La santafesina que viaja por el mundo con una sola bandera: pregonar la paz
Es socióloga y asesora en mediación para la resolución de conflictos internacionales. Desde América Latina hasta África y Medio Oriente, observó muy de cerca las guerras civiles, la discriminación y los extremismos. Aboga por la paz y la justicia mundial. “En tiempos de mucha protesta y quejas sociales, hay que lograr la institucionalización del cambio y de los derechos humanos”, dice.
Guillermo Di Salvatore Soy facilitadora de cambios positivos. Escucho a organizaciones para que puedan crear políticas públicas , dice la santafesina.
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Cecilia Milesi es santafesina, socióloga y trabaja desde hace años como asesora en la resolución de conflictos para organizaciones internacionales, como Naciones Unidas. Ha recorrido el mundo blandiendo el estandarte de la paz y la justicia mundial. Vio de cerca —en América Latina, Europa, Asia y África— las guerras civiles, la segregación racial y los extremismos.
“En tiempos de mucha protesta y quejas sociales, hay que lograr la institucionalización del cambio y de los derechos humanos”, dice sin dudarlo. Su motivación se inspira en su visión de co-creación de un mundo justo en el que todas las personas vivan en dignidad y libertad. Entiende que esta transformación sólo será posible si los países y pueblos juegan un rol central y transformador en la definición de políticas globales y locales, y si las sociedades respetan los derechos humanos y la participación ciudadana. Milesi se autodefine como facilitadora de cambios positivos.
“Me posiciono en escuchar a organizaciones, a grupos de ciudadanos, asociaciones civiles, y gobiernos para que puedan crear políticas públicas. Me veo como facilitadora, no como una experta”, expresa. De visita en Santa Fe y en el marco de una distinción que recibió por parte del Concejo (ver Santafesina Destacada), El Litoral dialogó con la santafesina sobre su visión de la realidad social contemporánea en un mundo lleno de contradicciones, las redes sociales como “instrumento de manipulación de las democracias” —considera— y el lugar de la mujer en el mundo del trabajo, entre otros temas.
La pandemia de la violencia
—¿Cómo observa la violencia y la guerra en lo que va del siglo XXI?
—Cuando estaba en las Naciones Unidas intentábamos pensar en la guerra y en la violencia de una forma no tan tradicional, como era el belicismo clásico. Flagelos como la delincuencia, el narcotráfico, los grupos armados o la trata de personas acumulan más víctimas que una guerra civil en algún país de África, por ejemplo. Creo además que el sistema político es violento, porque genera discriminación y exclusión que oprimen, y no hay que olvidar que ésa es la guerra diaria que vivimos y que no depende de la ONU, sino de cada uno de nosotros.
Por otro lado, en la violencia actual también aparece la forma clásica de pensar la guerra: conflictos como los que se viven en algunos lugares de Medio Oriente y África han quedado olvidados por las comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no demuestra ningún liderazgo para poner fin a estos conflictos. Volvimos a una situación como en la Guerra Fría, donde diferentes facciones son financiadas por Estados Unidos, Inglaterra y Rusia.
Y en cuanto al terrorismo, ya no hablamos del clásico terrorismo de kamikazes, sino también del extremismo blanco. Líderes como (el presidente de EE.UU.) Donald Trump, le dan la vía libre a esa reacción. No hay líderes que pregonen lo opuesto, exceptuando al Papa Francisco.
—¿Cómo definiría la sociedad global actual, frente a los permanentes cambios políticos, sociales y culturales que se están produciendo?
—La sociedad de hoy es hipercompleja: como socióloga nunca la podría reducir a un solo aspecto. El análisis tiene que ser desde una perspectiva multidimensional e integral. Es clave la educación: la escuela secundaria tiene un rol importante y la familia tiene un rol aun más fundamental. Pero niñas y niños crecen hoy en contextos cotidianos en donde naturalizan ciertas cosas que no están bien: en esto, el ejemplo que debieran dar los padres es algo central.
Además, en este contexto, también el rol de los medios y de las nuevas tecnologías son importantes. Hoy, democracias enteras están siendo derrumbadas por el poder de manipulación que tienen las redes sociales. El abuso ya no sólo pasa en el hogar y de forma oculta, empieza a ocurrir en los comentarios de las redes. Muchísimas personas sufren abuso a través de las redes sociales. Deberíamos empezar a pensar qué políticas se podrían implementar. Hay mucha gente que maltrata (en las redes) al que opina sin estar en el país. Es decir, como no estás en tu país, no podés opinar.
Hombres, control, disciplinamiento
—¿Cómo ve a la mujer en posiciones de liderazgo?
—Desde mi experiencia laboral y siendo mujer, pude experimentar lo que es llegar hasta un lugar y no poder crecer más de eso. Los lugares de poder parecen reservados a hombres. Hay técnicas de disciplinamiento, control y abuso para que una mujer no pueda alcanzar puestos en donde se toman decisiones. Pensé que tenía que buscar la forma de trabajar de manera independiente para no estancar mi conocimiento, ahí fue que creé mi propia organización (ver Su propia fundación).
Es verdad que muchas veces hay ruido, hay movilización, hay protesta, hay queja... Pero el tema central es llegar a la institucionalización del cambio y de los derechos. Por ejemplo, con las leyes del aborto: considero que es buenísima la movilización que se está haciendo; pero sin embargo sigue habiendo una resistencia impresionante.
Muchas veces ésa es la dinámica del conflicto: cuando uno presiona en una protesta recurrente genera rechazo, que es lo que está sucediendo ahora en Brasil: hay movimientos evangelistas organizados que entienden que le quieren quitar poder y se organizan para resistir (contra la lucha del movimiento feminista). Por eso, la lucha todavía es larga.
Como líder mujer, me hago muchas preguntas respecto de la construcción de una familia. Hace poco tomé la decisión de congelar óvulos, motivada por este tipo de cuestionamientos que me hago. Por ejemplo, con qué hombre podés estar que se banque el liderazgo de una mujer, y qué familia armás. Veo que no hay mucha preparación mental de los hombres. Ahora que trabajo en forma más independiente, siempre que puedo armo proyectos cuando estoy acá. Estoy pensando en cómo hacer que mujeres puedan intercambiar sus conocimientos con Asia y África y que no se queden únicamente “comerciando” acá. Hay modelos organizativos femeninos que serían fundamentales para compartir con mujeres de otros países.
Gentileza La socióloga junto al Papa Francisco, a quien respeta como líder mundial.
La socióloga junto al Papa Francisco, a quien respeta como líder mundial.Foto: Gentileza
Su propia fundación
—¿Qué es “Cecilia Milesi Global Change”?
—Es una organización que yo creé, desde la cual ofrezco servicios de asesoría y facilitación a diferentes organizaciones sociales. Una de las últimas organizaciones que requirieron de mi asesoría fue Naciones Unidas, me contrataron durante un año como Senior Advisor en Políticas de Cooperación Sur-Sur en paz y desarrollo y estuve trabajando en un programa global de intercambio de experiencias entre África, Asia y América Latina.
Por otra parte, hace diez días estuve en Kenya trabajando con otra organización llamada Voluntary Services Overseas, que me contrató para hacer un manual de formación de jóvenes y posteriormente hacer la formación a esos jóvenes que vienen de diferentes países. Entonces, yo me adapto a lo que la organización necesite.
Más atrás en el tiempo, hace cinco años, uno de los primeros proyectos que hice fue invitar a gente de Egipto y de Sri Lanka a que pudieran venir a aprender sobre los procesos de Memoria, Verdad y Justicia (realizados en la Argentina tras la última dictadura). Los juicios a los genocidas son ejemplares en todo el mundo y me pareció valiosa la posibilidad de que personas de otros países pudieran aprender sobre esa experiencia. Todo el tiempo estoy pensando en cómo conectar a organizaciones para algún proyecto. A veces sale y a veces no, porque depende de los fondos con los que se dispongan.
Perfil
Cecilia Milesi nació en el 29 de agosto de 1974. Cursó sus estudios primeros y secundarios en las escuelas Beleno y Alte. Brown, respectivamente. Inició sus estudios universitarios y se graduó en la carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 2008 comenzó un Máster en Violencia, Conflicto y Desarrollo en Londres, iniciando su periplo internacional que se extiende hasta el día de hoy.
Al finalizar el posgrado, continuó en la ciudad inglesa trabajando en diferentes organizaciones internacionales hasta 2014, cuando decidió iniciar su camino de manera independiente. Desde entonces, la labor de su organización ha sido requerida por diferentes instituciones internacionales. En abril de 2019, Milesi fue seleccionada “Asian Global Fellow”, siendo una de los 15 líderes mundiales invitadas por el Asian Global Institute y la Universidad de Hong Kong para establecer vínculos con Asia (especialmente China e India).
Santafesina Destacada
La socióloga santafesina fue distinguida días atrás por el Concejo local como “Santafesina Destacada”. Ese reconocimiento llegó por su aporte internacional para resolver conflictos por la paz. La iniciativa fue impulsada por la concejala Marcela Aeberhard (Bloque PJ - Santa Fe) y acompañada por todos su pares.