Director del área de Economía de Fundar, Guido Zack participó este viernes de la jornada "Repensando las instituciones económicas de Argentina en clave federal" en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, donde disertó sobre "Ley de Coordinación y Coparticipación Tributaria". También fueron parte de la jornada la Diputada Nacional Mónica Fein y el Dr. Ignacio Trucco, director del área Económico-Productiva del Observatorio DEMOS e integrante del CEMUPRO.
-El dato de inflación de mayo fue muy bueno, ponderado además en el contexto de haber relajado las regulaciones, aunque no se salió completamente del cepo. El problema que tiene es que estamos muy caros en dólares. Una cosa tiene mucho que ver con la otra. Mientras se pueda sostener este tipo de cambio, la inflación va a seguir a la baja, pero mientras sea más barato ir a Florianópolis que a Mar del Plata tenemos un problema, porque sabemos que si estamos tan caros en dólares nos cuesta conseguirlos por la vía más sana que es el saldo comercial. Esto también afecta a la producción argentina porque en general es más cara que en el resto del mundo.
-Para una fabrica comprar los insumos en Argentina le cuesta el doble que comprarlos en Brasil, por ejemplo.
-Ese es el segundo punto. Un primer punto va respecto a la sostenibilidad de esto. En algún momento va a haber que hacer alguna corrección del tipo de cambio y que sea más acorde a la productividad argentina. Eso no implica que las ganancias en términos de inflación se vayan a revertir completamente. No vamos a volver al 10% de inflación mensual, pero sí es cierto que en algún momento este proceso de reducción de la inflación va a tener un sacudón, mayor o menor. Y ahí el desafío principal es cómo tener un tipo de cambio acorde a la productividad argentina y retomar el sendero a la baja en inflación.
-Da la impresión de que el gobierno cree que bajando la inflación va a solucionar todos los problemas ¿Pensás igual?
-Obviamente bajar la inflación es una condición necesaria, pero no suficiente. Como criterio general, todo lo que se pueda producir en la Argentina, produzcámoslo en la Argentina. Y con este tipo de cambio hay sectores que no son capaces de competir, porque en algún punto el gobierno lo que hizo fue revertir los términos de la ecuación. Muchas veces Caputo, Milei u otros funcionarios dicen que estábamos acostumbrados a una Argentina muy barata en dólares y que otros países como Uruguay y Chile también son caros en dólares, aunque no tanto como la Argentina actual, que se encarecieron como resultado y no como inicio del proceso. Hoy el gobierno admite tener un tipo de cambio bajo, pero que van a bajar impuestos y a desburocratizar al Estado. En otros países lo que hicieron fue tener un sistema tributario menos distorsivo, más progresivo, que implicó una ganancia de productividad y generó una desburocratización del Estado que terminó bajando el tipo de cambio. Además, hay otros dos aspectos más que son sumamente relevantes: el costo logístico de Argentina que el retiro del gobierno de las obras de infraestructura lo va a encarecer más; y el costo de financiamiento, mucho más elevado que nuestros socios de América Latina, y ni que hablar de países desarrollados.
-Todas las semanas estamos viendo que el gobierno sale a tomar deuda. ¿Hasta cuándo puede seguir endeudándose?
-A esta tasa no mucho más. La gran apuesta del gobierno es que un buen resultado electoral baje el riesgo país a un nivel de tasa que haría el endeudamiento más sostenible. Eso no está garantizado. El Estado argentino tiene mala reputación, independientemente del gobierno de turno. Lo que mira un inversor internacional a la hora de decidir si apuesta por la Argentina es, por ejemplo, el equilibrio presupuestario, se siente más tranquilo con un gobierno de este corte ideológico. Pero también le preocupa que no acumule reservas o que para hacerlo se tenga que endeudar, que es en algún punto lo mismo. El desafío del gobierno es llegar sin ningún estrés cambiario a las elecciones, porque le va a permitir que la inflación siga a la baja y tener un buen resultado electoral. Y si eso se consigue, ¿cómo hacer para acumular reservas después de las elecciones? En algún punto la baja del riesgo país va a tener un límite que se lo va a marcar el nivel de reservas internacionales. Y para eso es probable que tenga que establecer un tipo de cambio que sea más acorde a la productividad argentina.
-Una de las últimas medidas del gobierno nacional es el Plan de Reparación del Ahorrista con el objetivo que la gente saque los dólares que tiene en el colchón. ¿Le puede funcionar al gobierno para hacerse de dólares?
-Empezaron atrasando mucho el tipo de cambio y hay una promesa que todavía no ha sido cumplida de hacer las reformas que bajen el costo tributario y de la burocracia. Eso implica que hoy una empresa tiene altos costos de financiamiento, logístico, burocrático, tributario y un tipo de cambio muy bajo que para sostenerlo el gobierno tuvo que tender puentes. Primero postergó importaciones en el primer semestre del año pasado, después tuvo el blanqueo, después tuvo el crédito del FMI y ahora quiere acudir a los dólares del colchón, que es un dólar que no se quiere gastar, es el famoso canuto, no es para ir al supermercado. Básicamente se elevaron los umbrales de información de la agencia tributaria, se creó un sistema de impuesto a las ganancias que a mí me parece preocupante y se anunció que los delitos tributarios prescribían a los 3 años en lugar de a los 5, pero no aparece la palabra dólar en ningún momento. Es probable que no haya habido un estímulo mayor al dólar porque el GAFI puso límites y entonces parte del anuncio es posible que haya quedado medio trunco. Yo no veo que con estas medidas se estimule demasiado el uso del dólar.
-Uno de los temas que planteaste en tus charlas fue en la necesidad de una reforma tributaria. El gobierno insiste mucho con el tema impositivo, de bajar los impuestos, pero hasta ahora lo más importante o enfático que planteó es el tema del IVA provincial o super IVA. ¿Cuál es tu opinión sobre esta idea?
-El sistema tributario argentino es distorsivo, que afecta la actividad económica, y no es progresivo, no logra distribuir mucho la riqueza o los ingresos. Uno no solo paga impuestos relativamente elevados, sino que el cumplimiento muchas veces es caro, tiene no solo pagar el impuesto a las Ganancias, sino también al contador que le haga la declaración jurada. Eso termina generando un sistema tributario que atenta contra la competitividad y fomenta la informalidad. La agencia tributaria le cobra impuestos a los formales que son menos, y por lo tanto los tiene que presionar más. Y el sector privado se defiende diciendo que, si tiene que pagar tantos impuestos, quiebra, y pasa a la informalidad. Cada vez el zoológico es más chico y la presión sobre el zoológico es cada vez más grande. Hay que romper ese círculo vicioso y para eso es necesaria una reforma tributaria, nosotros en Fundar tenemos nuestra propuesta de reforma tributaria y pronto vamos a publicar nuestra propuesta de coordinación tributaria federal.
-¿Ha propuesto el gobierno una reforma tributaria?
-El gobierno viene prometiendo desde la ley Bases de enero del año pasado una reforma tributaria, cosa que no sucedió y difícilmente se muestre antes de las elecciones. Es necesaria una reforma tributaria. Por ejemplo, me preocupa que este régimen de Ganancias del Plan de Reparación Histórica del ahorro le permita al contribuyente declarar solo los ingresos. Celebro que ARCA se haya comprometido a hacerle al contribuyente una declaración que tiene que ratificar o rectificar porque van en post de la simplificación y de abaratar el cumplimiento. Pero el hecho de que el contribuyente no tenga que declarar gastos ni patrimonio es grave porque en los sistemas tributarios, unos impuestos están relacionados con los otros. Nosotros tenemos un IVA que tiene sus imperfecciones, pero es un impuesto ordenador. Como uno tiene que declarar sus ingresos y tiene que descontar sus gastos lo que queda es la ganancia, entonces si cobramos bien IVA, podemos cobrar bien Ganancias que ya si es un impuesto menos distorsivo y más progresivo; y si cobramos bien Ganancias, podemos cobrar bien impuestos al patrimonio, que también es menos distorsivo y progresivo. Si rompemos la doble fiscalización que tiene la agencia tributaria para cobrar bien IVA, no hay manera de fiscalizar correctamente. Y si no hay manera de fiscalizar correctamente, todo el discurso del gobierno de que estos cambios son para fomentar la formalidad, va a pasar todo lo contrario.
-¿Respecto del Súper IVA?
-Nuestro diagnóstico en Fundar es que Argentina tiene muchos impuestos indirectos y muy pocos directos comparado con países de ingreso similar en América Latina y aún más cuando lo comparamos con países desarrollados. El IVA no nos parece un impuesto no deseable, como las retenciones y el impuesto al cheque porque atenta contra la formalidad. Y también Ingresos Brutos, que es un mal impuesto porque tiene efecto cascada, se paga por los ingresos y no por el valor agregado o por los beneficios. Y que a pesar del trabajo que hace la Comisión Arbitral en términos de armonización para que todas las provincias cobren más o menos lo mismo y tengan similares regímenes de retención y percepción, todavía no está bien coordinado. El super IVA busca eliminar ingresos brutos, pero tiene un problema básico que es que el IVA nacional va a ser 9% y que después cada provincia va a aplicar la alícuota que quiera. Y que de esa manera las provincias van a competir y la presión tributaria va a bajar.
-Hiciste mucho hincapié en tos exposiciones en las consecuencias de la competencia entre provincia y la necesidad de armonizar.
-Las provincias hoy ya podrían competir con ingresos brutos y no lo hacen.¿ Por qué lo harían con el IVA? El IVA es un impuesto coparticipable y si deja de serlo y cada provincia implementa su alícuota, las relativamente más desarrolladas van a tener la capacidad de aplicar alícuotas más bajas que las menos desarrolladas. Ninguna empresa va a tener incentivos a ir a las provincias relativamente más pobres. Y van a tener siempre el incentivo de ir a las provincias relativamente más ricas. O las que tengan regalías.
-Profundiza la desigualdad.
- Profundiza la desigualdad territorial, que además en Argentina es muy elevada. El IVA es más de la mitad de la masa coparticipable, con lo cual, si hoy tenemos un problema grave con una ley de 1988, con coeficientes fijos, que no tienen en cuenta siquiera el crecimiento poblacional de provincias como Tierra del Fuego que más se duplicaron su población versus jurisdicciones como Capital que mantuvo constante su población, en lugar de solucionar el problema lo que hacemos es sacarle la mitad de los recursos a la coparticipación actual y crear una coparticipación dos, con lo cual en lugar de resolver el problema lo duplicamos. Mucho más sencillo que todo esto que es nuestra propuesta desde Fundar es eximir a las actividades primarias y secundarias de ingresos brutos como tiene Santa Fe, que reduce fuertemente el efecto cascada, y en segundo lugar crear una nueva institucionalidad de coordinación tributaria federal que permita, por ejemplo, establecer una cuenta única tributaria para que quienes tengan un saldo a favor en Misiones y otro a pagar en Santa Fe, puedo aplicarlo.
-En Fundar tienen una propuesta de reforma tributaria, hubo muchas propuestas en los últimos años, hay una exigencia constitucional de modificar la ley de coparticipación del año 94. ¿Por qué no se puede hacer?
Son varios motivos. El primero es que la Constitución del 94 nos dejó varias cuestiones muy difíciles de resolver porque exige unanimidad para la sanción de una nueva ley, aunque algunos constitucionalistas piensan que no es así. Pero en algún punto, adherir o no a un régimen de coparticipación es voluntario para las provincias, justamente porque tienen potestad constitucional sobre impuestos directos e indirectos, sacando comercio exterior. Imaginemos que una provincia no adhiere a la nueva ley de coparticipación y por lo tanto cobra su propio IVA, su propio impuesto a las Ganancias, su propio impuesto a los Bienes Personales. Si hoy ya tenemos un sistema tributario complejo, imagínense multiplicar esa complejidad por 24. Y después nos dejó otra complicación adicional que es que los recursos del suelo son de las provincias. Eso, si uno lee la literatura, la recomendación es que los recursos del suelo sean nacionales, porque justamente es una lotería que Vaca Muerta está en Neuquén y no en La Rioja. Y además tiene la complejidad de que hoy a Neuquén le correspondería menos coparticipación, pero nunca lo va a aceptar. En ese contexto alguien tiene que ceder y es Nación. A lo mejor con alguna negociación de delegación de gastos como por ejemplo los de infraestructura. Es complejo, sin embargo, hay mucho espacio para avanzar en una mejora de la coordinación tributaria federal que no implica modificar la ley de coparticipación, como en la armonización de impuestos, que todas las provincias cobren más o menos impuestos similares y estos temas de los regímenes de retención que hablábamos antes.
-Te agrego como un factor mas en esta discusión que es la falta de liderazgos. Sin lideres políticos que conduzcan es difícil avanzar. Los grandes cambios de la década del 90, para bien o para mal, lo hicieron líderes políticos fuertes, Menem y Cavallo, por ejemplo,
-La pregunta apunta a un liderazgo coercitivo, pero también puede ser colaborativo. Argentina hasta entrada la década del 70 tenía una coordinación federal no coercitiva y partir de mediados de la década del 70, dictadura mediante que continuó en democracia, fue coercitiva y estamos muy acostumbrados a eso. Somos un país federal, Nación puede hacerle daño a las provincias y estas a la Nación y como país nos perjudicamos Te pongo un ejemplo sencillo, si Nación sube retenciones recauda mas el impuesto que no se coparticipa y afecta los recursos de la provincia porque baja base imponible de Ganancias, IVA e Ingresos Brutos. Si las provincias elevan las alícuotas de Ingresos Brutos, afectan la base imponible de Ganancias e Iva que son coparticipables y que parte se lleva Nación. La verdad es que con esta coordinación coercitiva nos ha ido peor que con una coordinación solidaria. Lo que está detrás de toda esta discusión es si queremos que la población argentina tenga las mismas posibilidades independientemente de donde nazca. Que una persona que nace en Chaco tenga las mismas posibilidades que las que nacen en Capital o Neuquén. Incluso que una persona que se enferma en Chaco pueda atenderse en su provincia y no tenga trasladarse a Buenos Aires. Y no solo por una cuestión distributiva y solidaria sino también de eficiencia porque tanto quien se enferma como quien lo acompaña tiene que abandonar su trabajo y su casa y trasladarse y eso es perdida de eficacia.
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