Japón advierte nuevamente que dará una enérgica respuesta
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EFE-AFP-Télam/SNI
"Espero que Corea del Norte no haga eso, pero si no nos escuchan, si disparan un misil, Japón deberá proceder a una severa acción en acuerdo con Estados Unidos", dijo el primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, en una rueda de prensa, sin dar más precisiones.
Koizumi se limitó a señalar que había "recibido informaciones según las cuales Corea del Norte lleva a cabo preparativos para efectuar un disparo de misil".
"En cooperación con Estados Unidos y Corea del Sur, Japón exhortó a Corea del Norte por diversos canales a no lanzar un misil", agregó el primer ministro.
Las autoridades japonesas ya lanzaron varias advertencias públicas a Corea del Norte en los últimos días, y recordó que el régimen de Pyongyang deberá responder por esa acción ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
La crisis del misil norcoreano, que, según los servicios secretos nipones, surcoreanos y estadounidenses, espera listo para ser lanzado en un silo del nordeste de ese país, se cobró hoy nuevas tensiones y amenazas en la región, donde incluso las bolsas reflejaron este clima de guerra fría, con caídas en Tokio y Seúl.
Como la víspera, de nuevo corrieron los rumores sobre un inminente lanzamiento del misil, un Taepodong-2 de tres fases, basado en la tecnología de los Scud soviéticos y los Nodong norcoreanos, con un radio de entre 3.500 y 6.700 kilómetros, que podrían permitirle alcanzar Alaska, según algunas versiones.
"Ésta es una situación muy peligrosa", dijo el embajador norteamericano en Tokio, Thomas Schieffer.
Japón, el país que aparecería como primer objetivo de un hipotético ataque norcoreano con misiles similares, reflejó preocupación y esta vez fue el mismísimo primer ministro del país, Junichiro Koizumi, quien salió a la palestra para advertir a Pyongyang de las consecuencias de tan peligroso paso.
Tokio está tratando de convencer a Pyongyang para que abandone esos preparativos, que comenzaron a principios de mes en una plataforma de lanzamiento situada en la localidad de Masudan-ri, en la provincia de Hamgyong Septentrional.
Japón, respaldado por EE.UU., ya ha precisado que presentará el caso ante el Consejo de Seguridad de la ONU e invocará la imposición de sanciones económicas si Corea del Norte lanza el misil.
Ayer el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, afirmó que su país reaccionará también con firmeza ante Pyongyang.
"No queremos que ocurra una prueba de misiles fuera de Corea del Norte", dijo Snow en una comparecencia televisada.
El portavoz recordó que Corea del Norte decidió firmar en 1999 por voluntad propia una moratoria en las pruebas de misiles balísticos.
Un año antes había provocado la alerta roja en Japón con el lanzamiento de un Taepodong-1, de medio alcance, que sobrevoló territorio nipón antes de impactar en el mar.
"Esperamos que mantengan esta moratoria", agregó Snow, quien subrayó que Washington también confía en que Pyongyang cumpla la promesa de regresar a la mesa de negociaciones con EE.UU., Japón, China, Rusia y Corea del Sur sobre su programa de armas nucleares.
Estas conversaciones están boicoteadas por Corea del Norte desde noviembre pasado, cuando se celebró en Pekín su quinta y última ronda.
Expertos citados por la prensa surcoreana indicaron que la amenaza del misil intercontinental es una arriesgada apuesta de Corea del Norte de cara a esas negociaciones.
Recordaron que el 1° de junio un portavoz norcoreano dijo que "si EE.UU. mantiene su política hostil y sus presiones, Corea del Norte no tendrá otra opción que llevar a cabo la medida más fuerte para defender su soberanía y derecho a la supervivencia".
Ayer, Pyongyang mostró su disposición a potenciar sus medios defensivos para afrontar cualquier agresión externa.
"El ejército y el pueblo norcoreanos harán todo lo que esté en sus manos para incrementar su potencial de disuasión militar, con una extrema vigilancia que les permita adelantarse a los pasos de EE.UU., empeñado en hacer en provocaciones de guerra contra Corea del Norte", dijo Choe Tae-bok, secretario del Comité Central del Partido de los Trabajadores norcoreano.
Añadió que, "en caso de que los enemigos prendan la mecha de la guerra, el ejército y el pueblo norcoreanos aniquilarán sin piedad a los agresores y darán vía libre a la profundamente arraigada ira de esta nación".
Según indicaron hoy medios de prensa surcoreanos y japoneses, el mando militar norcoreano no llevó a cabo ayer la prueba de su misil Taepodong-2 solamente por razones meteorológicas, por lo que ese lanzamiento podría producirse en las próximas horas o días.
Estas informaciones, que citaron fuentes de inteligencia de sus respectivos países, indicaron que las últimas fotografías tomadas por satélites espías de EE.UU. muestran que se ha completado la inyección de combustible en el misil y por lo tanto el arma estaría lista para ser lanzada.
Corea del Norte terminó de abastecer de combustible un misil de largo alcance, con lo que parece avanzar inexorablemente hacia un lanzamiento de prueba, informó el diario The New York Times en su sitio web.
Funcionarios estadounidenses concluyeron, tras analizar imágenes de satélite, que el país asiático completó el abastecimiento del misil Taepodong-2 el cual, según se cree, puede alcanzar Estados Unidos, publicó el Times.
"Abastecer un misil con combustible es considerado usualmente un paso irreversible" hacia el lanzamiento, afirmó el periódico neoyorquino.
Australia advirtió al embajador de Corea del Norte en Canberra que un eventual tiro de ensayo de un misil balístico por su país tendría "serias consecuencias", informaron hoy fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores australiano.
"Un gesto de ese tipo sería altamente provocador y tendría como efecto aislar a la DPRK (República Popular Democrática de Corea)", señaló en un comunicado el ministro australiano de Relaciones Exteriores, Alexander Downer.
"Un ensayo significaría una nueva violación de los compromisos de Corea del Norte", añadió el ministro, quien exhorta a Pyongyang a retomar las conversaciones internacionales sobre los programas nucleares, hoy en día paralizadas.
Estas discusiones incluyen a Corea del Norte y a otros cinco países (Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, Rusia y China), que intentan desde hace tres años convencer al régimen comunista de que renuncie a sus ambiciones atómicas.
"Corea del Norte se equivocaría en gran medida si piensa que un ensayo de misil mejoraría su posición en las negociaciones a seis", añade el texto.
Los preparativos norcoreanos para lanzar un misil intercontinental desataron la alarma en el este de Asia y amenazan con anegar los esfuerzos internacionales para devolver a Pyongyang a la mesa de negociaciones nucleares.
El lanzamiento sería simplemente una prueba, sin blancos reales, pero su realización sería una manifestación de fuerza que daría a Corea del Norte un "as" en las difíciles negociaciones multilaterales sobre su programa de armas nucleares.
El éxito del lanzamiento también demostraría que, en caso de dotar a esos misiles basados en los Scud soviéticos y los Nodong norcoreanos con una carga nuclear, Pyongyang podría amenazar con la devastación nuclear el propio territorio nacional de sus principales contrincantes, Japón y EE.UU.
Las informaciones apuntaban a que el lanzamiento parecía inminente, hoy mismo o en los próximos días.
La reacción en los Ejecutivos de la zona no se hacía esperar: en Corea del Sur la agencia Yonhap indicó que los asesores en temas de seguridad del presidente, Roh Moo-hyun, permanecían reunidos en sus oficinas "a la espera de los movimientos" de Pyongyang.
En Japón, la reacción era más contundente y partía del propio ministro de Asuntos Exteriores, Taro Aso, uno de los "halcones" del gobierno del primer ministro japonés, Junichiro Koizumi.
Si el misil toca suelo nipón, "lo consideraremos un ataque", dijo Aso en una intervención televisada.
Aunque se produjera ese lanzamiento, no parece que sea intención de Corea del Norte provocar un conflicto de consecuencias impredecibles golpeando el territorio de sus contrincantes.
En 1998, Corea del Norte causó la alarma en Tokio al lanzar un misil Taepodong-1, de un alcance de 2.000 kilómetros, que sobrevoló Japón y cayó en el océano Pacífico.
La crisis desatada entonces llevó al régimen norcoreano a firmar al año siguiente una moratoria para la prueba de estas armas.
Aso recordó que una nueva prueba violaría esa moratoria y la Declaración nipón-norcoreana suscrita en 2002 por Koizumi y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, y reafirmada en 2004 por los dos mandatarios.
Según Kim Sung-han, investigador del Instituto surcoreano de Asuntos Exteriores y Seguridad Nacional, "Corea del Norte parece querer decir a EE.UU. que no tolerará más las sanciones financieras".
Kim advirtió, sin embargo, de que tal paso (el lanzamiento del misil) supondría para los norcoreanos "fallar un penalti en un partido" clave. Después, "nadie querrá escucharles", añadió.