Unos cien mil fieles participaron en Rosario del multitudinario Vía Crucis encabezado por el padre Ignacio Periés, quien afirmó en relación a la seguridad pública que "en lugar de agrandar las cárceles hacen falta más escuelas" y encomió la figura del Papa Francisco porque, dijo, "su palabra llega al más pobre".
El sacerdote carismático, que reúne cada año a miles de peregrinos en el Vía Crucis del barrio Rucci de Rosario, también se refirió a los casos de linchamiento que en esta ciudad llegó al homicidio de un joven.
"Cuando no hay seguridad la gente reacciona ante el miedo, ante la impotencia reacciona sin pensar", sostuvo el padre Ignacio en su mensaje ante los miles de fieles que participaron anoche del Vía Crucis.
"Cuando se pone a pensar la gente afloja, se da cuenta de que se equivocó", agregó el sacerdote nacido en Sri Lanka, perteneciente a la Cruzada del Espíritu Santo.
Periés apuntó al "diálogo y al amor" como antídotos contra la violencia en vez de "matarnos unos a otros", y recordó que cuando llegó a Rosario, en 1979 -durante la última dictadura-, la situación "era peor que ahora".
Sobre el Papa Francisco, el popular cura sanador de Rosario, dijo que "es un hombre que no es de escritorio, que trabaja en la calle con los pobres, con los humildes, con los que están en las villa, con los que viajan en colectivo y en tren".
Pidió orar por la salud del sumo pontífice y afirmó que "la realidad de su pensamiento llega hasta el más pobre".
"El Papa está pidiendo muchísimos cambios en la Iglesia, ya ha hecho varios y por eso tenemos que rezar especialmente por su salud, y que Dios lo bendiga para llevar una cruz tan pesada sobre sus hombros", afirmó el sacerdote.
El padre Ignacio dijo esas palabras anoche alrededor de las 23.30 cuando concluyó el Vía Crucis que había comenzado tres horas antes desde la parroquia Natividad del Señor, ubicada en el barrio Rucci de la zona noroeste de Rosario.
Miles de fieles de distintos puntos del país acompañaron al sacerdote carismático por las 14 estaciones que representan la crucifixión de Cristo.
La celebración del Viernes Santo se inició por la tarde con la adoración de la Santa Cruz, un rito que consiste en una misa sin consagración, puesto que se utiliza para la comunión las últimas hostias del día anterior, explicó a Télam un colaborador del padre Ignacio.
Paula, llegada desde la localidad santafesina de San Lorenzo, contó que es la terca vez que asiste al multitudinario Vía Crucis que encabeza el cura local.
"Vengo a pedir por mi familia y agradecer al Señor y al padre Ignacio", dijo la mujer mientras aguardaba para ingresar al templo.
Otra mujer, Bety, señaló que la "llena de paz" participar del rito católico en el que miles de personas peregrinan "en un silencio casi absoluto".
La rosarina Mabel explicó que asiste al Vía Crucis "desde hace once años con asistencia perfecta" y destacó "la comprensión y la calidez humana del padre Ignacio".
El multitudinario Vía Crucis se inició a las 20.30, cuando el sacerdote inició el camino de la primera de las catorce estaciones que representan la crucifixión de Cristo desde una camioneta provista de un potente altoparlante, desde donde dirige la celebración.
Miles de personas comenzaron entonces a acompañar el vehículo en una interminable hilera de varias cuadras, que emitía el murmullo de las oraciones de los feligreses. (Télam).