Mónica Toledo tiene 44 años y es cardióloga de profesión. Su casa está ubicada en la vereda norte de diagonal Goyena al 3300, en barrio Los Hornos. Allí vive junto a su esposo, que es comerciante y tiene una distribuidora de fiambres y quesos ubicada a pocas cuadras (en la esquina de Saavedra y Derqui). La profesional fue víctima de un violento asalto en su propio hogar, aproximadamente a las 16 de este lunes, cuando había mucha gente en la calle.
“Todavía estoy con miedo -aseguró Mónica esta mañana-. No puedo creer lo que pasó. Ese día llegué a casa en el auto, lo subí a la vereda y accioné el comando para abrir el garaje. Entré el vehículo y cuando estaba cerrando el portón veo, por el espejo retrovisor que se acercaba un policía. Tenía la gorra, anteojos oscuros, chaleco antibalas, cartuchera y una pistola calibre 9 mm. Muchos de mis pacientes son policías y conozco perfectamente un arma reglamentaria”.
La doctora bajó del auto y antes de que el portón se cierre por completo, el “policía” se metió por debajo. En ese momento, se activó un sensor y el mecanismo se detuvo, con una luz de medio metro de alto. “Era una persona que hablaba bien. Me dijo que era un asalto y entonces le di la plata que tenía en la cartera. No era mucho. En ese momento se puso violento, me agarró del pelo y me lastimó la mejilla al golpearme con el caño de la pistola. Sabía que tenía más. ‘Quiero la plata’, me exigía. Entonces le tuve que entregar una suma muy importante de dinero que teníamos guardada en casa, destinada al pago de proveedores del negocio de mi marido”, relató.
“En un momento entró otro sujeto, pero el ‘disfrazado de policía’ no me dejó verlo. Entonces me llevaron al dormitorio y me maniataron con un precinto. Yo escuchaba que ladraba nuestro perro, el dogo, que estaba en el patio y se volvió loco”.
Toledo recordó que suplicaba a los asaltantes que se retiren con rapidez. “Tenía mucho temor de que llegara mi esposo. Él estaba en camino y no sabía lo que podía pasar si regresaba a la casa en ese momento”.
Con el botín en su poder, el dúo de delincuentes salió del domicilio y se retiró de la escena a bordo de un automóvil VW Gol de color blanco que estaba estacionado a pocos metros, según pudieron detallar más tarde algunos vecinos que fueron testigos.