Recientemente y por primera vez en nuestra ciudad, se aplicó una nueva técnica mínimamente invasiva para el tratamiento de los fibromas uterinos, que son tumores benignos que expanden el útero y provocan trastornos a las mujeres.
El procedimiento se realizó en el Sanatorio Santa Fe en una paciente de 40 años del Hospital Iturraspe, que tenía tres fibromas. Estuvo a cargo de los Dres. Raúl Musacchio, jefe del Servicio de Ginecología de ese hospital; Alejandro Musacchio, jefe del Departamento de Neuroradiología Intervencionista de Angiografía Digital, del sanatorio; y Mariano Musacchio, radiólogo intervencionista, asistente del Hospital Civil de Colmar, Francia.
Raúl Musacchio explicó que "es la primera vez que se hace en Santa Fe y con resultados exitosos, motivo por el cual estuvo presente el Dr. Ángel Ferrario, del Instituto Médico Eneri, de Buenos Aires, con experiencia en el procedimiento".
La técnica es utilizada desde 1993, cuando un médico norteamericano hizo el primer intento para obstruir las arterias uterinas (denominado proceso de embolización) con unas partículas muy pequeñas para que los fibromas pierdan su vitalidad debido a que no les llega sangre.
El profesional explicó que a la paciente sólo se le hace una punción en la arteria femoral, a la altura de la ingle, para llegar a las arterias uterinas que irrigan el útero. Posteriormente, la evolución es muy buena y provoca muy pocos efectos colaterales.
En otro orden, el ginecólogo comentó que la falta de llegada de alimentación a través de la sangre produce que el fibroma se atrofie, desaparezca o se absorba. Los resultados son exitosos y en el 80% de los casos se reduce el tamaño del útero, y en el 70 ú 80% el del fibroma y desaparecen los síntomas.
Respecto de estos últimos, Musacchio explicó que la presencia de un fibroma en una mujer puede dar molestias urinarias si es muy grande y comprime la vejiga; constipación si toca el recto; dolores menstruales, hemorragias o alteraciones del ciclo menstrual.
No obstante, aclaró que "hay muchas pacientes que son asintomáticas. Los fibromas aparecen en mujeres jóvenes, que no tienen hijos o si los tienen, quieren tener otros. Con este tratamiento mejorarían ayudándoles a no invadir el útero para que después no aparezcan adherencias o se tapen las trompas".
Por último, Musacchio informó que es muy frecuente la aparición de fibromas en mujeres de todas las edades, generalmente a partir de los 30 años o más. Advirtió que el médico debe ir controlándolos, tratando de evitar llegar a una cirugía.
Recordó que, generalmente, se saca el útero de la paciente cuando los fibromas producen hemorragias, dolores o porque es muy grande. Sin embargo, explicó que una segunda alternativa menos invasiva es sacar los fibromas solos pero si son muchos, muy pequeños o están muy adentro son difíciles de extraer.
En tanto, agregó que la tercera alternativa era la laparoscopía, que era la menos invasiva de todas: se hacía un ojal en el ombligo para introducir un catéter y se sacaban los fibromas cortados. Pero -insistió- actualmente se cuenta con esta nueva técnica.