CARLO BRUNO

“Amo hacer las películas que se mueven a 24 cuadros por segundo’’

Presentó en Santa Fe, sólo a familiares y amigos, su primer largometraje “In April’’, hecho en Canadá.

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Nació en Santa Fe, es hijo de María Azucena Catania. Desde 1986 vive en Canadá. Foto:GENTILEZA PRODUCCIÓN

De la redacción de El Litoral

cultura@ellitoral.com

El jueves, en Cinemark, amigos y familiares de Carlo Bruno pudieron conocer su largometraje “En abril”. Aunque fue a puerta cerrada -aún no cuenta con el permiso de distribución- se dio el gusto de mostrarla en su Santa Fe. “Quise darme el gusto de estrenarla, aunque no es un estreno comercial, en mi Santa Fe, donde crecí, donde filmaba en las calles en pleno verano, nos quemábamos agarrando los equipos...”, trae Carlo sonriente esas imágenes color sepia.

Nació en esta ciudad en 1961, es hijo de María Azucena Catania (conocida por su programa “El Mundo de María Azucena”, Canal 13 entre 1978 y 1985) y en el ‘86 se fue a trabajar en cine en Costa Rica, “gracias a mi tío Carlitos (Catania) que me consiguió un trabajo de asistente de dirección”.

“Cuando tenía 6 años, descubrí en el sótano de mi casa un rollito de película, mi mamá me dijo lo que era, 24 cuadros hacen un segundo de acción, desde ahí quedé totalmente enamorado del cine. Empecé a jugar con una caja de cartón que me ponía en el hombro: tuve la suerte de que Lucho (el otro tío Catania) tenía una productora de televisión y como sabía que me gustaba, me dijo que labure de camarógrafo. Yo tenía 15 años y me ayudó muchísimo, aprendí el rigor del laburo. Lucho me dejaba experimentar, jugar, filmar cortos... filmé cantidad de cortos, que es la mejor forma de aprender’’.

La idea fija

Cuenta que quiso estudiar en el Instituto Nacional de Cinematografía, pero que no entró. “Era un cupo muy chico, y era un examen difícil, pero sabía tanto... tuve mala suerte”. “Soy un autodidacta”, enuncia, dice que tanta práctica y estudio y libros le permitieron conocer “absolutamente todos los aspectos de la cinematografía”.

En Costa Rica trabajó con Oscar Castillo, “un gran productor. Estaba por filmar Eulalia, una sátira de telenovela. Me dejó trabajar como asistente de dirección, aprendí muchísimo”. También enseñó cámara durante 6 meses en el Centro de Cine de Costa Rica, “una forma de enseñar y de aprender”.

En el ‘86 se fue a Canadá, “me decían ‘no te podemos contratar si no tenés experiencia canadiense’”. Consiguió trabajo en una compañía de dibujos animados, “pintaba ocho horas por día dibujos, en mis ratos libres visitaba los departamentos de filmación, sonido, mezcla. Me hice amigo de todos y una amiga, una gran persona, fue la oportunidad que inició todo: me dijo ‘querés filmar un corto, yo te doy la plata’, y al otro día renuncié y me llevé toda la gente a ayudarme en la película”.

Concretó el corto “Mi campo de flores’’ que habla de la niñez y la influencia de la violencia de los medios de comunicación. Lo nominaron mejor director de Ottawa (Canadá); trabajó en un canal de televisión como productor y cuenta que ganó dos premios; volvió a renunciar y en su mente sólo estaba la idea de dirigir un largo, contar su propia historia.

En el año ‘90 abrió la compañía Santa Fe Entertainment, con gente que puso el capital inicial para buscar el capital de la película. “Era una película de acción. Amo hacer las que se mueven a 24 cuadros por segundo, amo filmar. Diez años después, estuvimos a punto de empezar a filmar en los Estudios Universales, un sueño, pero hubo inversionistas que se retiraron y de reunión en reunión, de traje, corbata, la cosa más aburrida del mundo... hasta que dije voy a filmar, no pierdo más tiempo”.

“Actúo también -agrega- pero siempre quise estar detrás de cámara”. Aunque en “In April”, que le llevó 4 años de realización, “soy todo yo: el personaje principal, la produzco, dirijo, hice la pos producción, financio la película con mi señora... para achicar los costos”.

—¿Cómo surge la idea?

—Una idea para mí es un misterio, como escritor y como cineasta tenés el deseo de contar algo y buscás y a veces aparece la idea de repente. En cine tenés que ser muy realista de acuerdo al presupuesto, las posibilidades, el equipo de producción y vi qué es lo que tenía primero, qué puedo llegar a hacer y buscaba y un día andando en auto dije: qué pasaría si... la primera pregunta.

—¿Te gusta cómo quedó el producto?

—Nunca quedo satisfecho totalmente, seguiría arreglándola hasta el día que me muera. Yo siempre digo que uno no termina un proyecto sino que lo abandona; pero sí sé que es al mejor punto al que puedo haber llegado.