Doce armas cortas y largas, cientos de municiones, dos esposas y una picana eléctrica se secuestraron en la casa del cirujano plástico Alberto Ferriols, exmarido de la fallecida actriz Beatriz Salomón, que fue detenido el jueves en el marco de una causa por amenazas y hostigamiento hacia Bettina, su hija de 18 años. Todo sin el permiso correspondiente.
Tras dos allanamientos simultáneos en su casa, del barrio porteño de Villa Luro, y en su consultorio de Recoleta, se le secuestraron además de las armas, cuchillos tácticos y de caza, una pica de tres puntas y hasta un nunchaku.
La detención se realizó a pedido del fiscal Claudio Silvestri, de la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°23 porteña, que lo acusó, en principio, de los delitos de “amenazas agravadas por el uso de armas y violación de domicilio en contexto de violencia de género”.
Además, el fiscal le imputó la tenencia de armas de guerra, ya que, si bien el cirujano tenía la posesión legal de algunas de estas pistolas y revólveres, los permisos estaban vencidos.
Fuentes policiales y judiciales informaron que los procedimientos fueron realizados en un consultorio médico de la calle Paraguay al 1900, en Recoleta, y en el domicilio particular del imputado, en la calle Saráchaga al 5200, de Villa Luro.
En la vivienda, personal de la División Contravenciones y Faltas Contra el Orden Público de la Policía de la Ciudad y del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público secuestró seis pistolas, tres revólveres, una escopeta semiautomática, un pistolón y un revólver de aire comprimido, además de 65 cartuchos de bala calibre .22 (seis de ellos con punta hueca).
Los efectivos también hallaron 36 cartuchos de escopeta calibre 12/70, seis cartuchos de bala calibre 58x7; 141 cartuchos de bala calibre .40 S&W; 49 cartuchos de bala calibre 357 Magnum (5 de ellos con punta hueca); una picana eléctrica, dos esposas, dos cargadores extendidos y una culata de Glock, un cargador rápido calibre 357, dos apuntadores láser, cinco cuchillos tácticos y cuatro navajas.
Las fuentes añadieron que todo el armamento no tenía la debida autorización legal de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC).
El caso surgió a raíz de la denuncia de la hija de Ferriols, quien refirió que en abril último, su padre irrumpió en más de una oportunidad en su domicilio y ejerció contra ella actos de violencia.