El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York muestra las "Puertas del Paraíso", los relieves pictóricos de Lorenzo Ghiberti, dañados durante las inundaciones de Florencia de 1966 y que tras 25 años de restauración recuperaron todo su esplendor y belleza.
Esta obra maestra del Renacimiento, que se exhibe por primera vez en los Estados Unidos desde su creación hace más de 550 años, es conocida con el nombre de "Puertas del Paraíso" porque Miguel Ángel (1475-1564) dijo que eran tan hermosas que eran dignas de ser llamadas así.
El propio Ghiberti reconoció en su autobiografía que de todos sus trabajos "éste es el más destacado que he creado y ha sido completado con suma artesanía, medida e ingenio".
Lo que se exhibe en el Museo de Nueva York son partes de la puerta este del Baptisterio de San Juan de Florencia, que fue realizada en bronce dorado por Ghiberti (1378/80-1455) y colocada en 1452 en esa basílica octogonal, en un lugar de honor frente a la catedral florentina de Santa María del Fiore.
La muestra del Metropolitan permanecerá hasta el próximo 13 de enero, y después viajará al Museo de Arte de Seattle (EE.UU.) antes de volver a Florencia, donde se conservará en una caja herméticamente cerrada en el Museo dell'Opera del Duomo para evitar su deterioro.
El experto Andrew Butterfield asegura en el catálogo de la exposición que las "Puertas del Paraíso", al igual que los frescos de Masaccio en la capilla Brancacci, las imágenes de Rafael en las Estancias del Vaticano y los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina son "obras de un valor supremo que cambiaron para siempre el devenir del arte europeo".
Los paneles que se ven actualmente en el Baptisterio de Florencia son reproducciones, porque los originales decidieron conservarlos en el museo después de que la fuerza del agua desprendiera seis de ellos de las puertas durante las inundaciones de 1966.
Ghiberti y su taller tardaron 27 años en terminar estas puertas, consideradas una obra cumbre del arte renacentista florentino, casi el mismo tiempo que un equipo italiano ha tardado en restaurarlas utilizando por primera vez el láser para limpiar el bronce, dañado por el paso del tiempo, la contaminación y el agua de las inundaciones de hace cuarenta años.
La restauración permite descubrir la belleza, la delicadeza y los detalles de los bronces dorados de Ghiberti, que impresionaron a un genio de la talla de Miguel Ángel, que los calificó de "divinum opus", un trabajo divino.
La puerta está formada por diez paneles rectangulares con relieves pictóricos que muestran varias escenas del Antiguo Testamento, ordenadas cronológicamente, de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
Las historias de Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, Abraham, Esaú y Jacobo, José, Moisés, Josué, David y Goliat y Salomón y la reina de Saba son los motivos que aparecen en estos bajorrelieves y altorrelieves que Ghiberti finalmente instaló en 1452 en la puerta este del Baptisterio, tres años antes de su muerte.
En el patio Vélez Blanco del museo Metropolitan de Nueva York se exhiben tres de estos diez paneles restaurados -Adán y Eva, Esaú y Jacobo, y David y Goliat- y una reproducción fotográfica a tamaño real de las puertas.
Además se muestran dos cabezas y dos estatuas de profetas que adornan el marco de las "Puertas del Paraíso", dos aún ennegrecidas y dos ya restauradas.
A diferencia de otros artistas de la época y de otros trabajos anteriores realizados por el propio Ghiberti, el escultor italiano no muestra una escena por panel, sino que aparecen varias de un mismo tema combinadas en un panel con bajorrelieves y altorrelieves que dan una sensación de perspectiva.
Así, en el de Adán y Eva aparece una escena de la creación de Adán, otra de la creación de Eva, la de la tentación y la de la expulsión del Paraíso.
La restauración permite apreciar los detalles de las figuras del panel, los pliegues de los trajes, las plumas de las alas de los ángeles, la piel de la serpiente que tienta a Eva y descubrir que en los árboles del Paraíso anidan pájaros.
Beatriz Juez (EFE)