Lic. Evangelina Simón
evasimon@citynet.net.arHe dado en llamar con este nombre a ese nivel del lenguaje que integra a los demás en una secuencia sorprendente que nos hace transitar por la entidad mínima del lenguaje hasta llegar a la máxima, en la que nos encontramos formalizando nuestro pensamiento en términos sintácticos. Nuestra vida comunicativa entra en ese juego verbal maravilloso que va desde nuestra intención comunicativa, en lo más profundo de nuestro pensamiento, hasta verlo reflejado, formalizado, expresado en lo que aparece ante nuestros ojos en el ámbito de la escritura o lo que es percibido auditivamente a través del sonido.
Estoy refiriéndome a lo que llamamos la Estructura Superficial. Es el juego de la Estructura Profunda con la Superficial, el coqueteo del pensamiento con la expresión o formalización del mismo, el de la selección de los elementos necesarios, que generosamente nos brinda la lengua, y su combinación para formar los conceptos que deseamos para interaccionar con nuestros destinatarios en pro de una rica y fructífera vida comunicacional. Estas dos coordenadas, selección y combinación serán vertebradoras de nuestra vida lingüística, nos deslizaremos sobre ellas a través de la palabra y el juego establecido.>
El "nivel sintáctico" es el "chimentero de la lengua", pues él nos delatará como emisores y receptores, partiendo del concepto de que en cada emisor hay un receptor en potencia, pondrá en evidencia nuestras competencias en cuanto al conocimiento del sistema de la lengua, nuestras debilidades y fortalezas, nuestra pertenencia a un sistema de lengua, a una área dialectal, a determinado contexto sociocultural, dando cuenta de nuestro sociolecto, nos hablará de los procesos que realizamos en cuanto a la adquisición, desarrollo y pérdida del lenguaje, pues, en su unidad "la oración", quedarán reflejadas las anomalías en el momento de su uso.>
Desconocer este nivel es no poder explicarse la conformación de las grandes macroestructuras, donde se encierra la coherencia global de un texto.>
A partir de lo expuesto, es que me pregunto �qué pasó en el aula de lengua con este nivel? �Por qué nuestros educandos se han sentido aburridos, agobiados y torturados por este aprendizaje, al que no lograban encontrarle su funcionalidad y su sentido? Tal vez, encontremos la explicación en los métodos mecanicistas implementados para su enseñanza. Me refiero a las famosas preguntas: para hallar el sujeto �quién?, para el objeto directo �qué cosa?, etc., con las que perdimos el rumbo del razonamiento. Comprendamos que hemos desaprovechado este nivel para enseñar al alumno a razonar, a pensar, a comprender.>
El nivel sintáctico constituye un desafío, pues nadie podrá analizar una oración sin antes comprender lo que el hablante nos está queriendo decir, si no buscamos la razón por la cual nuestro emisor le ha dado tal función a un elemento y no otra, si no tratamos de descubrir cuál es la intención que lo anima ante su necesidad de expresar para ser comprendido por su destinatario e interaccionar con él. Será saludable pensar que podemos recuperar el "sentido" que tiene este nivel, su funcionalidad, su importancia para nuestras interacciones comunicativas, que el alumno después de su tránsito por el nivel primario y secundario no se vaya con la idea de que el "nivel sintáctico" es sólo el análisis de palabras asociadas por un mero juego de normas memorizadas, desprotegidas de contenido e intencionalidad.>