Noemí Camusso hace 30 años que está a cargo del taller de manualidades en el que se capacitan las internas del Pabellón 4 de la Cárcel de Mujeres. Su actividad es totalmente ad honorem y la realiza a partir de recursos propios y de la colaboración desinteresada de algunos comercios de la ciudad. Como reconocimiento a su trabajo cotidiano, el Gobierno de la Provincia la homenajeó este año poniéndole su nombre a la sala que remodelaron y ampliaron para poder dar los talleres.
—¿Cómo comenzó a dar clases de manualidades en la cárcel de mujeres?
— Hace 31 años, Monseñor Vicente Zazpe me invitó a que visite la cárcel de mujeres. Me pareció extraño. “Por qué a mí”, pensé, si yo no tenía nada que ver con el ámbito carcelario. Pero no se equivocó. Tenía mucha visión. Empecé con dos mujeres, la hermana Carmen del Colegio Verna y Mercedes Kolev. Pero a los dos meses, por problemas personales, dejaron y me quedé sola, hasta el día de hoy. Desde un principio fue mucha la apertura de parte de las autoridades de la Unidad 4 de la Cárcel de Mujeres. Gracias a ellos hoy sigo trabajando ahí. Tengo mis cuidados porque se que hay cosas que no puedo entrar, porque para las manualidades hacen falta muchos elementos, pero yo no llevo lo que no se debe y listo.
— ¿Cómo se siente trabajando en un ámbito difícil y cómo se lleva con el personal y con las internas?
— Tengo muchas satisfacciones, a cada paso, de todo el personal. Me quieren y yo los quiero a ellos. Son muchos años y la continuidad y la perseverancia hacen todo. En todos los ámbitos de la vida hay que ser perseverantes, pero en este caso en que no gozan de libertad, la perseverancia es más importante todavía. Con las internas el trabajo es muy satisfactorio. Me respetan, las respeto y así podemos seguir trabajando todas las semanas.
— ¿Alguna meta que quieras alcanzar?
— Mi deseo es seguir visitando la Unidad 4 todos los días. Es mucha la felicidad que me da ir a trabajar y a compartir. Como creo en Dios y sé que todos tenemos un camino, lo único que espero es que el mío sea seguir trabajando con las manualidades en la Cárcel de Mujeres.
—¿Cómo es la rutina de cada día?
— Con actividades desde muy temprano a la mañana hasta finalizar el día. Y todos días... Mi descanso es trabajar. Cuando uno es mayor necesita hacerlo porque ayuda, no solo la actividad física sino también la mental.