirotécnicos de Venta libre en todo comercio habilitado, y la prohíbe en la vía pública (vendedores ambulantes o puestos fijos).
La edil Fanny Jara (UCR) presentó un proyecto que apunta a un mayor control en los locales que venden pirotecnia según las directivas de Renar (organismo que autoriza y clasifica los artículos pirotécnicos), y la prohibición de los artículos no registrados y los que atenten contra la salud ambiental e individual. El punto fuerte del proyecto es que en base a informes del Renar, la Municipalidad prohibiría los artificios pirotécnicos que -por su excesivo nivel de estruendo sonoro- “puedan afectar la salud, seguridad e integridad tanto de personas, como de bienes y animales”.
“El desafío está en poder regular de la manera más prudencial el uso de la pirotecnia, sin llegar al extremo de la prohibición”, reconoce Jara en los fundamentos. También prevé multas y clausura de locales para quienes contravengan la norma.
Libre de pirotecnia
El otro proyecto, presentado por Ignacio Martínez Kers (PJ), declara la ciudad “libre de pirotecnia”. Para ello prohíbe “la tenencia, fabricación, manipulación, comercialización al público mayorista o minorista y uso particular de todo elemento de pirotecnia o cohetería”. El proyecto exceptúa la “realización de espectáculos de fuegos artificiales visuales”, previa autorización municipal.
Entre los fundamentos, Martínez Kers expresa que la ordenanza tiende a “garantizar la tranquilidad en la salud, la seguridad y el bienestar de las personas, el cuidado de animales domésticos y silvestres -ya que ellos también sufren efectos nocivos-, del ambiente en general por afectar el ecosistema en su conjunto, no solamente desde el punto de vista de la contaminación acústica, sino además por el fuerte impacto ambiental y material sumamente negativo que causan estos conocidos juegos de cohetería; y de los bienes públicos y privados, como ser rotura de vidrios, quema de contenedores plásticos y aun mayores como incendios en propiedades”.
El negocio
El año pasado, la Municipalidad habilitó 85 locales de Venta de pirotecnia. Para los comerciantes, la prohibición sería “un golpe duro”, como lo definió Leonardo Ambroggio, de Cotillón Fiesta. “Nos representa el 50 % del negocio. En vez de buscarle una solución legal, se busca tapar el tema y se fomenta la Venta ilegal”, sostuvo el comerciante.
Algunos consideran positivo regular la Venta de productos demasiado estruendosos. “Estaría bueno porque lo más lindo es lo luminoso. De todas formas, las bombas se venden durante todo el año, sobre todo cuando hay partidos de Colón y de Unión. Es algo cultural. En cambio, los show de luces y fuegos artificiales son más para fin de año, algún evento social o inauguración”, dijo Mauro Cortopassi, del cotillón que lleva su apellido.
Los comerciantes coinciden en que la Venta de pirotecnia se realice en locales habilitados y que se controlen las condiciones de almacenamiento.