El entrenador de Independiente, Omar De Felippe, expresó hoy con mucha "bronca" su malestar por el presente del club al sentenciar, luego del empate frente a Almirante Brown, que todo "es un quilombo" y que deben ponerse "los pantalones largos" porque, de lo contrario, "se va a complicar mucho" la posibilidad de ascender.
"Estoy caliente porque esto no es fácil para nosotros y hoy, sin jugar bien, tuvimos la oportunidad de ganar. Pero esto es un quilombo. Hasta hace un rato no sabíamos si se jugaba. No sabíamos si había que poner las redes en los arcos", comenzó De Felippe en conferencia de prensa.
Así, De Felippe se refirió a la situación que mantuvo en duda la realización del encuentro, debido a que los empleados del club, a través del gremio UTEDyC, exigían el pago de los sueldos atrasados.
El enojo del técnico excedía el resultado y el nivel del equipo, y apuntó claramente a la grave crisis institucional y económica que vive el club. "¿Qué carajo estamos esperando para juntarnos y ver hacia dónde vamos?", sentenció.
"Hay cosas que tienen que resolver los dirigentes, no puedo meterme yo", sostuvo el técnico, quien se mostró enojado como nunca antes desde que llegó al club. Además, contó que habló con el opositor Noray Nakis luego del encuentro y que de la actual dirigencia "no hay nadie en el vestuario".
La próxima fecha, Independiente deberá visitar a Crucero del Norte, equipo que hoy perdió con Ferro pero que, junto al rojo y a Instituto de Córdoba, sueña con el ascenso. Ante esta parada fundamental, De Felippe fue contundente: "hay que ir a Misiones y traer los 3 puntos, otra no queda". (DyN)