El Litoral
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Télam
Las autoridades de Turquía denegaron el ingreso a su país de 40 ciudadanos marroquíes que intentaron hacerlo a través del aeropuerto de Estambul con la aparente intención de unirse al Estado Islámico (EI), informó hoy el diario Hürriyet.
Un grupo de 45 personas, que llegó ayer desde Casablanca, llamó la atención de personal de la policía turca que rastrea la presencia de potenciales yihadistas en los aeropuertos, un dispositivo activado el año pasado y especialmente atento ante la reunión del G20 que entre el 15 y 16 de este mes reunirá -en la localidad de Belek- a los jefes de Estado y Gobierno de las 20 economías más potentes del planeta.
Finalmente, la policía permitió el ingreso de 4 personas pero verificó indicios de que el resto del grupo de ciudadanos marroquíes tenía intención de unirse al Estado Islámico y resolvió devolverlos a su país, consignó la agencia EFE.encontró
La mitad del grupo ya fue deportado ayer y la otra mitad regresará hoy a Marruecos junto a un ciudadano sirio que aparentemente cumplía tareas como guía del grupo.
A diferencia de los primeros meses, cuando los potenciales yihadistas solían llevar barba y a veces atuendos árabes tradicionales, ahora tratan de evitar cualquier signo exterior que los estigmatice, añadió el citado diario.
En este caso, uno de los detalles que llamaron la atención de la policía fue comprobar que todos los miembros del grupo llevaban una igual suma de dinero en efectivo.
Turquía es el país de tránsito más habitual para los ciudadanos europeos y magrebíes que intentan sumarse a las filas del Estado Islámico en Siria.
Desde inicios de la guerra siria y gracias a la cooperación con servicios secretos extranjeros, Turquía deportó a unos 1.500 ciudadanos extranjeros, la gran mayoría de ellos europeos, al estar incluidos en una lista -elaborada con datos de inteligencia- que contiene 14.700 potenciales yihadistas.
Además de esa nómina de sospechosos, los equipos especializados de la policía turca interrogaron a otras 3.000 personas, de las que 1.270 fueron deportadas también, señalaron en junio pasado a EFE fuentes del gobierno turco.
Admitieron que "no queda bien" seleccionar e interrogar a un viajero a causa de su procedencia o aspecto, pero que es el único sistema que tienen para detectar a potenciales yihadistas no incluidos en las listas de los servicios secretos europeos.
Además de europeos, magrebíes y ciudadanos de países árabes, también hay unos 800 turcos combatiendo en las filas del EI en Siria e Irak, según estimaciones oficiales de Ankara.
A esto se añaden las redes del EI en Turquía, en gran parte compuestas por ciudadanos locales, que perpetraron varios ataques, entre ellos el doble atentado suicida de Ankara, el 10 de octubre pasado, que con 102 muertos fue el peor y más grave en la historia del país.